no es un adiós es un hasta luego

Los días pasaron rápidamente, sin darme cuenta el fin de semana había llegado y con ella el último día en el que vería a kylie.

Sería difícil separarme de él había sido su amiga durante mucho tiempo, al menos esperaba poder terminar la preparatoria aquí, pero eso ya no sería posible no con tantos sentimientos hacia él.

Sentimientos que ya no podía controlar, ya no podía apagar eso que sentía por él y el dolor era cada vez más insoportable.

Verlo mirar a otras chicas, sonreirles o incluso tomarles la mano para mí era como beber un veneno que me asesinaba lentamente.

No estaba dispuesta a seguir sufriendo, quiero ser libre poder amar y ser amada, quiero ser correspondida a mis sentimientos y conocer lo que es el amor en realidad.

Quiero vivir un amor cursi en donde mi amor verdadero me espera en la estación de la gran manzana, bajo un paraguas que lo cubra de la lluvia, quiero que al sonar las campanas de la estación él me tomé de la cintura me pida míralo a los ojos y que nuestros labios se junten.

Un cliché de película cursi, quiero eso y más y si Kylie no podía darme eso entonces alguien más me lo daría.

La fiesta con los amigos de Kylie sería hoy, habíamos quedado de que él pasaría por mí, me vestí y maquillé. Espere con ansias este día porque sería el día en el que le diría adiós aunque yo espero que no sea un adiós sino un hasta luego.

Porque el tiempo pasará, pero nuestra amistad perdurará siempre.

Estaba lista para disfrutar de una última noche, tenía mi carta de despedida lista mi madre y yo habíamos hablado antes sobre este viaje, sería algo bueno para mí.

Una gran oportunidad que no podía dejar pasar iría a Londres a terminar la preparatoria y después estudiaría la universidad en el mejor colegio de toda Inglaterra.

Me enamoré de la literatura desde pequeña cuando leí por primera vez un libro que nos habían obsequiado como regalo de graduación en nuestro último año de primaria.

Recuerdo cuando subía al techo de mi casa y colocaba mi manta favorita, la luz de la lámpara que llevaba me acompañaba a adentrarme a un nuevo mundo.

Un mundo en el que yo podía ser la protagonista, tener mi final feliz al lado de la persona correcta.

Soy una amante del romanticismo, de lo cursi y de lo cliché. Una amante de la literatura inglesa, la poesía, el romanticismo, la pasión y una amante de la música y el arte.

Crecí leyendo a Jane Austin, Dickens, a las hermanas Brontë, Oscar Wilde y entre muchos otros.

En fin... La noche por fin llegó y estaba lista para salir a divertirme, despedirme y también por fin soltar todos estos nudos que poco a poco me asfixian.

Te ves hermosa escuché una voz llegar a mi, voltea a ver y mi madre me sonrió, yo le devuelvo la sonrisa y jalo la puerta mi habitación.

—alguien te espera ahí abajo mi niña— dijo mi madre y me miró con esos ojitos que huevito que solo ella sabía dar. podía ver que había llorado, traía los ojos rojos y un poco inflamados.

—¿has hablado con él? Me preguntó probablemente porque no quería que yo le preguntara a ella porque traía los ojos rojos, a lo que yo le respondí que aún no lo hacía, pero que tenía lista mi carta de despedida, carta que ella entregaría cuando yo ya estuviera en el avión camino a Londres.

Sabía que él se enojaría conmigo, pero al final lo entendería, el mejor que nadie conocía mi sueño y si mi sueño me pedía ir a más de cinco mil kilómetros con gente extraña lo haría porque eso hacen los amigos.

—todo estará bien mamá, te lo prometo.

Me despedí de mi madre y le pedí que por favor tomara mi equipaje y lo guardara en el auto, mi vuelo saldría a primera hora del día siguiente.

bajé las escaleras y ahí estaba él mirándome a los ojos, no pude evitar ponerme roja, él siempre tenía ese efecto en mí.

—te ves hermosa escuché decir

—gracias Kylie, es hora de irnos me he despedido de mi madre así que ya no hace falta que tú te despidas.

— está bien me respondió él

Subimos al auto de Kylie, el cual manejo como por cincuenta minutos, la fiesta sería en la casa de verano de uno de sus amigos.

Llegamos y la casa estaba hermosa, la música se escuchaba desde una cuadra atrás, Kylie estacionó el auto y bajo; camino hasta mi puerta, la abrió y me ayudó a bajar.

Por un momento todo fue perfecto hasta que escuche decirle que Olivia lo esperaba dentro. Fingí una sonrisa y asentí con la cabeza.

Ambos caminamos hasta la entrada y luego cada quien tomo su camino, el fue rumbo a ver a su nueva novia y yo me senté en el bar el cual había se notaba había sido improvisado.

—¿qué desea beber señorita? Me preguntó un joven de cabello castaño.

—no podemos beber alcohol, algunos aquí apenas cumplimos los 16.

—el día de hoy todo está permitido, soltó alguien a mis espaldas.

El anfitrión de la fiesta había llegado.

—vaya es un alago tener a una belleza como tú frente a mí.

—Hola Joshua, solté con desánimo e indiferencia.

Joshua Stewart era el capitán de rugby, catalogado por todas como un increíble besador, además de ser conocido como extremadamente guapo e irresistible.

Aunque para mí era solo una bolsa de mierda y un patán. Un narcisista y un ególatra, hijo de papi que pronto heredará la fortuna de su familia por ser hijo único.

—Dale un Manhattan a la señorita y a mi sirveme un Jhon Collins.

—gracias, pero paso, dije mientras me ponía de pie para ir con Kylie.

—no pongas excusas, preciosa la noche es joven y larga, te aseguro de que ambos nos la pasaremos a lo grande.

—ella viene conmigo Stewart así que aleja tus sucias manos de Morgan, además créeme cuando te digo que ella no es tu tipo.

Joshua rodó los ojos y volteo a ver a la figura que hace un momento hablo desde su espalda. Cruzo los brazos y miro fijamente a Kylie. Por un momento todo se congeló como si solo fueran estos dos en una batalla de testosterona.

Al final Joshua acepto su derrota.

—No acapares a todas las nenas Kylie mínimo déjame algunas.

—vete a la mierda Joshua, y aléjate de Morgan no lo volveré a repetir.

— como quieras, de todas formas ni siquiera es mi tipo.

Joshua tomo su bebida y se alejó de Kylie y de mi.

—te dije que tengas cuidado, eres una tonta.

—será mejor que cierres la boca Kylie además yo pude haberlo manejado no necesitaba de tu ayuda.

—vaya que lo manejaste bien Morgan. Dijo el con sarcasmo.

No entendía porque de un momento a otro la actitud de Kylie había cambiado, ¿será que él había empezado a sentir algo por mi?, porque yo podía notar algo de celos en su tono.

Si él sentía algo por mí definitivamente cambiaría todos mis planes y me quedaría más tiempo aquí con él. Pero antes necesitaba una prueba la que sea por más insignificante que parezca

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