Nota: Es capitulo de información realmente es un capítulo extra, pueden leerlo o seguir con el siguiente.
Tres meses habían pasado desde que Elena comenzó a asistir a los Grand Prix de Fórmula 1 como invitada de Alexandra. En ese tiempo, se había convertido en una figura familiar en el paddock de Mercedes, donde siempre era bien recibida por Lewis, George, Toto y el resto del equipo.
Sin embargo, Sergio, que ahora trabajaba para Red Bull, no podía evitar sentir una atracción hacia Elena cada vez que la veía en el paddock de Mercedes. Aunque sabía que ella lo había superado, él no podía evitar sentir un residuo de sentimiento hacia ella.
En varias ocasiones, Sergio se acercó a Elena en el paddock de Mercedes y la invitó a visitar el sitio de Red Bull. "Elena, ¿quieres venir a ver nuestro garage? Estoy seguro de que te gustará", decía con una sonrisa.
Pero Elena siempre rechazaba su invitación. "Gracias, Sergio, pero estoy bien aquí con mis amigos de Mercedes", respondía con una sonrisa educada.
Sergio no se daba por vencido y seguía intentando convencerla. "Vamos, Elena, solo será por un minuto. Quiero mostrarte algo nuevo que estamos trabajando".
Elena se mantenía firme. "Lo siento, Sergio. No creo que sea una buena idea".
Aunque Sergio no entendía por qué Elena siempre rechazaba sus invitaciones, sabía que no debía insistir. Respetaba su espacio y se limitaba a sonreír y desearle suerte en su trabajo con Mercedes.
Mientras tanto, Lewis y George comenzaron a notar la tensión entre Sergio y Elena. "¿Qué pasa entre tú y Sergio?" preguntó Lewis un día.
Elena se encogió de hombros. "Nada, Lewis. Solo es historia antigua".
George asintió. "Entiendo. Bueno, si necesitas algo, estamos aquí para ti".
Elena sonrió, agradecida por la solidaridad de sus amigos. Sabía que podía contar con ellos, independientemente de lo que pasara con Sergio.
La comida de la parrilla fue organizada por Alexandra, quien había invitado a todos los pilotos y equipos de Fórmula 1. Elena inicialmente no quería ir, pero Alexandra la convenció.
"Elena, tienes que venir", dijo Alexandra. "Será divertido y podrás conocer a nuevas personas."
Elena dudó, pero Alexandra sabía su historia con Sergio y quería ayudarla a superar los resentimientos. "Vamos, Elena. No dejes que Sergio te arruine la diversión."
Elena finalmente aceptó y se unió a la comida. Al llegar, vio a Sergio y su esposa Carola, la mujer por la que la había dejado. Elena se sintió nerviosa, pero Alexandra la tomó del brazo y la acompañó a la mesa.
Carola, una mujer hermosa y elegante, se presentó con una sonrisa. "Hola, soy Carola. Encantada de conocerte."
Elena se sorprendió al darse cuenta de que Carola no sabía nada de su historia con Sergio. "Hola, Carola. Soy Elena. Encantada de conocerte también."
Durante la comida, Elena y Carola comenzaron a hablar y Elena se dio cuenta de que Carola era una persona amable y genuina. No había nada de malicia en ella, solo una mujer que amaba a Sergio y su familia.
Elena decidió mantener su relación con Sergio en privado y centrarse en conocer a Carola mejor. "Carola, ¿cómo te gusta la vida en el mundo de la Fórmula 1?" preguntó.
Carola sonrió. "Me encanta. Es emocionante y dinámico."
Elena asintió. "Sí, lo es. Conozco a Max Verstappen desde hace tiempo. Es un gran piloto."
Carola se interesó. "¿De verdad? ¿Cómo lo conociste?"
Elena sonrió. "En una carrera hace unos años. Es una persona muy simpática."
La conversación continuó y Elena se sintió cómoda hablando con Carola. Aunque no le contó su historia con Sergio, se alegró de haber conocido a la mujer que ahora estaba en su lugar.
Al final de la comida, Elena se despidió de Carola y Sergio con una sonrisa. "Fue un placer conocerla, Carola. Espero verte pronto."
Carola sonrió. "Lo mismo digo, Elena. Gracias por la charla."
Elena se fue con Alexandra, sintiéndose aliviada y contenta de haber superado un obstáculo emocional.
Después de un rato, Elena se despidió de Max y continuó disfrutando del paddock. El fin de semana de carrera pasó volando y pronto llegó el momento de decir adiós a los amigos y equipos.
"Nos vemos en el próximo GP", dijo Alexandra, abrazando a Elena.
"Sí, nos vemos pronto", respondió Elena, sonriendo.
El siguiente GP sería en Monza, Italia, y Elena ya estaba emocionada de volver a ver a sus amigos y a Max.
Dos semanas después, Elena llegó a Monza y se dirigió al paddock. Buscó a Max y lo encontró en el garage de Red Bull.
"Hola, hermanita", dijo Max, sonriendo. "¿Listo para la carrera?"
Elena se rió. "Sí, estoy lista. ¿Y tú? ¿Preparado para ganar?"
Max se burló de ella. "Por supuesto que estoy preparado. Soy el mejor piloto de la parrilla".
Elena negó con la cabeza, sonriendo. "Sí, sí, claro que lo eres".
Max continuó burlándose de ella, pero Elena sabía que era solo una forma de cariño y amistad.
Más tarde, Elena se reunió con Carola y Sergio en el paddock. Carola la abrazó calurosamente.
"Elena, me alegra verte de nuevo", dijo Carola.
Elena sonrió. "Lo mismo digo, Carola. ¿Cómo estás?"
La conversación continuó y Elena se sintió contenta de haber vuelto a ver a sus amigos en el mundo de la Fórmula 1.
La carrera en Monza prometía ser emocionante y Elena estaba lista para disfrutarla al máximo.
Después de la emocionante carrera en Monza, Max y Elena decidieron ir a platicar a un lugar más tranquilo. Se sentaron en una cafetería cerca del circuito y pidieron un café.
Max estaba eufórico después de su victoria. "Elena, no puedo creer que gané de nuevo. Es increíble".
Elena sonrió. "Lo sabía que podrías hacerlo, Max. Eres un gran piloto".
Max se rió. "Gracias, hermanita. Tú siempre me apoyas".
Elena se puso seria por un momento. "Max, quiero hablar contigo sobre algo importante".
Max se sorprendió. "¿Qué pasa? ¿Estás bien?"
Elena asintió. "Sí, estoy bien. Pero quiero hablar sobre tu relación con tu papá".
Max se tensó. "¿Qué hay de malo con mi relación con mi papá?"
Elena se acercó a él. "Max, sé que no es fácil para ti. Tu papá es muy exigente y a veces puede ser muy crítico. Pero quiero que sepas que no estás solo. Hay personas que te apoyan y te quieren tal como eres".
Max bajó la mirada. "Sé que mi papá quiere lo mejor para mí, pero a veces siento que no me entiende".
Elena tomó su mano. "Max, tienes que hablar con alguien sobre esto. Un psicólogo puede ayudarte a procesar tus sentimientos y encontrar una forma de mejorar tu relación con tu papá".
Max se sorprendió. "¿Un psicólogo? No sé si eso es para mí".
Elena sonrió. "Max, no hay nada de malo en pedir ayuda. De hecho, es un signo de fuerza. Y te prometo que te ayudará a ser más feliz".
Max pensó por un momento y luego asintió. "Está bien, Elena. Lo haré. Gracias por cuidarme".
Elena se abrazó a él. "Siempre estaré aquí para ti, Max. Quiero que seas feliz".
Max sonrió. "Lo seré, Elena. Gracias a ti".
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