La verdad de Andrés

Diana sufría tanto, ella amaba tanto a ese hombre, más de lo que pudo haber amado a Andrés, claro que ella aún quería mucho a Andrés, pero lo que sentía por éste hombre era aún más fuerte, anhelaba estar sana y poder hacer una nueva vida con él, pero esa vida sólo podía imaginarla, además sabía que cuándo el se enterara de la verdad la odiaría con todas sus fuerzas, siempre que el le hablaba de la nueva vida que tendrían juntos ella lo evadía para evitar derrumbarse ante él, se sentía una cobarde por no tener la valentía de hablarle con la verdad.

Por otro lado, Andrés, seguía amando a Diana, pero él se alejó de su vida para que ella pudiera vivir su amor, él pensaba que ella tendría la oportunidad de rehacer su vida, darle una familia a su pequeña Liz y que las dos serían felices, estaba seguro que el amor que ella sentía por ese hombre le devolvería las ganas de luchar por su vida y retomar su tratamiento. Andrés ya estaba resignando a lo que le esperaba, para el no tenía sentido vivir si el amor de su vida no estaba junto a él, sabía que por lo que hizo en el pasado jamás tendría la vida que una vez soltó. El vivía con su familia, sus padres lo amaban tanto y sufrían viendo como su vida se iba poco a poco, el conoció a una muchacha mucho más joven que el y ella se enamoró profundamente de él, ella quería a Liz y la atendía muy bien, se llevaba muy bien con los padres de Andrés, el sabía que era una excelente mujer, pero también sabía que no podría amarla nunca, le daba tanta pena verla esmerarse tanto para ganar su amor que un día decidió decirle toda la verdad, le dijo que el no podía estar con ella porque el jamás la amaría, su corazón tenía dueña y así sería hasta su muerte, también le dijo la verdad sobre su enfermedad, le dijo que no era justo para ella luchar sola ya que el no estaba dispuesto a hacer lo más mínimo para olvidar a Diana, le dijo que ella era muy joven y bella para perder su vida con alguien que no la merecía, ella llorando le dijo que estaría dispuesta a estar con él aún con esa enfermedad, que ella sólo quería que el intentara amarla, el se negó y le pidió que se fuera de su casa y nunca más volviera, el sabía que ella estaba muy jóven y no tenía idea de las consecuencias de estar con él, además el no estaba para nada dispuesto a olvidar a Diana, el se dedicaría a disfrutar de su hija y trabajar para darle todo lo que el pudiera hasta el día de su fin, le dolía, le desgarraba pensar que un día dejaría a su hija sola y que ya no vería los ojos de su amada Diana, pero no podía luchar contra eso, era su cruel destino.