UN ENCUENTRO SORPRESIVO

Habían pasado dos semanas desde el ajetreado aniversario, y la rutina en la tienda había vuelto a su curso habitual. Arianna, con su eficiencia característica, se había adaptado nuevamente a los días agitados. La presentación que había dirigido durante el evento fue un éxito rotundo, elevando su reputación entre sus compañeros y superiores. Cada día, la sensación de competencia y seguridad en su papel crecía, y eso le proporcionaba una satisfacción que comenzaba a disfrutar.

Las mañanas iniciaban con el típico bullicio del personal preparándose para recibir a los clientes. Arianna llegaba puntualmente, revisaba los correos electrónicos y coordinaba a su equipo para asegurarse de que todo estuviera en orden. A lo largo del día, interactuaba con diversos compradores. Aunque algunos eran más complicados que otros, cada experiencia la fortalecía en su rol.

El almuerzo era su momento de desconexión. Junto a Elizabeth y Alis, charlaban animadamente sobre las últimas tendencias en la industria de la moda. Entre risas y bromas, comentaban sobre las colecciones que más gustaban a los clientes y sus predicciones sobre lo que podría llegar la próxima temporada. Estos momentos de camaradería eran los más relajados de su día, aunque una parte de su mente seguía pendiente de los incidentes con Evelyn y el inesperado encuentro con el Sr. Mondragón. Aun así, se esforzaba en mantener esos pensamientos apartados.

Un Nuevo Cliente

Una tarde, mientras organizaba la nueva colección en la sección de ropa de mujer, el sonido del timbre de la puerta principal anunció la llegada de nuevos clientes. Arianna levantó la vista de manera automática y observó cómo un pequeño grupo ingresaba a la tienda. A primera vista, parecían clientes más exclusivos, con una presencia que no era común en el lugar. Al concentrarse en ellos, su corazón dio un vuelco.

Entre el grupo, reconoció a Kai Blackwell, el tercer hijo de la poderosa familia Blackwell. Aunque muy poco se sabía públicamente de los herederos de esa familia, Arianna conocía la verdad. Kai no era alguien a quien esperara ver en este contexto, mucho menos en un centro comercial. La familia Blackwell era conocida por su extrema discreción, y solo el hermano mayor de Kai, actual presidente del grupo Blackwell, solía aparecer en los círculos públicos. Para el resto del mundo, Kai era prácticamente un fantasma.

El rostro de Kai se transformó en una mezcla de sorpresa y reconocimiento al verla. Por un breve momento, sus ojos se encontraron, y Arianna sintió que todo lo que había estado construyendo en su vida paralela podía desmoronarse. Sin embargo, reaccionó rápidamente, moviendo ligeramente la cabeza hacia un lado en un gesto sutil, pidiéndole con la mirada que no la delatara.

Kai captó el mensaje al instante. Con una naturalidad impresionante, bajó la mirada y se enfocó en los miembros de su grupo, fingiendo no haberla visto. Arianna respiró con alivio, agradeciendo que él comprendiera la situación. Sabía que, entre las pocas personas que conocían su verdadera identidad, Kai era uno de los más discretos. Aun así, la tensión en su pecho no disminuyó.

Kai continuó conversando con sus amigos, hablando casualmente sobre las últimas tendencias de la moda, mientras Arianna se esforzaba por mantener su papel de asesora. A pesar de la incomodidad latente, se acercó al grupo con su mejor sonrisa, actuando con la profesionalidad que la situación requería.

—Este diseño es nuevo en nuestra colección —dijo, mostrando un elegante abrigo que había sido un éxito en ventas los últimos días.

—¡Sí, se ve increíble! —respondió uno de los amigos de Kai, claramente impresionado—. Me lo voy a probar.

—Por aquí, por favor —respondió Arianna, indicándole el camino hacia los probadores mientras mantenía su tono neutral.

Mientras el cliente se dirigía al vestidor, Elizabeth y Alis, quienes estaban organizando algunos productos cerca, comenzaron a susurrar.

—Mira, ¿ese no es el actor Kai Blackwell? —dijo Elizabeth, emocionada, dirigiéndose a Alis.

—Sí, ¡es él! Se ve tan guapo —respondió Alis, con los ojos brillando de emoción.

Arianna intentó no reaccionar ante sus comentarios, pero no pudo evitar una ligera sonrisa. Aunque los ojos de sus compañeras estaban en Kai, ella sabía que había mucho más detrás de esa figura enigmática. Mientras Kai continuaba ignorándola deliberadamente, ella mantenía su enfoque en su trabajo, esperando que el resto del día transcurriera sin más sorpresas.