Aurora Winter, conocida como Elena en su vida personal, yacía en la cama del hospital, aún recuperándose de las heridas físicas y emocionales que Sergio le había infligido. Los medicamentos la habían adormecido, pero la llamada del teléfono la sacó de su estado de somnolencia.
"¿Sí?" respondió débilmente.
"Aurora, soy Christian Horner, director de Red Bull Racing. Lo siento mucho por lo que ha pasado. ¿Cómo estás?" preguntó.
Aurora se sorprendió. ¿Cómo sabía Christian que estaba en el hospital? ¿Y por qué llamaba ahora?
"Estoy... mejor", mintió, intentando mantener la calma.
"Me alegra escuchar eso", dijo Christian. "Aurora, necesito hablar contigo sobre Sergio. Queremos ficharlo para nuestro equipo y necesitamos tu aprobación como patrocinadora principal".
Aurora se sintió confundida. ¿Por qué necesitaban su aprobación? ¿No sabían que ella y Sergio tenían una historia personal?
"¿Por qué mi aprobación?" preguntó, intentando sentarse en la cama.
"Porque eres nuestra patrocinadora principal y queremos asegurarnos de que estés de acuerdo con la decisión", dijo Christian. "Además, hemos recibido tus planos de mejoras para el equipo y queremos discutirlos contigo".
Aurora recordó los planos que había enviado a Christian hace algunas semanas. Habían sido fruto de meses de trabajo y investigación.
"Está bien", dijo finalmente, cerrando los ojos. "Acepto".
Mientras decía las palabras, una voz en su mente decía: "Es lo último que haré por él. Después de esto, ya no tengo nada que ver con él".
Aurora colgó el teléfono, sintiendo una mezcla de sentimientos encontrados. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero también sabía que esto no cambiaba nada entre ella y Sergio.
Nadie en el equipo sabía sobre su relación con Sergio, y Aurora quería mantenerlo así. Quería mantener su vida personal separada de su vida laboral.
La enfermera entró en la habitación, preocupada por el estado de Aurora. "¿Estás bien, cariño?" preguntó.
Aurora asintió débilmente. "Sí... solo necesito descansar".
Sergio se sentó en la mesa de la comida familiar, rodeado de sus padres, hermanos y su novia Carola. La conversación era alegre y relajada, pero Sergio no podía evitar sentirse incómodo. Aún estaba pesando en su conciencia lo que había hecho con Elena.
De repente, su padre habló. "Sergio, tengo una noticia increíble. Acabo de hablar con Christian Horner y te han ofrecido un contrato con Red Bull".
La mesa se llenó de gritos de alegría y felicitaciones, pero Sergio se sintió paralizado. ¿Cómo podía celebrar esto después de lo que había hecho?
Carola se acercó a él y lo besó en la mejilla. "Estoy tan orgullosa de ti, Sergio. Esto es un sueño hecho realidad".
Sergio forzó una sonrisa, pero en su interior se sentía vacío. ¿Qué diría Elena si supiera que había entrado en Red Bull? ¿La había lastimado demasiado como para que ella pudiera perdonarlo?
Su hermana Paola lo miró con una expresión seria. "Sergio, ¿estás bien? Pareces distraído".
Sergio se encogió de hombros. "Estoy bien, Paola. Solo estoy un poco sorprendido".
Pero Paola sabía que algo estaba mal. Había visto la culpa en los ojos de Sergio cuando le había contado sobre Elena.
La comida continuó, pero Sergio no podía sacudirse la sensación de que no se merecía esta oportunidad. No después de lo que había hecho.
Cuando la comida terminó, Sergio se levantó de la mesa y se disculpó. "Necesito un momento a solas", dijo.
Se fue al jardín, donde se sentó en un banco y se cubrió la cara con las manos. ¿Qué había hecho? ¿Cómo podía arreglar esto?
La voz de Paola lo sacó de sus pensamientos. "Sergio, ¿estás bien?"
Sergio se levantó y la miró. "No, Paola. No estoy bien. He hecho algo terrible y no sé cómo arreglarlo".
Paola lo abrazó. "Sergio, puedes arreglarlo. Pero primero debes enfrentar tus errores y pedir perdón".
Sergio asintió, sabiendo que Paola tenía razón. Pero ¿sería demasiado tarde para Elena?
Seis meses habían pasado desde que Elena había desaparecido de la escena pública. Nadie sabía dónde estaba ni qué había sido de ella.
Mientras tanto, Sergio había comenzado su temporada con Red Bull, pero no había podido sacudirse la sensación de culpa que lo había perseguido desde su incidente con Elena.
En el Gran Premio de Brasil, Sergio se preparaba para la carrera cuando de repente vio una figura familiar en la zona de paddock. Era Elena, vestida con ropa sencilla: jeans y una camiseta blanca, y una gorra de Mercedes que resaltaba su belleza.
Sergio se sintió impactado. ¿Qué estaba haciendo ella allí? ¿Por qué había regresado? Elena parecía diferente, más segura y más confiada. Su mirada se encontró con la de Sergio y por un momento, pareció que el tiempo se detuvo.
Sergio se acercó a ella, nervioso. "Elena... ¿dónde has estado?" preguntó.
Elena sonrió débilmente. "En un lugar donde podía encontrar la paz", respondió.
Sergio se sintió culpable. "Lo siento, Elena. Lo siento mucho por lo que hice".
Elena lo miró con una expresión seria. "No necesito tus disculpas, Sergio. Solo necesito que respetes mi espacio".
Sergio asintió, sabiendo que no podía esperar que Elena lo perdonara tan fácilmente.
"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó.
"Estoy aquí para disfrutar de la carrera", respondió Elena.
Sergio se sintió impresionado. Elena había regresado y estaba más fuerte que nunca.
La carrera comenzó y Sergio se concentró en su trabajo, pero no podía sacar a Elena de su mente. ¿Qué había pasado durante esos seis meses? ¿Qué la había llevado a regresar?
Después de la carrera, Sergio se acercó a Elena de nuevo. "¿Puedo hablar contigo un momento?" preguntó.
Elena lo miró con una expresión cautelosa. "¿Qué quieres hablar?" respondió.
Sergio respiró profundamente. "Quiero saber qué pasó durante esos seis meses. ¿Dónde estuviste?"
Elena lo miró durante un momento antes de responder. "Estuve en un lugar donde pude encontrar la paz y la libertad. Un lugar donde pude olvidarme de ti".
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