periodo de prueba

Ahora que el cuerpo moribundo del joven  ha recobrado la razón y la conciencia, puede asegurar que no es un mal sueño, sino una realidad.

La vela aromática esparce su fragancia en la habitación con una leve presencia de humo, los rezos a puerta cerrada y las vendas en sus manos reducen el malestar. El hombre frente a él, ilumina sus ojos con una mezcla de azul y gris, expresando su ferviente entrega a las oraciones que aclama por la salud de sus pacientes.

Cedió a las manos magulladas de Hades un pequeño amuleto de color ocre, indicándole ponerlo junto a su pecho bajo la tela de su traje, durante una semana.

La humedad se mantiene en el ambiente, en el cielo ya se dibujaban algunas nubes grises, no obstante la lluvia no cae. Por ventanilla se asomó un joven corpulento y uniformado, sonriendo de oreja a oreja, gritando el nombre del médico con los brazos extendidos. Sin pensarlo, aquel maestro retrocedió sus pasos de forma silenciosa, haciendo una reverencia y dejando solo a Hades en la oscura habitación.

Miro por horas el espacio, los minutos se volvieron eternos, las personas pasaron realizando sus actividades recurrentes, todos ellos con una vida buena o no tan buena, pero con un propósito, avanzando hacia un mejor futuro.

¿Y yo? —pensó desalentado, con la sensación de ser como prófugo que deambula sin rumbo.

La sombra de Arom hizo estremecer al rubio al notar su presencia, elevando su cuerpo apresuradamente. Apretó sus vestiduras con enojo, conteniendo las expresiones de su rostro para no pasar por insolente.

—Mi señor ...

bajo su cabeza, los rizos rubios nublan su visión, cada vez que su majestad está cerca, el pobre chico le invade una ansiedad diferente a la que está acostumbrado. Las campanas sonaron con fuerza causando que las aves abandonen las copas de los árboles aledaños, anunciando que la noche está por iniciar y se debe realizar los cambios de turno laboral.

— Te esperé por mucho tiempo, pero al parecer eres tan  magno que haces aguardar a tu rey—

Tocó la piel enrojecida de la muñeca, deslizando sus dedos en la zona maltratada. Hades dejó salir un gemido que cubrió con su mano izquierda.

—¿Quién hizo esto?

El silencio se hizo presente, no por mucho, debido a la presión del agarre del rey, en el brazo del joven que ejerce resistencia.

—No sé mi señor ...

Apretó sus labios evitando hablar de más, aunque le cueste aceptarlo, dentro de todo lo que menciono con desprecio el pelirrojo, hubo una verdad dolorosa que salió al descubierto de la peor manera, ~ser extraño en una tierra lejana no le es de mucha ayuda, decir la verdad solo parecerá una excusa a los ojos del Arom, alguien poco confiado, aun con las pruebas evidentes.~

— ¿Estás diciendo que te lastimaste y no sabes quién fue?

—Si mi señor ...

—Mírame a la cara, me impacienta la gente incapaz.

Tocó su cabeza. Irritado por las interminables labores realizadas durante toda la mañana, que fácilmente se puede confundir con arrogancia.

El aspecto cansado de Hades se complementa con el desaliento de su voz, su estómago ruge hambriento.

—Será mejor que te alistes y no me hagas venir a buscarte por segunda vez

Arom dio la espalda sin escuchar la respuesta de su prometido, detuvo sus pasos en la entrada de la puerta.— La carta de tu padre llegó, sus disculpas interminables no justifican su falta de compromiso, príncipe Hades, usted dijo que es un Omega, espero que se comporte como tal y cumpla con su labor, a partir de hoy comienza su periodo de prueba

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