Capitulo 5

Tampoco es secreto para nadie las capacidades de Alessandro, tanto como la incompetencia de Cristian, quien hasta ahora no ha mostrado el más mínimo resultado, contrario a su hermano mayor que se ha hecho de un nombre dentro y fuera del país.

- Presidente Suarez me alegra mucho que piense así, tanto como me alegra recibirlo en mi casa, adelante y ustedes no sé qué están reclamando, solo quería que tuviéramos una cena en familia, también con los Suarez que son grandes amigos. – Dice Federico, dejando sorprendido a Suarez quien creyó que en la cena iban a anunciar el compromiso, pero al parecer algo cambio, lo nota al ver las expresiones de Federico e Irene, ya que Alessandro tiene la misma expresión de siempre.

La tensión del lugar era palpable, por un lado, Suárez estaba desconcertado por las palabras de Federico, mientras que Irene se notaba algo alterada, Guillermo y Victoria no entendían bien lo que estaba pasando, al parecer los planes originales habían cambiado o eso es lo que parece, pero, ¿Qué fue lo que paso?, esa es la verdadera pregunta que se están haciendo en este momento.

Por otro lado, Cristian solo observa la situación sin ningún sentimiento en particular está seguro que aun cuando Alessandro se case con Irene, su posición de heredero es segura, pues cuenta con el apoyo de sus padres.

Para romper la línea de pensamiento que tienen los presentes, entra Walter para anunciar que la cena está servida, invitándolos a pasar al comedor.

En ese momento Alessandro, decidió que lo mejor era cortar esa farsa de una vez por todas.

- Abuelo deseo que tengan una agradable cena, yo me tengo que ir, aún tengo asuntos pendientes, te vere después. – Anuncia Alessandro para ponerse de pie. – Padre. – Añade con un leve asentimiento de cabeza. – presidente Suarez, Irene hasta otra oportunidad por favor disfruten su velada. – Cierra Alessandro para dirigirse a la salida, dejando a todos con la boca abierta, Federico quería morir de la ira, Alessandro estaba echando por la borda todos sus planes para él, Irene estaba histérica la acababa de dejar ahí como si nada aun cuando ella confeso abiertamente sus sentimientos, Suárez que no sabe que paso exactamente se siente humillado por la actitud de Alessandro, mientras la familia Castillo no entiende nada.

- Bien pasemos al comedor. – Menciona Federico para recomponerse, ahora no sabe que decirle a Antonio, sobre la actitud de su sobrino.

Mientras tanto Cristian alcanza a Alessandro, antes de que esté suba a su vehículo.

- ¿Qué planeas hermanito?, solo para que veas que te tengo aprecio te recomiendo que no hagas esfuerzos inútiles, aun cuando te cases con Irene o con cualquiera, no eres rival para mí por la posición de heredero. – Declara con suficiencia Cristian observando a su hermano, le molesta profundamente que nunca puede ver una expresión en su rostro es como si nada le importara, le encantaría verlo enojado al menos, pero ni eso logra.

- Cristian, Cristian de verdad crees que haría algo en contra de mi voluntad, solo para pelear la por la posición de heredero contigo, deberías saber que no es como yo hago las cosas. – Sonríe con frialdad Alessandro, ese hermanito suyo cree que es rival para él, si no fuera porque hasta ahora no le ha interesado nada de lo que tenga que ver con su familia, quizás hoy Cristian ya no sería el heredero, pero ahora que tiene una nueva motivación tal vez sea momento de luchar por lo justo.

- ¿Qué quieres decir con eso?, ¿acaso planeas pelear por la presidencia? – Cuestiona Cristian al escuchar a Alessandro, aun cuando está seguro de su posición, no dejan de intimidarlo un poco las palabras de su hermano, pues es plenamente consciente de que este no ha hecho nada por la presidencia no porque no pueda, sino porque no ha querido.

- Mmmmm talvez, quizás sí, quizás no, así que no me provoques, sé que sabes de lo que soy capaz. – Afirma Alessandro para marcharse del lugar, ¿Por qué no hacer algo interesante? Sonríe mientras el auto se pone en marcha.

- Señor parece que le fue bien. – Menciona Pedro al ver la expresión de su jefe, ya que este solo sonríe cuando algo demasiado bueno le sucede.

- Te equivocas Pedro, fue un desastre, pero estoy inspirado, llama a mi esposa que esta noche se debe mudar a la mansión.

Pedro al escucharlo se queda en shock, ¿acaso su jefe dijo esposa?, debió ser que escucho mal, si eso debió ser. Con temor consulta.

- Señor, disculpe me puede repetir. – Menciona Pablo tímidamente.

- Pablo estás idiota o que te pasa, sabes que no me gusta repetir mis órdenes. – Responde Alessandro.

- Disculpe señor, lo sé, pero me dijo que llamara a su ¿esposa?

- Si. Eso mismo– Responde Alessandro molesto.

- Señor, perdón, pero, ¿Cuál esposa? – Pregunta nuevamente Pablo con tono de voz aún más bajo, a lo que Alessandro recuerda que hasta ahora solo Beto lo sabe.

- Ah es verdad, no lo sabias, dile a Aria que se mude.

- ¿La señorita Aria? – Pregunta asombrado Pablo.

- Señora Aria de ahora en adelante, arregla todo en la mansión e infórmales a todos los empleados que la señora de la casa se muda hoy.

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