¿A DONDE ESTOY?

—Amaranta despertó en una habitación oscura, no recordaba nada después de que le hubieran tapado la boca en la estación del metro, en realidad ni siquiera sabía quién la había secuestrado; sería Ana Santamarina quien envió algunos hombres a por ella, o quizás el propio Javier Santamarina.

—Estaba tan confundida, que incluso estaba pensando en Liliana Cota, que por un arranque de celos la haya mandado secuestrar, para forzarla a que se aleje de Izan Marsans.

No podía reflexionar en otras personas que la estén odiando tanto en este momento, como para hacer daño, al grado de llevarla lejos de su familia.

Mientras Amaranta se encontraba suponiendo quienes podrían haberla secuestrado y la razón que los pudo llevar a hacer esto, la puerta de la habitación se abrió; entró un hombre alto y fuerte vestido de negro de la cabeza a los pies con un pasamontaña que le cubría el rostro por completo. Usaba botas altas del tipo militar. También observó que tenía una radio satelital. Eso significaba que no se encontraban en un lugar habitado o cerca de alguna ciudad.

—Niña, ya despertaste, levanta y sal, las demás personas ya están por llegar.

—Había escuchado que existían grupos de personas que secuestraban a mujeres jóvenes para llevarlas a vender a hombres ricos con gustos perversos; solo esperaba que no fuera víctima de trata de mujeres y pasara un infierno a manos de algún hombre u hombres pervertidos y todo por no querer llevar a un guardaespaldas. Pero algo no está bien en todo esto: no estaba atada ni de los pies ni de las manos y tenía la boca destapada. Estos no eran secuestrados comunes. ¿Quiénes eran en realidad?

—Aquí vienen, llegan las demás chicas —comentó otro hombre.

—Amaranta giró la cabeza para ver que entraban a la habitación donde la tenían otras 3 jóvenes que estaban entre los 20 y 18 años; todas estaban igual que ella, sin atar, libres, únicamente asustadas.

—Ya están todas, bien, a partir de ahora estarán aquí por 15 días; durante este tiempo tendrán que hacer todo lo posible por sobrevivir; ustedes solas, sin ayuda de nadie del exterior, conseguirán su propio alimento y si logran salir será su victoria, eso es todo. —Sin una palabra más se marcharon todos, dejando a las 4 chicas sentadas en aquella habitación semi oscura…

Que era este lugar; estaba oscuro, frío y no se escuchaba nada. Las habrán llevado para formar un juego macabro para las diversiones de algunos pervertidos que las estarían viendo por cámaras de video, que es lo que estaba pasando en realidad.

Para que las querían ahí, solas y sin nada de ayuda o cosas para sobrevivir, por 15 días, todo eso era de lo más extraño.

Lo primero que le vino a la mente a Amaranta es cómo podría pedir ayuda a Izan. Era el único que podría salvarla de un lugar así.

Fuera se podía escuchar un leve sonido del viento fuerte, además de otro sonido, como de agua; quizás estaban cerca del mar; eso quería decir que estaba en una isla, pero ¿cómo llegaron ahí?

Solo los hombres que las dejaron estaban enmascarados y con armas. Pero ella no sabía sobre armas. Solo las vio muy intimidantes y grandes.

No sabía que hacer…

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