Cap. 15: El interrogatorio

Amelia fue transportada a través de la ciudad hasta llegar a un majestuoso palacio élfico, construido en piedra, iluminado por brillantes luces, parecía nacer de la misma montaña. Ella no tuvo tiempo de admirar su esplendor porque mientras el carruaje del príncipe se dirigió a la puerta principal, la jaula en la que llevaban a Amelia se dirigió hacia la parte posterior del palacio.

Dos elfos se acercaron una vez que la jaula se detuvo frente a una gran reja. Rápidamente la bajaron y a empujones la hicieron ingresar por una puerta que conducía a una serie de pasillos que iban haciéndose cada vez más húmedos. No sabía cuando tiempo ya había caminado, pero sentía que eran horas, estaba muy agotada, adolorida y somnolienta y cada vez sentía más frío.

Finalmente llegaron a un pasillo lleno de celdas, las cuales estaban aparentemente vacías, no se podía ver el interior, solo una serie de puertas con una pequeña ventana con barrotes. Llegaron casi al final del pasillo y la arrojaron dentro. Celethor en la puerta la miró con disgusto y le dijo en tono mordaz.

-Este es el lugar para una mestiza, aunque si por mi fuera ya estarías muerta. El príncipe vendrá mañana para empezar el interrogatorio, así que piensa bien tus respuestas si quieres conservar tus dedos completos... -Iba a cerrar la puerta cuando añadió - Ni intentes comunicarte con la dragona, las celdas están protegidas, no lograrás alcanzar su mente... Cerró la celda y ordenó a los guardias que la vigilen.

Amelia se sintió completamente abandonada ahí en esa húmeda celda, temblaba mucho y le dolía el cuerpo. Se acurrucó en el catre e intentó en vano comunicarse con Lía. Se sentía muy sola, levantó su mano derecha e intentó convocar una esfera de luz, pero tampoco pudo hacerlo. Al parecer en esa celda su magia tampoco servía. Suspiró se abrazó a si misma tratando de generar algo de calor y esperó.

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Amelia nunca supo cuánto tiempo estuvo ahí, pero dos veces los guardias trajeron agua y pan y una vez más trajeron la poción que debía tomar para seguir combatiendo el veneno.

Mientras Amelia intentaba dormir la puerta se abrió, entró una guardia, le indicó que la siguiera y la condujo a una sala, igual de fría que la celda, hizo que se sentará en una silla helada y la amarró.

Pasaron unos minutos y entró Celethor seguido de Orión. Ambos la miraban con desprecio. Orión se acerca lentamente y se pone delante de ella, lo que obliga a Amelia a levantar el rostro.

Orión: (con voz autoritaria) mestiza, sabemos que eres una espía de El Escuadrón. No nos engañes. Queremos saber tus propósitos.

Amelia: (con miedo) No sé de qué hablas...

Celethor: (con desdén) No juegues con nosotros hibrida. Tenemos pruebas. - Saca un papel y le pone delante de ella.

Amelia mira el papel pero no entiende nada- No sé qué queréis que diga... ¡No soy una espía!

Orión: ¡No mientas! El Escuadrón ha estado atacando nuestros pueblos durante meses. Y tú apareces aquí, en nuestro reino, sin explicación alguna.

Amelia trata de explicar: Mire alteza desconozco sobre los ataques que me dice, yo era una esclava en Blackhaven. Hui de ahí cuando intentaron atrapar a Lía.

Celethor: Mira híbrida, acaba de llegar un mensajero exigiendo que te devuelvan y este papel (vuelve a poner el papel frente a Amelia ) es el título de propiedad que tiene el general de los Necromantes sobre ti pequeña ramera. ¿Qué querías hacer en Elvanar? ¿Matar al príncipe? ¿Qué haces con la dragona, dónde la robaron? ¿Ustedes atacaron el nido verdad?- mientras Celethor hacia todas esas preguntas, iba alterándose cada vez más, en la ultima pregunta tomó a Amelia del cabello y la sacudió con rudeza.

Amelia gritó ante su arrebato de furia y contesto mientras lloraba: Yo no sabía que el general de los Necromantes me había comprado, pensé que Lucrecia, mi primera dueña me había vendido a Horacio, el jefe de la tropa que está estacionada en Blackhaven.

Orión: (furioso) ¡Basta de mentiras! (se vuelve hacia Celethor) Vamos a iniciar con la tortura. Quizás así se decida a hablar.

Celethor asiente y saca un látigo. Amelia empieza a temblar.

-No por favor, no me golpeen, mántenme pero no quiero sufrir más.

Orión: (impaciente) ¡Habla, entonces!

Amelia: Pero les he dicho la verdad, el jefe de la guardia me dijo que me había comprado y que luego había matado a mi primera ama. Él estuvo... él estuvo torturándome y lo interrumpieron y ahí llegaron unos hombres con capas que me exigían llamar a Lía, querían atraparla, pero logramos huir. No sabía que Lía estaba volando cerca de su ciudad, sino le hubiera dicho que no lo hicieran por favor, pueden preguntarle a mi dragona.

-¡Una mestiza. Eres una abominación!. La mezcla de sangres es un pecado ante los ojos de los dioses. Y encima tienes el descaro de llamar tu dragona a una criatura casi divina, cómo te atreves a nombrarla siquiera. La robaron de bebé y confundieron su tierna mente. Solo eso explica que ella trate de defenderte.- Celethor dice todo con veneno destilando de sus palabras, levanta el látigo.

Amelia: (con terror) ¡Por favor, no me lastimes...!

Celethor: (con crueldad) ¿Por qué debería tener piedad contigo? Eres una espía, una traidora. Y para colmo, una mestiza. No eres digna de vivir.

Orión: Celethor, no... necesitamos la información, hay otras maneras diferentes que el castigo físico.

Celethor: (furioso) ¡No, alteza Orión! ¡Esta mestiza no merece nuestra compasión! (golpea a Amelia en la cara con su mano)

Amelia: (llorando) ¡Por favor...!

Celethor: (con asco y furia) ¡Calla, mestiza! ¡No tienes derecho a hablar en nuestra presencia!- Nuevamente levanta el látigo, pero Orión lo detiene.

-Es suficiente, voy a entrar en su mente.

-Alteza tendrá que tocarla e invadir sus pensamientos impuros.

-Hazte a un lado y vigila sus movimientos mientras ingreso en su mente, no queremos sorpresas.

Orión pone sus manos en la cabeza de Amelia y cierra los ojos. Comienza a explorar su mente.

Orión: (en la mente de Amelia) Veo... oscuridad. Miedo. ¡Dolor!- Ve imágenes de Amelia siendo golpeada, abusada por dos hombres distintos. Piensa que fue usada como prostituta

Orión: (sacudiendo la cabeza) ¡Es repugnante! era una prostituta

Celethor: Asqueroso, no le basta con tener sangre putrefacta, encima planeaba traer bastardos mestizos como ella, ¿Está embarazada alteza?

Orión seguía en la mente de Amelia, intentando encontrar sentido a lo que veía, pero existía interferencia en su mente, como intentar ver a través de un espejo con vapor. Orión hacía comentarios sobre lo que veía y Celethor comentaba con desprecio sobre ellos.

Cómo si fuera culpa de Amelia haber sido una esclava y ser utilizada vilmente.

-¿Por qué no puedo ver con claridad sus recuerdos?. Se pregunta Orión.

-Debe tener entrenamiento su alteza, debe ser una espía, ponga más fuerza y oblíguela a qué le muestre todos sus secretos.

Orión impone más magia y Amelia empieza a temblar bruscamente, de repente todo se vuelve negro, Amelia está inconsciente.

Orión suspira, retira sus manos y ordena a Celethor que la lleve a su celda. Sale de la habitación, y va rumbo a su habitación. Todos los recuerdos de Amelia que pudo ver invaden su mente. Fue golpeada desde su niñez, y luego fue vendida y tomada por dos hombres. Asqueroso. Siente una gran pena, los únicos momentos de felicidad de ella fueron con la dragona.

Necesita volver a entrar a su mente y ver la relación que tiene con los necromantes y entender porqué la dragona la defiende tanto.

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