Capitulo 11

Tiempo después, Elena había logrado reconstruir su vida en Guadalajara, México. Había encontrado un nuevo propósito y había aprendido a dejar atrás el dolor del pasado.

Un día, mientras caminaba por el centro histórico de la ciudad, se celebraba su cumpleaños número 25. Elena había decidido pasar el día sola, reflexionando sobre su vida y sus logros.

De repente, un equipo de cámaras se acercó a ella. Un youtuber famoso de México, conocido por sus juegos y retos en parejas, se le acercó con una sonrisa.

"Hola, ¡feliz cumpleaños! Me llamo Carlos y soy el presentador de 'Amor en Juego'. Estamos buscando participantes para nuestro próximo reto y creo que tú podrías ser perfecta", dijo Carlos.

Elena se sorprendió y se sintió incómoda. "¿Qué tipo de reto?", preguntó.

"Cambiarás de pareja en un hotel. Serás pareja de uno de nuestros participantes durante 24 horas en un hotel de lujo. Será divertido, te lo prometo", explicó Carlos.

Elena dudó. No estaba segura de querer participar en un juego de parejas, especialmente después de su pasado. Pero Carlos la convenció con su entusiasmo y la promesa de que nadie sabría su verdadera identidad.

"Está bien, acepto", dijo Elena finalmente.

Carlos sonrió. "Excelente! Te presento a tu pareja, Alejandro. Es un chico divertido y carismático. Estoy seguro de que lo pasarás bien".

Elena se sintió nerviosa al conocer a Alejandro, pero intentó relajarse. Después de todo, era solo un juego.

Alejandro la miró y sonrió. No la conocía en absoluto, pero le parecía guapa y misteriosa. Estaba intrigado por saber más sobre ella.

Después del reto de "Cambiar de pareja en un hotel", Elena y Alejandro se sorprendieron al descubrir que habían congeniado muy bien. A pesar de las diferencias en sus personalidades, habían encontrado un conexión especial y decidieron mantenerse en contacto.

El vídeo del reto se había vuelto viral y el YouTube quería aprovechar la popularidad del dúo. Carlos, el presentador, les ofreció grabar más contenido juntos, pero Elena se mostró reacia.

"No quiero ser el centro de atención", le dijo Elena a Alejandro. "Me gusta nuestra amistad, pero no quiero que se convierta en un espectáculo".

Alejandro entendió sus reservas y decidió respetar su decisión. "Entiendo, Elena. No te preocupes, no te obligaré a hacer nada que no quieras".

A pesar de la negativa de Elena, Carlos siguió insistiendo en grabar más contenido con ellos. Les ofreció una gran cantidad de dinero y les prometió que serían los protagonistas de su canal.

Finalmente, Elena accedió a grabar algunos vídeos esporádicamente, siempre y cuando pudiera mantener su privacidad y no se sintiera incómoda. Alejandro se aseguró de que sus deseos fueran respetados.

Los vídeos que grabaron juntos fueron pocos, pero muy populares. La química entre Elena y Alejandro era evidente y la audiencia se enamoró de su amistad.

Sin embargo, Alejandro comenzó a sentir algo más que amistad hacia Elena. Le gustaba su personalidad, su sentido del humor y su belleza. Pero cada vez que intentaba acercarse a ella de manera romántica, Elena lo rechazaba con gentileza.

"Alejandro, eres un gran amigo", le decía. "No quiero arruinar nuestra amistad".

Alejandro se resignó a mantener su amor en secreto, contentándose con la amistad que compartían. Pero no podía evitar preguntarse si algún día Elena sentiría lo mismo por él.

Después de su aparición en el programa de YouTube "Amor en Juego", Elena se convirtió en una sensación en las redes sociales. Su belleza, personalidad y química con Alejandro la hicieron objeto de admiración para millones de personas.

Pronto, recibió una invitación para aparecer en un programa de televisión nacional, uno de los más populares del país. La invitación era irresistible, y Elena aceptó.

Su aparición en el programa de televisión fue un éxito rotundo. Su carisma y encanto conquistaron al público, y se convirtió en la nueva sensación de la televisión.

Sin embargo, a medida que su fama crecía, Elena comenzó a sentirse incómoda. No había buscado la fama, y solo quería disfrutar de su vida de lujos, riqueza y éxito en privado.

"Quiero seguir siendo Elena, no una celebridad", le dijo a Alejandro en una conversación privada. "No quiero que mi vida sea un espectáculo constante".

Alejandro la entendió, pero también le recordó que su fama podía ser una oportunidad para hacer algo bueno. "Puedes usar tu plataforma para ayudar a otros", le dijo.

Elena se sintió dividida. Por un lado, quería mantener su privacidad y libertad. Por otro, sabía que su fama podía ser una herramienta poderosa para hacer el bien.

Finalmente, decidió establecer límites claros para proteger su vida privada. Aceptó algunas entrevistas y apariciones públicas, pero siempre con la condición de que se respetara su espacio personal.

Mientras tanto, Alejandro seguía siendo su amigo y confidente, apoyándola en cada paso del camino. Pero su amor secreto por ella seguía creciendo, y se preguntaba si algún día podría revelar sus sentimientos sin perder su amistad.

Después de mucho reflexionar, Elena decidió que la fama y las redes sociales no eran para ella. Quería volver a su vida privada y tranquila, lejos de los reflectores y la atención constante.

"Adiós a todo esto", dijo Elena, cerrando sus cuentas de redes sociales y rechazando todas las ofertas de trabajo y entrevistas.

Pensó que había logrado escapar de la fama, pero la prensa seguía interesada en ella. Un día, mientras asistía a la boda de su mejor amiga Sofía Richer, la hija de uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, los paparazzi la descubrieron.

"¡Elena, la estrella de 'Amor en Juego', en la boda de Sofía Richer!", gritaron los periodistas, mientras la bombardeaban con preguntas y flashes.

Elena se sintió incómoda y abrumada. No quería ser el centro de atención en la boda de su amiga.

"Sofía, lo siento", dijo Elena, acercándose a la novia. "No quería llamar la atención en tu día especial".

Sofía sonrió y la abrazó. "No te preocupes, Elena. Disfrutemos de la noche".

De repente, Selena Gomez y Taylor Swift, también mejores amigas de Elena y Sofía, se unieron a ellas.

"Vamos a correr a la prensa", dijo Taylor, con una sonrisa traviesa.

Las cuatro amigas se tomaron de la mano y corrieron hacia la salida, rodeadas de flashes y gritos de los periodistas. Lograron escapar de la prensa y se dirigieron a una zona más tranquila de la fiesta.

"Gracias, chicas", dijo Elena, riendo. "Me salvasteis de la locura".

Sofía sonrió. "Siempre estaremos aquí para ti, Elena. Ahora, vamos a disfrutar de la noche".

Y así, las cuatro amigas pasaron el resto de la noche bailando, riendo y disfrutando de la compañía de cada una, lejos de la atención de la prensa.

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