Maximiliano
- Basta Zulay! --digo de manera autoritaria deteniendo los minutos que tiene discutiendo sola-- Ya calla, no ves que estoy trabajando!
- Qué? --me dice con cara de incrédula-- No me mandes a callar Maximiliano, sabes muy bien que lo que digo es cierto...
- Ni te preste atención a lo que me decías!
- Ves! --ya va a empezar con el circo-- Que ya no me prestas atención, soy tu esposa y tú...
- Ya firma el divorcio, no entiendo porque no lo has firmado, ya tenemos mucho tiempo separados, Zulay entiende...
- Tu no te puedes divorciar de mi...
- Claro que puedo! Es más, te recomiendo que lo firmes y aceptes lo que está estipulado allí porque la verdad es demasiado para lo que te mereces...
- Me estás insultando...
- No! --me acerco a ella para mirarla fijamente a los ojos, esos mismos ojos los cuales un día me atraparon, pero que también me decepcionaron-- Tu misma te insultaste, tu fuiste la que no se respeto, tu fuiste la que... --mientras doy pasos hacia adelante ella va retrocediendo hasta quedar pegada de la pared, quedó a centímetros de ella, pero no la toco; no la toco desde el día que la ví en los brazos de otro hombre-- la mujer que no se quiso, me engañaste Zulay! Ya se te olvidó? Pues déjame decirte que a mí no! Firma el bendito divorcio de una vez.
- No quiero! --respire profundo para calmarme porque de verdad no la quiero ni tocar, porque ante todo es una mujer y a las mujeres se les debe tratar con delicadeza... Y yo a esta la quiero es matar desde ese día--
- Zulay, Zulay! --cierro los ojos para controlar mi lado salvaje y no olvidarme que es una mujer-- Mejor lárgate de aquí, que estoy muy ocupado.
- Pues! No me voy hasta que me escuches --coloco sus manos en la cintura, es tan... Cínica y descarada--
- Está bien! --regrese a mi escritorio y levanté el teléfono para llamar directo a la cabina de seguridad--
- Que haces?
- Voy a ayudarte a encontrar la salida de mi oficina.
- Qué? Ya te dije que no me voy hasta que hable contigo... --le hago señas para que se calle un momento, pero está bendita mujer no entiende--
☎️ Sí, soy el Señor Maximiliano Relish por favor envíen dos oficiales a mi oficina.
☎️ Enseguida Señor.
☎️ Gracias.
- Te dije que no me voy --se cruzo de brazos, me senté en mi escritorio e hice como si ella no estuviera en mi oficina, total ya me he acostumbrado a ignorarla, segui trabajando y ella peleando-- Maximiliano, no he recibido mi mensualidad, ademas cancelaste mi tarjeta de crédito y del club...
- Puedes trabajar y obtener tu propio dinero... Ah! --Levanté la cara para ver su reacción-- También cancele la peluquería, el Spa, las clases de Yoga, el té con tus amigas y todas esas tonterias que yo te pagaba...
- Como pudiste?
- Es mi dinero y yo me lo gano con bastante horas de entrega a mi trabajo --apoyo mis codos en el escritorio y entrelazó mis dedos apoyando mi mentón-- Tú también podrías conseguir un trabajo para cubrir tus gastos, gastos que de ahora en adelante no estoy dispuesto a cubrir...
- Pero? Pero Maximiliano yo soy tu esposa... --se coloco la mano en el pecho y no la deje terminar de hablar cuando me levanté para encararla--
- Si, lamentablemente aún eres mi esposa porque no quieres firmar el divorcio, pero aún así estemos casados no estoy dispuesto a pagar los gastos de la mujer que se acuesta con otros hombres en su propia casa, porque ni eso respetaste Zulay...
- Te juro...
- No me jures nada y ya lárgate de mi vista, es la última vez que te lo digo Zulay --la señalo, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda-- No quiero volver a verte... --escucho el golpe en la puerta-- Sí, adelante.
- Señor, disculpe, nos mandó a llamar?
- Sí, por favor acompañen a la señora que se le olvidó donde queda la salida. --ella me miraba con esos ojos aguados-- Ah! Y no les muestren dónde queda la entrada, para que no vuelva a venir, no la quiero volver a ver en mi oficina, ni en ningún lado...
- Maximiliano!!!
- Señores por favor hagan su trabajo.
- Maximiliano!!! --empezó a limpiarse las lágrimas que corrían por su mejilla-- Por favor escúchame...
- Señores que esperan? --les digo a los oficiales de seguridad porque ya la presencia de está mujer me está desesperando--
- Sí, señor disculpe... Señora por favor siga por aquí --le dice muy amablemente el oficial de seguridad, ella se abalanzó hacia mi escritorio-- Señora Relish por favor...
- Ya no la llamen así, desde hoy ella será simplemente Zulay Mejías...
- No puedes quitarme el apellido?
- Puedo quitarte mi apellido, yo te lo di en algún momento cuando eras mi esposa y ahora te lo quito porque no te lo mereces... Señores por favor ayuden a la señora Mejías a encontrar la salida...
- Por favor, dame 2 minutos Maxi...
- Señores esperen fuera 5 minutos, gracias. --ellos salieron y cerraron la puerta, quiero saber cuál es la última tontería que va a inventar--
- Gracias Maxi...
- Habla rápido que el tiempo corre --digo mientras veo mi reloj--
- Maximiliano no es lo que piensas, no fue lo que viste --decía nerviosa y sus lágrimas corrían, ella las limpiaba rápido, trataba de acercarse, pero no la deje, pues voy a tratar de escuchar lo que tiene que decirme-- Yo... Yo no quise engañarte, pero tú y tu trabajo... Yo tomé demasiado ese día... Y bueno...
- No le pongas adornos a tu infidelidad Zulay, te lo creería si fuese la primera vez que te encontraste con ese hombre --ella abrió los ojos muy grandes-- Tal vez la primera vez si fue así como lo cuentas, pero... y las otras veces? ¿Dime Zulay esta vez no tenían para pagar el hotel, que te lo tuviste que llevar a casa? Oh! No, mejor por qué él no te llevo a la suya? ¿Por qué ensuciar lo que teníamos? Y no me vengas con el cuento de que yo no te dedicaba tiempo porque te recuerdo que conociste muchos países porque yo con mi trabajo te los mostré y no te lo estoy sacando en cara, solo es para que te des cuenta de que a pesar de que tenía tanto trabajo siempre me acordaba de un detalle especial para ti, una cena romántica, regalo, flores, un paseo, fin de semana juntos para que nadie nos molestará... ¿Por qué no quisiste ir a los últimos 3 viajes conmigo? ¿Por qué en los 5 años que estuvimos casados no me quisiste dar un hijo? Todo fue una excusa... que apenas estamos empezando, que la figura, que la dieta, que las clases y no se que tantas tonterías más --me acerco a ella y la señalo-- No te lo voy a negar, fui muy feliz a tu lado hasta que decidiste engañarme. Ahora no entiendo Zulay por que si ya yo no era lo suficientemente hombre para ti por qué no me dejaste?...
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