SIN PALABRAS

El señor Jiménez miraba fijamente su libreta, como si estuviera hipnotizado. No parecía darse cuenta de la tensión que se había generado.

___ Hermana, que bueno verte de nuevo__, dijo Richard rompiendo el silencio. __Estas muy hermosa ya eres toda una mujer.

___ Hermanita, mírate __ agregó Marcos. ___ Ya no eres la pequeña que recuerdo. Me da mucho gusto que estés aquí __.

___ ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Con la autorización de quien?__ preguntó el señor Osvaldo Jiménez, con un acento autoritario y despectivo.

___ Buenas tardes, padre, mi tío me insistió que viniera ___, respondió Natalia __, pero no te preocupes, solo bine de paso. Me iré pronto.

tienes hasta que termine las fiestas, para quedarte__ , luego el señor Jiménez se marchó sin decir una palabra más, dejando a Natalia con un nudo en el pecho. Ese padre duro e indiferente no había cambiado en nada.

____ Hija, mira, ___, dijo Naila, tratando de cambiar el ambiente tenso que se había generado.

___ Permíteme presentarte a las esposas de tus hermanos.

Natalia se sintió perdida. ¿Cómo era posible que sus hermanos se hubieran casado sin que ella se enterará? ¿La habían excluido de la familia?, perdida en sus pensamientos, sentía su sangre fluir por todo su cuerpo.

___ Ella es Carla, la esposa de tu hermano Ric rd ___, continuó Naila.

___ Y ella es Mariana, la esposa de tu hermano Marcos. Son las hijas del señor Rodolfo Reyes nuestro vecino.

Las dos mujeres se miraron entre sí, sin saber qué decir. Desconocían la existencia de Natalia y no sabían cómo reaccionar.

___ Me imagino que ustedes tampoco sabían de mi existencia, ¿verdad?___, preguntó Natalia con una sonrisa irónica.

___ Claro que no, cuñada respondió Carla.___ Es para mí un gusto conocerte.

___ Espero que esta visita sea de tu agrado. Agregó Mariana.

___ Estamos de fiesta en el pueblo, sería bueno que conocieras de ellas.

Natalia agradeció la invitación, pero lo último que quería eran fiestas. Estaba cansada y confundida, solo quería encontrar un lugar donde pudiera descansar y reflexionar.

___ Ven, hija. Dijo Naila, mientras la conducía hacia el interior de la casa ___ Debes estar muy cansada por el viaje.

La casa era impresionante, llena de pinturas valiosas y decoración típica de la región, que reflejaba el gusto de sus dueños.

Natalia sonrió a su madre como queriendo decir que agradecía su amabilidad. ___ Esta será tú habitación___ dijo Naila. pero Natalia, todo aquello era nuevo y desconocido. Lo único que pensaba era en dar la vuelta y volver a su mundo.

___ Me da mucho gusto que estés aquí, hija. Para Naila no era fácil expresarle a su hija los sentimientos encontramos. Diciendo esto se marchó.

Lo único que deseaba Natalia, era darse un baño y descansar.

Era de mañana y Natalia se acababa de despertar, aún era temprano y no se sentía bien. No había dormido nada bien.

La vista por la ventana era impresionante, con las finas Llanuras que parecían infinitas. A pesar de estar distantes, se podía apreciar los animales en los pastizales, donde el viento hacía balancear los árboles. Un suave viento cálido y veranoso entró por la ventana de Natalia. Haciendo que cerrará sus ojos y por el momento disfrutará del aire fresco.

___ Ni modo Natalia___, hay que dar la cara ___ se dijo así misma.

Se dio un baño y se vistió con ropa sencilla, pues era poca la que traía con ella, pero esto no le quitaba lo hermosa que se veía. Vestía un jeans tipo cuero negro que se ajustaba bien a sus curvas y una blusa camisera blanca que hacía resaltar más su hermoso cabello negro azabache.