Mucho cuidado con lo que desees

Su cuerpo, alejado de su alma, divagaba hasta su casa, con pasos pesados y un corazón lleno de sombras. Lian llegó a casa, ni se molestó en quitarse los zapatos. Subió a su cuarto, y con un grito de frustración, tiró la pequeña encimera donde estaba la flor. El vidrio se rompió en mil pedazos, y el agua se derramó por el suelo, como si reflejara su propio desmoronamiento.

—¿Por qué, por qué no puedo ser tú? —gritó, su voz quebrada por el dolor.

Agarró la flor con manos temblorosas, y con su realidad nublada, deseó con todas sus fuerzas que Ethan fuera suyo. —Sé mío, solo mío —susurró, mientras las lágrimas caían por su rostro. La flor, apretada con tanta fuerza, no parecía inmutarse, como si se burlara de su desesperación.

En un acto de desesperación, tiró la flor al cesto de la basura y salió de la casa, divagando hasta la estación de fenómenos anormales. —Tal vez aquí encuentre un poco de paz —pensó, aunque en el fondo sabía que la paz era un lujo que no podía permitirse.

Sus pasos eran firmes,, pero sin vida, como si cada uno lo acercara más a un abismo sin fondo. Cruzó un pie en la entrada de la estación, y por un segundo, todo se invirtió. A lo lejos, un anciano regaba las flores de la estación. Lian sintió cómo sus fuerzas lo abandonaban y se desmayó. Las flores que el anciano cuidaba empezaron a arder, y el tiempo se volvió pesado, como si el aire mismo conspirara en su contra.

Bajo Lian, el suelo se desvanecía, hundiendo su cuerpo en una especie de líquido rojo. Todo daba vueltas, fragmentos de mil versiones de sí mismo que fueron y no son, pero que tal vez serán. Sentía que se ahogaba en su propia desesperación, cada respiración era un esfuerzo titánico.

^^𝔼𝕝 𝕕𝕠𝕝𝕠𝕣 𝕕𝕖 𝕦𝕟 𝕒𝕝𝕟𝕒 𝕡𝕖𝕣𝕕𝕚𝕕𝕒 𝕖𝕟 𝕓𝕦𝕤𝕔𝕒 𝕕𝕖 𝕔𝕠𝕟𝕤𝕦𝕖𝕝𝕠 𝕤𝕖 𝕙𝕒𝕔𝕖 𝕡𝕒𝕝𝕡𝕒𝕓𝕝𝕖, 𝕔𝕠𝕞𝕠 𝕦𝕟 𝕤𝕚𝕝𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠𝕤𝕠 𝕘𝕣𝕚𝕥𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕣𝕖𝕤𝕦𝕖𝕟𝕒 𝕖𝕟 𝕝𝕒 𝕠𝕤𝕔𝕦𝕣𝕚𝕕𝕒𝕕^^

Lian luchaba por mantenerse a flote en ese mar de angustia, pero cada vez se hundía más. Recordó los momentos felices con Ethan, cada sonrisa, cada caricia, y eso solo hacía que el dolor fuera más agudo. Quería gritar, pero no tenía fuerzas. Quería llorar, pero ya no le quedaban lágrimas.

En medio de su tormento, una voz suave y cálida rompió el silencio. —Lian, no estás solo —dijo el anciano, acercándose con una flor en la mano. —El amor verdadero te espara en un lugar muy cercano .

Lian, con los ojos llenos de lágrimas, miró al anciano y sintió una chispa de esperanza. Tal vez, solo tal vez, aún había una oportunidad para él. Pero primero, tenía que encontrar la paz dentro de sí mismo.

^^𝕃𝕒 𝕓𝕦́𝕤𝕢𝕦𝕖𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕔𝕠𝕟𝕤𝕦𝕖𝕝𝕠 𝕖𝕟 𝕞𝕖𝕕𝕚𝕠 𝕕𝕖𝕝 𝕔𝕒𝕠𝕤 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕡𝕣𝕚𝕞𝕖𝕣 𝕡𝕒𝕤𝕠 𝕙𝕒𝕔𝕚𝕒 𝕝𝕒 𝕣𝕖𝕕𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠́𝕟^^

Lian se levantó con dificultad, sintiendo el peso de sus emociones como una losa sobre sus hombros. El anciano le ofreció otra flor, y al tomarla, sintió una calidez que no había experimentado en mucho tiempo. Era como si esa simple flor llevara consigo un fragmento de esperanza, una promesa de que las cosas podían mejorar.

—Gracias —murmuró Lian, su voz apenas un susurro.

El anciano asintió con una sonrisa sabia y se alejó, dejando a Lian solo con sus pensamientos. Miró la flor y en ese momento nada había en sus manos, miró hacia los lados pero no había nada.

𝖀𝖓𝖎𝖛𝖊𝖗𝖘𝖔 4

Aquel lugar, era el mismo pero a la misma vez todo totalmente diferente, pequeños detalles como la tenue luz, grafitis que antes no estaban y el cielo ligeramente más oscuro.

Ahí andaba yo, caminando por un claro lugar que no conocía, —¡La cafetería!—de seguro ahí podía encontrar a Yuta y a Mia.

Con pasos firmes me dirigía a la cafetería, la cual estaba un poco diferente con colores mas vivos y decoraciones festivas. Al entrar algo me desconcertó Yuta se aserco y me empujo y desconcertado caí en el suelo.

—¿Que haces aquí? ¿qué te da el derecho de volver? —Yuta estaba enfadado y Mia a su lado no parecía inmutarse.

En ese momento una fuerte patada arremetió contra el pecho de yuta, haciendoló caer al piso — No te metas con mi amigo pedazo de basura.

Me quedé perplejo, Aiko tenía una figura mas esbelta y robusta, ya no emanaba mal, solo amabilidad, pero estab un poco furiosa.

—Lian-bu estas bien cariño —desesperada me abrazó— te he extrañado mucho , ni una llamada ¿es qué ya no quieres a tu mejor amiga del mundo mundial? —su cara estaba roja e iba a empezara llorar.

— No, no es eso. —dijo Lian tembloroso, no tenía idea de lo que estaba pasando,,, pero la persona que más odiaba era la qué más lo quería.

— Me haces muy feliz, pero vamos no te quedes aquí con esta gente, vamonós a dar una vuelta, todo ha cambiado desde la última vez que viviste aquí.

Así los dos salieron de ahí, el totalmente alucinado y ella totalmete feliz, aquel lugar era incluso mas hermoso, pero aunque el no lo persiviera aquel lugar ya no era le mismo, su más importante pieza estaba siendo remplazada.

— Hemos echo algunos cambios, pero no te preocupes si, todo sigue igual de bello como antes.

— Está bien—de alguna forma no creía en ella pero poco podía hacer, ella me había salvado.

^^𝔸𝕝𝕘𝕦𝕟𝕒𝕤 𝕧𝕖𝕔𝕖𝕤 𝕟𝕠𝕤 𝕤𝕖𝕘𝕒𝕞𝕠𝕤 𝕥𝕒𝕟𝕥𝕠 𝕔𝕠𝕟 𝕟𝕦𝕖𝕤𝕥𝕣𝕠𝕤 𝕕𝕖𝕤𝕖𝕠𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕟𝕠 𝕧𝕖𝕞𝕠𝕤 𝕟𝕦𝕖𝕤𝕥𝕣𝕒 𝕣𝕖𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕^^

Todo parecía totalmente igual, con pequeños cambios eso sí, pero totalmente acogedor.

—Perfecto, empecemos por la preparatoria. Es un lugar muy especial para Ethan y para mí.—dijo Aiko.

La preparatoria es un edificio antiguo con una fachada de ladrillo rojo y grandes ventanales. Los estudiantes se mueven de un lado a otro, riendo y charlando.

—Aquí es donde Ethan y yo pasamos nuestros años de adolescencia. Solíamos quedarnos después de clases para practicar deportes o simplemente pasar el rato con amigos.—

— ¿Ethan dijo? Fui remplazado por el Lian de aquí, no tengo ni la menor idea.

—Sí, tiene su propio encanto. ¿Ves ese árbol grande en el patio? Ethan y yo solíamos sentarnos allí a estudiar y hablar de lo mucho que te extranabamos. Es un lugar muy tranquilo.—

Luego me tomo de la mano, y con gran enerjia tiró de ella para llevarme a otro lugra. El parque era un espacio verde amplio con árboles frondosos, un lago pequeño y senderos muy delicados y lindos para caminar. Familias y parejas disfrutan del día soleado.

—Este parque es uno de nuestros lugares favoritos. Ethan yo y tu solíamos venir aquí a jugar cuando éramos niños. Hay algo muy relajante en este lugar ¿lo recuerdas?.

— ¿Eh?, si claro fueron bellos momentos. —Lian estaba un poco nervioso, nadie debía saber que el era de ahí. Este lugar tiene una atmósfera tan tranquila y acogedora.

—Sí, es perfecto para un paseo tranquilo. ¿Ves ese banco junto al lago? Ethan y yo solíamos sentarnos allí y hablar durante horas.

Yo me encontraba de espaldas, contemplando lo real y maravilloso de ese entono, unos pasos se acercaban pero poco caso podiá hacer, me sentía muy bien en este lugar. Una sonrisa salió de la cara de Aiko y ense momento un mar brotó.

— No has peridido ni una gota de tu belleza, por fin has decidido venir conmigo, no sabes cuanto te he esperado. —con delicadeza Ethan cruzó sus brazos en la cintura de Lian.

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