No lo puedo negar.

En mis planes no estaba sentar cabeza por tercera vez. Así que decidimos juntos que solo compartiríamos de agradables momentos.

El sexo con Alfredo era increíble, me llevaba a la luna con su hábil lengua. Era salvaje y posesivo con mi cuerpo.

Me encantaba en todos los sentidos, ni siquiera con Amadeo pude sentir tanto placer aún así nadie lo quitaría del primer lugar en mi corazón.

Otros podrían disfrutar de mi cuerpo, pero solo Amadeo sería el único, el número uno. Solo él sería el dueño de todo mi amor.

Poco a poco los meses pasaban y nuestra relación se volvía más intensa. Era como si mi cuerpo lo extrañará a cada momento.

_ Hola preciosa ¿Lista para esta noche?

_ Hola guapo siempre estoy lista para ti.

_ Te paso a buscar a la misma hora de siempre.

_ Te estaré esperando ansiosa.

Esa noche como muchas anteriores Alfredo viene por mí. Dejamos a los niños a cargo de una niñera de confianza mientras nosotros nos escapamos a disfrutar.

Me lleva a un bonito lugar para comer, la noche promete mucho, pero su afán de celos desmedidos le quita toda la magia.

Últimamente se ha vuelto muy posesivo y odia ver como otros hombres desean lo que supuestamente es de él.

_ Alfredo otra vez no por favor.

_ Acaso no ves como ese maldito te devora con su asquerosa mirada.

_ Sí lo vi. Pero eso no quita el hecho de que yo estoy contigo, de que tú eres el único que acaricia mi piel y ese sujeto solo puede imaginar pervertidas ilusiones.

_ Aún así no me agrada, odio el hecho de que te desvistan con sus sucias miradas.

_ Bueno si te pones en ese plan mejor vámonos la verdad Ya se me quitó hasta el apetito y no solo hablo de la comida.

Me levanto furiosa para salir del lugar.

_ Por favor Irina perdóname, es solo que no me gusta.

_ Y a mí no me gusta que te comporte de esta manera tan infantil. Somos adultos por favor.

_ Está bien vámonos, pero no a casa. Tengo un lugar especial al que quiero llevarte esta noche.

Accedo a ir ya que estábamos en marcha. Me lleva a un bonito hotel de lujo.

La habitación cuenta con un enorme ventanal que deja ver toda la hermosa ciudad. Rápidamente, Alfredo se pega mi espalda y sube mi vestido.

Sin previo aviso ni consideración me penetra salvajemente. Y es que me encanta cuando me toma así.

Como si fuera un animal salvaje sediento de deseo carnal. Me da la vuelta para quedar frente a frente mientras yo enredo mis piernas a su cintura. Alfredo coloca sus manos en mi cuello y lo aprieta con fuerza.

Casi no puedo respirar por la presión y siento el orgasmo más increíble de mi vida.

_ Así te gusta verdad zorrita.

_ Sí me encanta más fuerte.

_ Eres una p*** sádica Irina.

_ OH Alfredo AHHH

Me arroja con fuerza la cama quedando boca abajo Alfredo con su corbata ata mis manos y mientras me nalguea sigue embistiéndome como todo un salvaje. Y es que nuestra química en la cama es increíble. No lo puedo negar.

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