18

Caminaba en círculo dentro de mi habitación llena de ansiedad, no sabía que hacer, ¿debía decirle a Neyén o no? ¿Ya lo sabrá?

Unos golpes en la puerta resonaron en todo la habitación, debe de ser Innia, ya que la había mandado a que se fijara como estaba Lester, sigo preocupada por él.

-¿Qué tal está? ¿Sigue triste?- pregunté al abrir la puerta

Las preguntas quedaron en el aire, el castaño alto entró forzando la puerta sin darme oportunidad a intentar cerrarle el paso.

-¿Qué haces aquí? Sal ya mismo, no te di permiso para entrar- dije sintiendo como la voz me temblaba un poco

Sonrió de lado mientras se acercaba a paso lento hacia mí. Nunca había visto su sonrisa, ahora las pocas veces que la veo es en situaciones como esta, realmente odio haber sentido un poco de curiosidad del porqué siempre estaba serio. Odio su sonrisa, lo odio.

-Realmente no aprendes a no meterte en asuntos que no te incumben, Tanea- habló Marc

-No se de que hablas-

-No tienes que fingir. Tengo ojos y oídos en todos lados, sé cada cosa que haces- su mirada estaba fija en mí, era tan pesada que me costaba sostener la mirada.

-Creo que no eres consciente de que puedo destruir fácilmente a alguien como tú, puedo hacerte sufrir tocando tus puntos sensibles antes de destruirte completamente-

Mis piernas chocaron con la orilla de la cama, logrando que cayera sentada en ella. Tragué saliva nerviosa, estando yo en esta posición él se va más grande e imponente.

-De casualidad he visto que andas muy cariñosa con Neyén. Oh, el matrimonio arreglado ahora será por amor verdadero, como las historias- habló con sarcasmo

-¿Qué pensaría tu querido prometido si su futura esposa es una promiscua que quiere seducir a su hermano? digo, puede que alguien haya visto nuestro acercamiento del otro día o que hoy me invitaste a tu habitación y se lo puede decir a Neyén-

Apreté los dientes con enojo, solo pude murmurar un "no" Es un enfermo, ¿cómo puede planear todo eso?

-O podría hacer que no lo veas nunca más...- murmuró en mi oído

-Basta- exigí, mi cuerpo temblaba.

Intenté empujarlo, pero agarró con fuerza mis dos muñecas y me tiró a la cama quedando él encima de mí.

- Todo lo que dije no es nada comparado a lo que realmente puedo hacer. Puedo matarte, Tanea y tú lo sabes muy bien ¿No?-

Miré para un costado, se a lo que se refiere.

-Aunque no salió como planeaba, creo que salió un poco mejor lo de hace un tiempo. Yo no la maté, Mar fue tan débil que ella misma se quitó la vida y también la vida de nuestro querido hijito aunque me hubiera gustado terminar con sus vidas yo mismo- pronunció "nuestro querido hijito" con ironía y asco

-Basta, basta, te odio- grité mientras sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas, esas palabras se sintieron como apuñaladas.

Marc solo se rió, con su mano agarró mi rostro y me miró cada facción.

-Aunque tú eres más linda que ella, creo que elegí mal- habló por lo bajo

Acarició con brusquedad mi mejilla y se puso de pié.

-Ya lo sabes, querida Tanea. Das otro pequeño paso y te prometo que no podrás seguir- amenazó para después salir de la habitación

Corrí al baño, mi pecho subía y bajaba con rapidez. Lavé mi rostro con mucha agua, queriendo quitar su toque de mí. Mis lágrimas se mezclaban con el agua, no podía dejar de llorar. Comencé a darme palmadas en el rostro y pecho, sentía mucha desesperación.

Lo tengo que matar.

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