una noche memorable

Henry Bradford

Para: Morgan Lewis

La noche en la que te conocí, te note triste, preocupada y asustada.

No sé que fue lo que más me atrajo de ti, podría decir que fue tu voz, o tal vez tu cabello castaño claro, no sé si fueron esas pequeñas pecas que traes en el rostro. O si fue tu sonrisa la que me cautivó, al principio no quise darle importancia. Es solo que no pude dejar de pensar en ti, el destino me dio la oportunidad de volverme a encontrar contigo.

Este reencuentro no fue lo que esperaba ¿casualidad o destino? No lo sé

Pero si de algo estoy seguro es de haber aceptado volver a Londres, porque fue gracias a ello que te volví a ver.

Un cliché de película ochentera, en donde dos jóvenes chocan bajo la lluvia y se enamoran. Bueno al menos conmigo eso fue lo que pasó.

Morgan Lewis has cambiado el sentido que tenía para ver las cosas, me enamora cuando vas recitando párrafos de libros. Es sorprendente la forma en la que expresas tu amor por la literatura.

Contigo todo es diferente te gusta la música instrumental y yo amo la música clásica.

Me agrada tanto compartir contigo momentos extraordinarios, fue bueno que hayas aceptado cada una de mis citas.

No sé que le pasa a mi cuerpo cada vez que te ve, pero mi corazón se acelera y siento como si fuera a salirme del pecho, no puedo hilar las palabras y tampoco puedo dejar de sonreír.

Pones mi mundo de cabeza y me hace feliz el saber que puedo ser yo quien sane ese corazón que se te ha fragmentado.

Una noche memorable junto a ti fue definitivamente el paseo por el London Eye park, no dejabas de reírte de cada tontería que salía de mi boca.

Y yo no deje de mirar esa sonrisa que tenías.

Todas nuestras citas fueron inolvidables, pero nada se compara a la noche en el London Eye.

Recuerdo que mis labios se encontraron con los tuyos, un beso corto y lento, lleno de esperanza que sellaba la promesa de un futuro entre nosotros.

Conoces todo de mí y yo conozco todo de ti, es por eso que me gustaría que tomarás mi petición a consideración.

Quiero una relación sería contigo, quiero poderte llamar cariño, quiero poder mandarte mensajes todos los días sin tener que buscar un pretexto, pero sobre todo quiero estar a tu lado en las buenas y en las malas.

Estoy enamorado de ti Morgan Lewis por favor considera verme como algo más que un amigo.

Att. Henry R. Bradford

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—eres un cursi, creo que vomité todo mi desayuno.

Victoria empezó a hacer gestos de estar vomitando y después de ello empezó a reírse. Mientras su hermano lucía estoico frente a ella, su cara estaba sería y la sonrisa que antes tenía se había desvanecido por completo.

—en serio no sé porque te pedí ayuda.

—me pediste ayuda porque sabes que soy cool, además ¡¿quién en su sano juicio manda una carta en pleno siglo XXI?! —hola, hay algo llamado internet hermanito.

Victoria agitó el teléfono de henry en frente de él.

—haber mándale un mensaje, dile que la verás más tarde en el campus.

—pero...

—pero nada, ¡¿quieres una novia si o no?!

—pues yo sí quiero, pero no sé si ella acepte.

—lo hará he visto como te ve, además ambos son iguales, yo diría que son el uno para el otro.

—así entonces porque cuando la bese ella me apartó.

—eso fue porque tal vez no era el momento perfecto. Toda chica quiere que su primer beso fuera especial. —en cambio, tú la llevaste a un parque como lo haría cualquiera, modernízate Henry. Eso ya es pasado.

—entonces que es lo que propones.

—dejárselo todo a Victoria Bradford. Tú solo mándale un WhatsApp y dile que quieres verla más tarde.

—crees que me diga que si, bueno... Acabamos de desayunar, además salimos toda la semana. Tampoco quiero presionarla.

—anda yo sé lo que digo. Dile que quieres verla después de clases.

—espera, pero después de clases tengo entrenamiento.

—tu entrenamiento puede esperar, no pasará nada si faltas a tu entrenamiento de Rugby además ibas a dejarlo o... ¿Me equivoco?

—no lo sé, aún no he tomado una decisión.

Victoria miró fijamente a su hermano, su mirada acusatoria no se alejó de él. Ella sabía que su hermano odiaba el rugby, sin embargo, acepto jugarlo para hacer feliz a su padre. Quién años atrás había liderado al equipo de preparatoria llevándolos a ganar más de seis medallas de oro.

...****************...

Henry acepto escribirle a Morgan, después de que victoria le insistiera en hacerlo por fin se animó.

—hola

—hola Henry. ¿En qué puedo ayudarte?

—quisiera verte después de clases, ¿puedo pasar por ti?

Morgan tardo un poco en responder, sabía que no podía seguir jugando este juego, al final alguien saldría lastimado. Ella seguía confundida con sus sentimientos, ya que sentía atracción por Henry y al mismo tiempo no dejaba de pensar en Kylie.

—está bien, estoy en la biblioteca. Pasa por mí cuando termines tus clases.

—gracias, te veo más tarde.

Morgan solo respondió con un emoji de carita feliz.

......................

Más tarde Henry fue a la biblioteca tal y como Morgan le había dicho, ahí estaba ella con el cabello suelto y con un libro entre sus manos.

Enseguida el rostro de Henry se sonrojó y podía dejar de mirarla ni tampoco podía dejar de sonreír.

Camino por el otro pasillo y le cubrió los ojos con las manos.

—basta kyl... La frase quedó incompleta.

Morgan sabría que había pasado de nuevo.

El bajo las manos al escuchar el nombre que Morgan estaba a punto de mencionar. Quedó decepcionado, sabía bien quien era Kylie en la vida de Morgan, ella misma le había contado toda la historia. Y cada vez que ella hablaba de él, su voz cambiaba como si una alegría indescriptible inundará el rostro de Morgan.

hubo un silencio incómodo, que al final Morgan decidió terminar.

— que planes tienes entre las manos Rodwan Bradford.

Henry quien estaba serio por fin le sonrió, él odiaba que lo llamarán por su segundo nombre. Pero al escucharlo de la boca de Morgan no pudo evitar sonreír.

—señorita si me permite, necesito que usted me acompañe al jardín del campus.

Con una reverencia torpe, Henry le pidió a Morgan que la acompañará.

—la chica le sonrió y le dio la mano. Para continuar con el juego.

—sera un placer acompañarlo joven Bradford. No sabe el honor que me da.

—tout le plaisir est pour moi mademoiselle( el placer es todo mío señorita)

—Vous parlez français, comme vous êtes passionnant, monsieur.(habla frances, que emocionante es usted caballero)

Los dos se miraron y rieron torpemente, causando que la encargada de la biblioteca los exhortara a hacer silencio.

Al salir de la biblioteca Morgan aún traía el libro en sus manos. Henry al notar aquello pregunto.

—creo que has olvidado devolver el libro, Morgan.

—oh, no te preocupes le pedido a la encargada permiso para llevarmelo.

—ah... si y… ¿qué libro es?

— historia de dos ciudades.

—un clásico.

—el mejor de todos podría decir, dijo Morgan sonriendo.

Henry tomó la mano de Morgan y la entrelazó con la suya, ella no lo apartó, entrelazó igualmente sus dedos con la de él. Y ambos caminaron uno al lado del otro.

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