Capítulo N°10

¡ACTUALIDAD! 

Faltando solo un par de semanas para el casamiento de Karen con Santiago, ella se encontraba en la sala de la mansión mirando varios catálogos de moda, luego de que hablara con Santiago y aclarara sus sentimientos, la abuela dejó todo en manos de la novia y por fin Karen sonreía feliz. Sin embargo, organizar una boda era mucho más complicado de lo que se imaginaba, ahora debía elegir su vestido de novia y para ello necesitaba la ayuda y los consejos de sus dos mejores amigas; ya que su estilo era muy sencillo y nada la convencía en realidad.

Las amigas estaban tomando un té y disfrutando de unos bocadillos; cuando Dylan se acercó a su madre con el semblante triste y le dijo.

⎯ Mami, aún no encuentro mi mouto.

 ⎯ Lo siento bebé, ¿si quieres podemos comprar otro?

 ⎯  No, yo quiero a mi mouto.⎯ respondió el niño a punto de llorar.

 ⎯ Cariño, ya lo vamos a encontrarlo, seguro alguien lo vio. Termino de mirar estas revista y te ayudo a buscarlo ⎯  Carolina  se levantó del sofá y lo abrazó.

 ⎯  Está bien.

 ⎯ Dylan, voy a hablar con todas las personas que estuvieron en la casa ese dia,  alguien seguramente lo tomó por error. ⎯ propuso Karen.

 ⎯ Gracias tía.

 ⎯  De nada , mi vida.

Carolina besó la mejilla de su pequeño y éste fingió sonreír; y mirando el piso pidió permiso para salir a jugar con algunas flores al jardín, pero en realidad no quería que nadie lo viera llorar. Él era un hombrecito.

Trevor estaba en el despacho de Santiago cuando vio cómo su hijo se acercaba con paso lento hasta la fuente, tocaba el agua con su mano, luego se sentaba en el borde y  mirando a la casa, se limpiaba una lágrima. El abogado no pudo evitar sentir como su corazón se estremecía, al ver a su pequeño sufrir, hasta que recordó el muñeco que celosamente guardaba en su maletín y pensó que era un muy buen momento para devolverlo.

 ⎯  ¡Ya vuelvo! ⎯ dijo de repente

 ⎯  ¿A dónde vas? ⎯  preguntó el ceo.

 ⎯  A devolver un mouto.⎯ respondió y salió del cuarto.

 ⎯ Ya era hora, ese niño la ha buscado por toda la casa.

Trevor pasó a propósito frente a la sala, donde las mujeres estaban reunidas, mirando de reojo a Carolina y aunque ella intentaba no prestarle atención era imposible, últimamente el destino los juntaba en todos lados, mucho más de lo que ella deseaba.

El abogado se acercó a su auto y buscó el juguete; entonces se dirigió al jardín bordeando la casa y se encontró con el niño que aunque intentaba contener sus lágrimas era imposible.

 ⎯ Hola. ⎯ lo saludó el moreno cuando estuvo a solo unos pasos de distancia y escondió el muñeco a sus espaldas.⎯ ¿Me recuerdas?

 ⎯ Sí.

 ⎯ Sabes, creo que el otro día te olvidaste algo y como sabía que era muy especial lo guardé para ti.⎯ comentó al mismo tiempo que le mostraba su juguete.

 ⎯ ¡Mi mouto!⎯  gritó emocionado y saltó a sus brazos para fundirse en un cálido abrazo con Trevor.

⎯  Gracias señor, muchas gracias.

 ⎯ De nada. ⎯ respondió visiblemente emocionado por la cercanía del niño.⎯ Cuídalo mucho, que no se vuelva a perder.

 ⎯ Sí señor, lo voy a cuidar.

 ⎯  No me digas señor,  mi nombre es Trevor. ⎯ le habló con ternura mientras acariciaba su espalda.

Dylan sentía que su corazón estaba acelerado, nunca se sintió tan feliz junto a nadie, y no quería alejarse de ese hombre, hasta que escuchó el grito de su madre.

 ⎯ ¡Deja en paz a mi hijo! ⎯ Carolina se acercó enfurecida.⎯ ¡No lo vuelvas a tocar!

 ⎯  Mami, no te enojes, Trevor encontró mi mouto.⎯  trato de explicar el niño.

 ⎯ Dylan, ve con la tía, necesito hablar con este señor.⎯ le ordenó.

 ⎯ Si mami.⎯ respondió mirando con pena al señor, ya que cuando su mamá se enojaba daba mucho miedo.⎯  Adiós.

 ⎯ Adiós campeón.

Cuando Dylan se alejó lo suficiente, Carolina miró al abogado con mucha ira; entonces de forma amenazadora le dijo

 ⎯ Te veo una vez más cerca de mi hijo, y atente a las consecuencias.

 ⎯  ¿Qué harás? ⎯  la provocó. ⎯  Salir corriendo como aquel día.

 ⎯  ¿No sé de qué hablas?

A Trevor ya se le estaba acabando la paciencia y quería que esa morena reconozca de una vez por todas que ambos se conocían y lo deje de ignorar.

 ⎯  ¡Esto es ridículo, no puedes negar que eres una maldita mentirosa! ⎯ gritó muy molesto.⎯  Me dijiste que tu nombre era Eve y como un idiota te busqué por varias pastelerías sin obtener ningún resultados y ahora me vas a negar que ese niño es mi hijo.

 ⎯ No tengo porque negarlo.⎯  lo enfrento.⎯ Pero no tienes ningún derecho sobre él.

 ⎯ ¿Quieres apostar? Cualquier juez con una prueba de ADN me daría la tenencia compartida.

Ella abrió grandes sus ojos, jamás pensó en que ese hombre querría saber algo con su hijo y ahora reclamaba su paternidad después de cuatro años donde ella se hizo cargo de absolutamente todo.

 ⎯ Si intentas siquiera quitarme a mi hijo, me iré tan lejos que nunca podrás encontrarlo. ⎯  lo amenazó.

Trevor vio que la morena hablaba en serio y por un momento sintió mucho miedo de perder a su familia; entonces intentó agarrar su mano, pero ella lo esquivó.

  ⎯ Carolina, déjame demostrarte que no soy tan tonto como parezco, solo dame una oportunidad de hacer las cosas bien y disculparme contigo.⎯ suplico.⎯ Por favor hablemos tranquilos en otro lugar.

 ⎯ No tengo nada de que hablar contigo.

 ⎯ Está bien, te daré tiempo.⎯ respondió sosteniendo con fuerza el aro dentro de su bolsillo y con la mirada triste, entonces se marchó.

Carolina, intentó calmar sus nervios antes de volver a la sala, hablar con ese hombre la había alterado de una forma muy singular; pero debía disimular delante de todos, ella no podía permitir que nadie supiera su verdaderos sentimientos.

Al regresar a su casa, Dylan se había quedado dormido dentro del auto, así que en sus sueños se reencontró con Trevor que le sonreía y lo llevaba a pasear por un hermoso parque de diversiones. Cuando Carolina lo tomó entre sus brazos para llevarlo a la cama escuchó como él murmuraba

 ⎯  Te quiero.

 ⎯ Yo también te quiero. ⎯  respondió la madre.

 ⎯ Eres el mejor papá del mundo.⎯ susurro al sentir el abrazo de su madre y ella lo miró sin comprender con quien soñaba.

Entonces recordó cómo encontró a su pequeño abrazado a un completo extraño y supo que entre ellos había una conexión especial aunque intentara negarlo, la fuerza de los lazos familiares eran muy poderosos y actuaban de manera inexplicable.

Con cuidado recostó al niño en la cama y besó su frente, para después salir del cuarto con muchas dudas en su cabeza que necesitaban  de mucha meditación para obtener  respuesta.

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