Capitulo 10

Federico se quedó en el vacío de su sala culpándose por muchos errores, Guillermo y Alicia la madre de Alessandro, se habían conocido desde jóvenes, por negocios entre las familias, cuando estos se enamoraron, todos estaban felices, llego el momento en que se casaron y se fueron a vivir a la mansión Castillo, al principio todo era miel sobre hojuelas, pero luego Guillermo poco a poco fue centrándose más en los negocios, tenía una gran ansia de poder, él nunca quiso que Alicia trabajara, así que ella por amor cedió y se dedicó a su hogar, aun cuando siempre había sido una mujer independiente y muy inteligente.

Pero luego Alicia se embarazó y estaba más que feliz de dedicarse por completo a Alessandro a quien amaba profundamente, para ese momento Guillermo ya menos llegaba a la casa, pues la empresa estaba atravesando una crisis, para ese momento el padre de Alicia ya había muerto y su hermano se encargó de las empresas así que ella decidió pedirle su parte de la herencia e invertirla en la empresa Castillo para ayudar a su esposo, algo que molesto mucho a su hermano, pero no se lo negó.

Guillermo lo agradeció, pero eso lo hizo sentir incompetente, así que de alguna forma la empezó a resentir en su corazón, además luego de eso Alicia quiso intervenir en la gestión de la empresa, algo que Guillermo jamás permitiría, eso desato muchas discusiones, que poco a poco debilitaron más su relación, pero la gota que derramo el vaso para Alicia fue enterarse de que Guillermo tenía una aventura con su secretaria Victoria, eso fue algo que no pudo perdonar jamás; sin embargo, no se separó, pues sabía que estaba enferma y le quedaba poco tiempo de vida, si se iba Alessandro se quedaría desprotegido; sin embargo, desde ese momento jamás volvió a dirigirse más de dos palabras con Guillermo.

Federico siente que debió intervenir cuando vio estas actitudes en su hijo, Alicia era una mujer maravillosa sin embargo decidió no involucrarse desatando así toda esa tristeza, pues sabe que en el corazón de su hijo aun pesa la muerte de Alicia, así como la extraña y también vio como Alicia moría envuelta en tristeza.

Un gran suspiro sabe del pecho de Federico, de todas formas, es tarde, ahora solo puede velar por Alessandro esa es su única forma de reparar en algo el daño a Alicia, además no ha querido prestar atención a detalles, pues teme encontrarse con verdades que no quiere descubrir, pero cree que es el momento, no puede permitir que su hijo siga cometiendo errores.

Por otro lado, Isabella quien decidió ya no dar tantas vueltas en lo mismo por el momento, se fue a tomar una ducha y ponerse cómoda ya tendrá tiempo para analizar las cosas a profundidad más tarde.

Cuando se ha terminado de cambiar alguien toca la puerta indicando que es Beto y que todos los empleados ya están reunidos para que por favor baje.

Isabella suspira e indica que ya baja, le parece demasiada formalidad, pero no quiere prestar atención a eso, quizás porque hasta ahora todavía no quiere aceptar la realidad que se ha estado temiendo, pero ya llegara el momento de hacerlo.

Isabella baja y efectivamente en la sala están todos los empleados que como dijo Beto no son muchos, solo están una señora mayor, 3 chicas jóvenes, cuatro hombres que parecen ser los de seguridad y el jardinero que es un hombre mayor también.

Puede notar las miradas que le lanzan al verla bajar, pues la habían visto, pero se preguntan, ¿Qué está pasando?, ¿acaso va a vivir en la mansión?, ¿Por qué?, esas y muchas más preguntas los invaden, sobre todo a las chicas jóvenes quienes la observan con burla, quizás por su ropa, pues decidió vestirse casualmente ahora se arrepiente.

Para los hombres de seguridad es indiferente quien sea ella, ellos solo están ahí para cumplir las órdenes de Alessandro, así que no importa quien sea la chica. Aunque si pueden ver que es muy hermosa y le lanzan una que otra mirada coqueta.

Por su lado Martha quien es la esposa de Beto y nana de Alessandro le regala una mirada llena de cariño, algo en ella le dice que su niño por fin va a tener a alguien a quien querer y lo quiera también, un hogar de verdad, aunque ella no sabe todos los pormenores del asunto, sabe lo necesario.

Entonces Beto carraspea para llamar la atención de todos quienes seguían con sus miradas puestas en Isabella.

- Les he mandado llamar aquí por orden del señor, para informarles que. – Pero antes de que Beto pueda decir algo, Alessandro, quien estaba en la puerta del salón toma la palabra.

Él no pensaba intervenir, pero al ver las miradas que le habían dado a su ahora esposa, no sabía cuales le habían molestado más si las coquetas por parte de los de seguridad o las de burla de esas chicas, así que decidió tomar el mando para dejar en claro la situación.

- Espera Beto, yo mismo hare el anuncio.

- Si señor, adelante. – Responde Beto.

- Les presento a la Aria Castillo mi esposa, la señora de esta casa, de ahora en adelante todas las decisiones serán tomadas por ella, toda la mansión está a cargo de ella. – Anuncia Alessandro seriamente.