Capitulo XV Sorpresas

Punto de vista de Leo

Fuimos invitados a la casa de mi tío a una cena familiar, según él tenía una noticia que darnos. La verdad me daba igual lo que mi familia quisiera decir, pero según mis padres era una grosería no ir, además me tocaba ir con Irene, no sé en qué momento se me ocurrió meterme con ella, no la tolero, solo la soporto por el hijo que está esperando.

Mis días se hacían pesados y lo peor era que no había tenido noticias de Kristen, desde el día del compromiso no supe nada más de ella y cuando le tocaba el tema a Irene, está se ponía como loca. Quisiera tener la oportunidad de explicarle cómo fueron las cosas.

Sin ánimos de nada, salí junto con Irene y mi padre a casa del tío, mi madre llegaría más tarde, ya que andaba en el salón para darle una buena impresión a Gabriel. A veces parecía que a ella le gustaba mi tío.

Llegamos a la casa de Gabriel y nos encontramos con los papás de Irene en la puerta, por unos segundos me emocioné pensando que Kristen estaba con ellos, pero la decepción llegó de nuevo a mí cuando vi que llegaron solos en el taxi. Una muchacha del servicio nos abrió la puerta y mí tío Gabriel nos dio la bienvenida, levante la mirada para saludarlo, pero me lleve la sorpresa de mi vida; Kristen estaba con mi tío y sus manos estaban entrelazadas, sentí que estaba en una realidad desconocida, el mundo se me vino encima, presentía lo peor.

El tío nos dio la bienvenida y presento a la mujer que amaba como su prometida, sentí mucha rabia al ver cómo la tocaba, como la miraba. Pero más rabia sentí al ver que ella se dejaba tocar por él, cuando a mí no me dejaba ni tocarle el cabello. Después de la discusión que Kris ten tuvo con su mamá se disculpó y salió de la sala, detrás de ella se fue mi tío, tardaron diez minutos en regresar y cuando lo hicieron se veían muy felices. Pasamos al comedor y cuando estaban a punto de servir la cena; llegó mi madre, con sus aires de grandeza saludo a todos menos al papá de Irene, Kristen se dio cuenta de eso y su cara cambio radicalmente, si mi madre se atrevía a decir algo fuera de lugar, estaba seguro de que Kristen no se lo dejaría pasar. A mi madre nunca le gustó juntarse con la clase inferior, como ella los llamaba, solo soportaba a Irene por el bebé que estaba esperando y porque ella hacia todo lo que mi madre le decía. Entre las dos hacían de mi vida un infierno.

Y como lo presentí mi madre hizo un comentario fuera de lugar y Kristen la puso en su sitio, después del inconveniente la cena transcurrió sin más problemas. Cuando mi tío contó cómo conoció a la mujer de mi vida, me sentí celoso.

Tenía tantas ganas de agarrarla de la mano y sacarla de esa casa, pero sabía que eso era imposible, yo por mi estupidez arruine mi vida y aleje a Kristen para siempre de mí.

Punto de vista de Irene

Me sorprendió mucho ver a mi hermana en la casa del tío Gabriel, a simple vista se veía que eran amantes o algo así. En un principio puse mis ojos en ese bombón, porque no podía negar que el tío de Leonardo está como quiere, pero este hombre era demasiado arrogante y no hubo manera de acercarme a él, así que decidí ir por el novio de mi hermana. Yo sabía que él le era infiel con cuánta mujer se le atravesaba, y bueno es que la tonta esa nunca le dio lo que un hombre necesita. En una noche de tragos Leonardo y yo terminamos teniendo intimidad y bueno continuamos nuestros encuentros por un año hasta que por idiota quede embarazada. Tenía que sacarle provecho a ese bebé así prácticamente obligue a Leonardo a comprometerse conmigo, además contaba con el apoyo de la fastidiosa de Isabel quien añoraba un nieto.

No voy a negar que sentí envidia cuando vi a mi hermana agarrada de manos con Gabriel, a ella siempre le salía todo bien, mientras que a mí nada me resultaba, el único triunfo que había tenido sobre ella, era que le había quitado a Leonardo y ahora sale con que ella está con su tío que es mucho más guapo que Leo y a demás con mucho más dinero. Estaba obstinada de estar escuchando como se conocieron y lo feliz que era, mientras que yo estaba amargada, ya que Leonardo a mí ni me pelaba.