Amor

Kael llega a su palacio ya cansado, el día fue muy largo, solo hay algo que lo hace feliz y es que Isabel dejo que la tocara, mira su mano y recuerda sus suaves labios

-Dios! Que es esta sensación en mi pecho

-Es amor...

-Madre! Me has asustado.

-Ven mi niño, dime por qué estás tan contento, quien es la dama que hace que sonrías así.

-Amor?

-Si, amor, esa sensación de verla a todo momento, sentir que la quieres a tu lado siempre, debes hacerle saber que quieres que esté a tu lado.

-Si madre, quiero que ella sea mi esposa.

-Entonces sigue así, se atento con ella y educado, se que son jóvenes y a veces cuesta un poco de trabajo, pero por favor respetala... Tu entiendes verdad?

-Si madre, mi padre ya me lo ha dicho.

-Eres mi hermoso niño, yo seré feliz si tú lo eres.

Kael sube a su cuarto para tomar un baño y cae rendido, mientras Isabel le dice a su hermano que todo se solucionó gracias a Kael

-Vaya, mi cuñado es importante.

-Oye!

-Vamos, a ti te gusta, se nota, además de todos modos se casarían.

-Tu crees... Yo no sé...

-Te agrada?

-Si me agrada, más de lo que quisiera aceptar, solo que pensé que el se interesaría en alguien más.

-Isa, no tengas miedo, tu eres muy bonita como madre, si te gusta debes decirle

Isabel solo va a dormir pensando en como todo cambio, aquella historia que leyó nunca sucedió, el Rey que fue un tirano murió y la reina era buena, Kael es diferente al igual que ella, la joven de Mendoza apareció, pero Kael no siente nada por ella, ni siquiera la voltea a ver.

Ella sale al balcón y ve las estrellas, su vida aquí ha sido feliz, tiene unos padres que la quieren, un hermano que es muy bueno y amable.

-Que hago... dejaré que el tiempo lo diga, ella ya no es el amor de su vida, si el realmente quiere que tengamos una relación, entonces aceptaré.

Isabel está de acuerdo en abrir su corazón, está vez tendrá una vida plena.

En el hospital la joven de cabello azul no deja de dar órdenes y el personal ya está cansado

-Quiero irme a casa, no quiero estar aquí.

-Calme señorita, podrá irse en unos días Pero si se lastima más no podrá

-Todos son unos inútiles.

Ella hace rabietas y su madre la solapa, afortunadamente solo se quedó su doncella y la condesa se fue enojada

-Todos aquí son unos inútiles.

-Que sucede? -Pregunta el doctor.

-Tu que eres?

-En primer lugar le pido respeto, todo el personal está capacitado para atenderla.

-Pero que... Esto...

-Shh, calma, en segundo lugar este hospital fue construido gracias a la reina Diana, mi padre vino personalmente y la ayudo.

-Asi y quién es su padre -Le dice haciendo muecas-

el se acerca a ella quien solo lo mira con desprecio

-No me gusta presumir pero mi padre es el Doctor Fabián de Rivera, director de la escuela en medicina en Thaslis.

-He? Su padre es el doctor de la emperatriz Aina.

-Así es, así que deje de hacer tanto escándalo, solo estará un par de días.

Ella se queda en silencio, está molesta, pero no le conviene hacer escándalo

En el palacio Lisa está con Edward planeando la boda.

-Amor como va tu vestido.

-Casi listo, mis padres llegan en unas semanas

-Dios, de niño jamás pensé que esto pasara, mi madre Sandra siempre dijo que yo decidiría mi destino, mi destino eres tú.

-Yo no debía nacer y tu destino era estar solo, crecer con rencor y odio, tú eres muy importante para mí, te amo no lo dudes, juntos Teran será diferente.

-Gracias -Edward besaba su mano, Diana entra con unos documentos -

-Que hacen ya checaron lo de las flores.

-Si ya está listo todo.-Le dice lisa-

-Bien entonces hablemos de otra cosa, Joseph confirmo que viene su suegra, quiero la atención en ella, para que Luisa haga sus movimientos, su seguridad está a cargo del duque Alexander que ya llegó, Kael será el encargado de la seguridad de la ciudad.

-El Márquez tiene a su gente-le dice Diana-

-Crees que actúe hasta ese día.

-Si, lo hará, con ayuda de otros necesito que lo haga para poder matarlo.

-Bien, estaremos listos.

Diana los deja solos y se va con sus hijos, Luciel también está al pendiente de la seguridad de los niños, pero William está en el palacio aunque el se encarga de la seguridad de ellos.

-Edward me voy a dormir

Edward le da un beso y la abraza

-Buenas noches, no quiero soltarte.

-Falta poco para estar contigo siempre, solo un poco más.

-Lo se pero es difícil.

-Ya se, no creas que no siento lo mismo, te veo mañana.

Lisa solo lo besa y sale, en los pasillos ella ve como el palacio es enorme, ella siempre pensó que este día llegaría, desde que vio por primera vez a Edward, sus visiones de un futuro que ya no existe, hicieron quererlo más, ahora es un futuro distinto para ambos.

Isabel también sabe eso, Kael es diferente, al conocerlo de niño quizás cambio su forma de ser, que sus padres ahora estén juntos y solo sea una pareja le da más confianza.

-Eliza, que haces?

-nuestro hijo está enamorado de Isabel, Alexander, si nuestro hijo se casa le darás el Ducado.

-Bueno primero debe casarse y debemos ayudarlo, le dejaré el ducado una vez que esté listo no te preocupes.

-Bien, los niños vendrán a la boda?

-si, Mi hija llega en unos días, mi hijo también viene con su madre, y nuestra hija te escribió?

-si, ella no vendrá, el viaje es largo.

-Con tus padres está bien, ella no quiso el compromiso con Edward.

-Edward encontró a quien amar, ahora ellos se casaran y serán felices, yo quiero que mi hijo también sea feliz.

-Amor, lo será, cuando él esté listo para tener el ducado, te llevaré a casa, a las praderas de tu reino, dónde te conocí.

-Gracias, sé que todo lo que has hecho fue por protegerme, no tienes por qué sentirte culpable.

-Siempre te pediré perdón.

Ellos siguen platicando sobre ellos y Kael, en los siguientes días la Duquesa recibe una visita inesperada.

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