Capitulo 13- Otra oportunidad para vivir...

Lucia

Cuando mi mamá y yo recibimos aquella llamada por un corto momento pensé que era mentira, pues era la mejor noticia que había recibido y la cual tenía meses esperando, tantos que se me hicieron eternos y muy dolorosos; aunque en estos momentos para mí esta noticia me lleno de felicidad, pero para que negarlo la verdad es que me siento muy feliz, pero por otro lado puedo sonar egoísta porque esa persona debe tener familia, familia la cual debe de estar pasando por un terrible momento.

Me dirigí al día siguiente con mi mamá estábamos muy nerviosas, pero a la vez muy emocionadas y triste porque mi esperanza de vida era la vida apagada de otra persona, el solo hecho de pensar en la tristeza que deben estar sintiendo sus familiares en este momento me deprime un poco...

- Lucia debes estar tranquila --el doctor me está preparando porque hoy es mi cirugía--

- Si doctor, eso estoy tratando.

- Pues no parece, tienes el pulso muy acelerado.

- Es que no puedo evitar pensar en la tristeza que deben estar sintiendo los familiares de la persona que me dono el corazón.

- Entonces tienes que hacer un gran esfuerzo para llevar con orgullo y así le agradeces a la persona que te hizo la donación.

- Doctor me gustaría saber cómo se llamaba, para encender una vela para su descanso eterno...

- Su familia no quiere que demos esa información, pero estarán tranquilos de poder salvar otras vidas con los órganos.

- Entonces doctor, dele las gracias de mi parte por darme está oportunidad de vivir, siempre le estaré agradecida...

- Con gusto les pasaré tu mensaje Lucia, ahora vamos a prepararte que en poco tiempo estarás ingresando al quirófano y saldrás con un corazón nuevo...

Unos minutos después, ya estaba en la sala de cirugía, solo recuerdo las luces y a los doctores hablando a mi alrededor cuando de pronto todo se volvió negro para mí. Desperté días después, me sentía algo aturdida, me dolía el pecho, las piernas; el doctor me había explicado algo de estos síntomas así que debo estar tranquila. Mi mamá como siempre haciéndome compañía...

- Mamá...

- Lucía, hija no hables mucho... ¿--mientras besa mi mano-- Te sientes bien? ¿Solo dime con los ojos, está bien? Pestaña 1 vez para sí y 2 para no... --entonces pestañeé una vez y me di cuenta de que tenía un tubo en la boca, entonces imaginé haber llamado a mi mamá, pero ella me escucho-- Muy bien princesa, todo salió muy bien -- pestañeé 1 vez-- No te preocupes por ese tubo que tienes en la boca pues el doctor dice que eso te ayudará a respirar los primeros días, pero pronto te lo van a quitar --pestañee 1 vez-- Hija mía! Estás asustada? --pestañee 1 vez, mientras ella limpia una lágrima rebelde-- No tienes porque mi amor, mamá te está cuidando...

Mi recuperación fue lenta, el doctor me dijo que este proceso es un poco demorado para tener buenos resultados así que tengo que llevar todo con calma hasta que me dé el alta definitiva...

- Entendiste Lucia? --me dice mi mamá al tomar mi mano--

- Si doctor... --mientras miro a mi mamá que se que lo dijo de manera intencional para que el doctor me lea la cartilla nuevamente--

- Te repito Lucia, come bastante sano, nada de andar corriendo por lo menos en estos primeros 6 meses, camina pausado, no te esfuerces mucho, nada de temperaturas extremas, recuerda que tienes que ir al ritmo de tu nuevo corazón y usted mi señora Lucero no me atosigue a la paciente, ella tiene que ir poco a poco porque ya no hay prisa.

- Gracias doctor Rivas, por preocuparse tanto por mi.

- Es mi deber cuidar que el procedimiento sea exitoso.

Dure 2 semanas hospitalizada durante ese tiempo mi mamá, los doctores y enfermeras me cuidaron muy bien, pero me preocupaba que mi mamá por cuidarme todo el día dejara sola la floristería...

Soy Lucia Carolina Salcedo 22 años, tengo un hermano mayor Luis Alexander de 25 años, mis padres Alexander y Lucero son una gran bendición, cada día le doy gracias a Dios por la familia que me dió. Desde muy pequeña me diagnosticaron una enfermedad cardíaca, mis padres hicieron todo lo posible con los tratamientos que me recetaba el Doctor Rivas para mejorar mi calidad de vida, pues yo tenía una dieta específica que cumplir y una niñez bastante limitada, no podía jugar, ni mucho menos medio correr normalmente porque me cansaba primero que los otros niños, era algo normal con mi enfermedad, pero ellos no lo entendían, además muchas veces se me hinchaban los pies y sentía que tenia unos bloques de cemento en cada uno...

Tenía una insuficiencia cardíaca, hace 2 años me habían sometido a una primera cirugía, pero ya mi pobre corazón no respondía a los tratamientos posteriores, dándome así una muy mala calidad de vida y un gran riesgo de muerte súbita. Con esta enfermedad apenas pude terminar el bachillerato y eso porque por cada lapso entregaba un trabajo general.

Ya han pasado 3 meses desde la cirugía y la verdad es que me siento una persona nueva, estoy guardando mi reposo, cuido de mis comidas y bebidas, ayudo a mi mamá en la tienda de Flores como le digo yo, pues ya no me quiero quedar encerrada en casa y poco a poco me he ido incorporando a las tareas diarias, bueno realmente mi mamá no me deja hacer mucho.

Hoy ya han pasado 8 meses desde la cirugía, es increíble respirar tranquilamente sin tener esa mala sensación de que con cada respiro profundo mis ojos se cerrarán para siempre. Antes de salir de casa como cada miércoles le coloco una flor blanca a esa vida que se apagó y que me dio otra oportunidad para vivir...

- No sé cómo te llamas, si eras hombre o mujer, pero te agradezco con tu corazón en mi pecho por haberme dado el privilegio de ahora cuidarlo por ti... --cada mes le enciendo una vela para su descanso eterno--

Estoy sentada en una banca en el parque, mi hermano no debe tardar en pasar por mí... Mientras escucho la alegría de los niños jugar, sintiendo cada caricia de la naturaleza leo un lindo libro... De pronto siento como una fuerza interior que me hace dirigir la mirada hacia otra banca, estaba un señor con una pequeña y hermosa nena en brazos, me quedé mirando la escena, él le dio de comer luego con mucho cuidado se la coloco en el hombro para sacarle los gases.

Deje el libro de lado y me concentre en la tierna pareja de padre e hija... Él como que le decía cosas y ella se movía un poco más hacia su cuello, se venían tan hermosos... Luego cuando se iban pasaron justo frente a mi banca y no pude evitar cruzar nuestras miradas, le medio sonreí y ellos siguieron su camino...

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