CAPÍTULO IV ATENCIÓN MÉDICA

Mientras iba camino a la clínica, Nick quiso saber por qué una mujer tan delicada e inteligente como ella, era capaz de poner su vida en riesgo…

. - ¿Desde cuándo tiene esa fascinación por las motos?

Dayanne sonrió al escuchar la pregunta y se tomó un momento para reflexionar su respuesta…

. – Ummh… Desde que era niña, siempre me han llamado la atención las motos, pero cuando mi mamá se volvió a casar y mi padrastro llevó a casa una, bueno, allí aumentó fascinación… - Recordó como siempre estaba con él en el Garaje mirando arreglarla, limpiarla y recordó la primera vez que él le dio un paseo a escondidas de su mamá y luego cuando la dejó encargada de limpiarla, eso para ella fue como para otra chica, que le hayan regalado la Barbie de la época…

. – Ósea que esto es algo común, o debo decir mejor ¿Normal?

Ella notó el reproche en su voz y lo miró…

. - ¿Qué? ¿Se refieres al accidente? – Él no respondió pero ella supuso que a eso se refería – Ya le dije que eso fue un accidente y para su alumbramiento, no siempre me ocurre, tampoco vivo dejando parte de mi piel en el asfalto… - Ella era muy responsable en ese sentido y siempre llevaba la ropa especial recomendada para ello…

. – Pero si quedas con los huesos rotos, no hay mucha diferencia…

. – Obviamente esta exagerando… - Le aclaró porque aunque él no lo sabe, ella desde que conduce moto, muy pocas veces se ha caído, y jamás se había lastimado de este modo… - Para mí, las motos no solo representan velocidad y adrenalina, sino también un escape de la rutina, no sé si lo entenderías, pero subir a mi moto y conducir a cualquier lado, me hace sentir libre y especialmente viva…

No le deseaba mal, pero Nick no estuvo de acuerdo con esa última palabra mencionada por ella, porque en su opinión, vida era lo menos que iba a tener si continuaba exponiendo su vida, manejando a esa velocidad y sin ningún tipo de prudencia…

. – Suena a emoción fugaz… - Sentenció nada convencido de sus palabras…

Dayanne sintió que él nuevamente la estaba juzgando a la ligera…

. - En algún momento debería intentar dar un paseo, así entenderá y aceptará lo que digo…

. – Ummh no creo, pero gracias – “Aunque si fuese contigo hasta de pronto me animo” pensó, aunque no creía que un paseo a alta velocidad lo hiciera cambiar de opinión.

. – ¿No me diga que le da miedo? – Preguntó Dayanne sorprendida de ese presumible descubrimiento - ¿Le tiene miedo a las motos o la velocidad?

. – Debo aclararle… – Respondió serio, pero también evidentemente algo abochornado – Que no es temor sino respeto, ni me gustan las motos, menos la velocidad…

Desde muy joven ha sido así, su percepción de este tipo de emoción es totalmente nula, comenzando cuando un motorizado temerario se lo llevó por el medio con todo y su mascota Scott, que ese mismo día falleció a causa del accidente. A partir de allí, su opinión con respecto a las personas que les gusta la velocidad muchas veces sin medir los riesgos para ellos y los demás, es completamente inexistente.

. – ¿Fue una mala experiencia? – Le preguntó Dayanne después de unos segundos en los que espero que él continuara justificando su temor, sin embrago el solo guardó silencio.

. – Ya llegamos… - Fue en cambio lo que anunció deteniendo el auto y bajando de una vez, Dayanne levantó la ceja algo curiosa por su actitud, y se preguntaba si acaso había tenido una mala vivencia en este contexto… – Ven – Reaccionó cuando lo sintió hablarle a su lado extendiéndole la mano para ayudarla a bajar.

. – Gracias – Estiró ella la izquierda porque obviamente el movimiento de su brazo derecho estaba inhabilitado. Dayanne bajó olvidándose de que su pierna derecha también lo estaba y al ser la primera en apoyar al suelo, gimió de dolor… No entendía en que momento todo se había puesto tan difícil…

. – Dayanne… - Pronunció Nick su nombre evidentemente preocupado, y sin dudarlo de un solo movimiento la levantó en brazos para que dejara de mantener la pierna en el suelo – Tranquila, todo estará bien – Le dijo cuándo se quejó, pero no por el dolor esta vez, sino por ser cargada.

. – No es necesario, puedo caminar…

. – Sí claro…

. – Por favor… - Dayanne se sentía avergonzada de que él ingresara a la clínica con ella en brazos…

. – ¡Ya deja de quejarte y quédate quieta por Dios! – Le pidió con firmeza y ella resopló molesta porque lo haya hecho…

. – Me estás irritando – Le susurró mientras escondía su cara…

. – No me digas – Respondió él mirándola y observando su gesto - ¿Por qué te escondes? ¿Acaso eres paciente regular y temes que te llamen la atención?

. – ¡Cierra la boca! – Le exigió y él solo rió poniéndola más irritada.

Dayanne fue llevada a una sala de traumas, donde le realizaron varios rayos X, tanto en brazo, pierna, como el costado derecho, pues manifestaba dolor allí y cuando el médico al auscultó notó un gran hematoma, concluyendo que podía tener una lesión en las costillas.

. - ¿Cómo ve eso amigo? – Le pregunta Nick al joven radiólogo que los atendió y revisaba los rayos X, mientras esperaban trajeran a Dayanne.

. – Debe esperar la visita del traumatólogo para evaluarla, pero claramente tiene fisura en el brazo y séptima costilla, tal vez la provocó con el codo al caer...

. – ¡Cielos! – Expresó incrédulo de que ese fuese el resultado de esa caída y que ella estuviera como si nada-

. – Pero eso no es todo, tiene también una fuerte contusión en la pierna… - Terminó mirando Nick – Fue fuerte la caída…

. – No tanto la caída, sino el tractor que le cayó encima… - Él joven lo miró sin entender, y cuando Nick comenzaba a explicarle trajeron a Dayanne en silla de ruedas donde no se veía nada agradada.

. – ¿Nos podemos ir? – Preguntó como quien no sabe el estado en el que está…

. – Estas loca si… - Nick cayó al ver la cara de pocos amigos que le dedicó Dayanne por referirse a ella nuevamente así – Lo lamento, pero claro que no saldrás de aquí, necesitas atención, ese aparato que literalmente es más grande que tú, casi te mata…

Dayanne volteó los ojos al escuchar semejante exageración de su parte…

. – ¡Santo Dios, eres peor que mi madre! – Lo acusó – Y si esto te causa tanto trauma, puedes irte…

. – ¡Ja! ¿Qué tal la señorita? – Reprochó Nick mirando al radiólogo que negó sonriendo, como no queriendo verse involucrado en la discusión… - Esa moto casi le fractura todos los huesos y dice que exagero… ¡Increíble!

. - ¿Moto? –Repitió el chico - ¿Esto fue en una moto?

. – Si, una que ni yo creo poder levantar…

. - ¿De alto cilindraje? – Volvió a preguntar el joven bastante interesado, lo que desagrado un poco a Nick - ¿Qué modelo?

. – Ducati Panigale V4 R – Respondió con orgullo Dayanne, mirando por el rabillo del ojo a Nick, que ya se mostraba serio porque él chico que había quedado impresionado con la respuesta, comenzó a hablar sobre ese tema, y Nick Evans se sintió excluido y extremadamente celoso.

Después de que la pierna, y costilla de Dayanne fue vendada y su brazo enyesado, le dieron el alta…

. – Le he hecho perder toda la tarde aquí… - Manifestó Dayanne a modo de disculpa, pues estaba apenada con él…

. – No fue pérdida de tiempo, aprendí hasta de motos Ducati – Le dijo con sarcasmo y ella lo miró, estaba serio…

. – Okey, pero hasta aquí llegó la clase… - Le respondió de igual forma - ¿Me puede pedir un taxi por favor?… - Le pidió por último…

. – ¡Por supuesto que no, yo te traje y yo te llevo, y por favor, no comiences a discutir otra vez! – Le sugirió cuando vio que esa era su intensión…

. – En serio no es necesario y deje de llamarme terca…

. – Dime algo ¿Cómo se supone te vas a defender cuando el taxi llegue a tu domicilio? ¿Permitirás que un extraño entre a tu casa?

. – Tengo padres… - Le dijo aunque esa no era buena idea, pues ellos no estaban en la ciudad y volverían en dos días, e igual si estuvieran dudaba también si llamarlos, pues prefería que el regaño fuese en privado, cuando ya estuviese instalada en su casa. – Pero está bien – Dijo levantando los brazos porque sabía que él la iba a alzar.

. – Jajaja, chica obediente, así me gusta - Y ella bailó su cabeza en un gesto de mofa…

Nick cada instante, se maravillaba de la forma de ser de Dayanne, de su olor, su sonrisa cuando las daba con sinceridad y su sarcasmo siempre presente, lo frágil que era, pretendiendo ocultarlo, y lo chocante que también podía ser…

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