Capítulo VII: Un perdedor con mucha suerte parte 2

Luego de 12 horas de vuelo, Fermín llegó a su destino el Aeropuerto Internacional de Haneda el cual está ubicado a 20 kilómetros al sur de la estación de Tokio y aunque se sentía muy agotado, pero a la vez muy expectante debido a esta oportunidad que se le presentaba y estaba asombrado por lo que observaba a su alrededor mientras caminaba en dirección a la persona que tenía un cartel con su nombre

-Bienvenido a Tokio Fermín Salido del Pozo – Dijo la persona

Fermín estaba sorprendido porque esta persona que lo esperaba en el aeropuerto hablaba en un perfecto español

-Gracias por venir a recibirme – Respondió Fermín

Fermín observaba todo a su alrededor con asombro porque se sentía muy diferente a lo que había visto a lo largo de su vida, fue difícil acostumbrarse a esta nueva dinámica porque existía una barrera con el idioma

debido a que no todos sus compañeros hablaban inglés o español, pero a medida que transcurrían los días, Fermín se esforzó por aprender palabras básicas del idioma, además de que se ganó el respeto de muchos de sus compañeros del programa de intercambio

01 de septiembre de 2004…

Dade Mier de Cilla regresó temprano a su casa y se dio cuenta de que Brenda estaba muy ansiosa

-¿Lo conseguiste? – Preguntó Brenda

-Si el día de hoy me garantizaron su ingreso – Respondió Dade

La ciudad contaba con una universidad de élite muy costosa y de difícil acceso y gracias a sus contactos y a una generosa donación, Dade obtuvo un cupo para Benjamín

-Debemos contarle a Benjamín la buena noticia – Dijo Brenda

Benjamín observaba su carta de aceptación en su universidad de ensueño y en la carrera que le gustaba para ser preparador físico, se sentía muy orgulloso porque, aunque era un estudiante promedio, sí era un buen deportista y por eso obtuvo una beca completa

-¿Vas a aceptar Benjamín? – Preguntó Ana María

Benjamín negó con la cabeza porque no podía decepcionar a sus padres y sabía que querían que estudiara contaduría pública

-No, y la verdad es que no sé por qué envié esa solicitud – Dijo Benjamín

Benjamín arrugó la carta y la botó en el cesto de la basura de la habitación de Ana María y se fue apresurado porque no quería mostrarse débil enfrente de su hermana menor

-Nuestros padres son un desastre – Murmuró, Ana María

Ana recogió la carta y la guardó porque sabía que se trataba de algo importante para Benjamín y se fue tras él para intentar convencerlo de que cambiara de opinión

-Ya tienes tu cupo en la universidad – Dijo Dade

Benjamín fue abordado por sus padres cuando llegó a su habitación y apenas si sonrió porque sus padres no le preguntaron si deseaba estudiar en esa universidad, simplemente Brenda y Dade lo decidieron por él y le negaron la oportunidad de tomar una decisión

-Debes estar muy feliz Benjamín – Dijo Brenda

-Si mamá estoy muy feliz – Dijo Benjamín con desgano

-Estoy muy orgullosa de ti Benjamín – Respondió Brenda abrazándolo

-No sabes cuanta satisfacción siento que estudies lo mismo que tu padre – Dijo Dade

Dade tenía una firma contable y aunque Dana estaba estudiando para ser contador público, su padre nunca mostró tanto orgullo a pesar de que insistía en que trabajara para él cuando se graduara, sin embargo,

ahora que Benjamín también estudiaría contaduría pública, su padre se jactaba de eso ante todos sus amigos

-Es bueno que haya alguien que continúe con el legado de tu papá – Insistió Brenda

Benjamín escuchaba con preocupación estas palabras porque sabía que eso le causaría mucha decepción a Dana, la cual asumía que trabajaría para su papá luego de graduarse, y de sus hermanos era con la que más

deseaba llevarse bien

-Benjamín confío en que me vas a hacer sentir orgulloso – Ordenó Dade

Benjamín asintió porque sabía a qué se refería Dade debido a que esta era su alma mater y necesitaba obtener buenas calificaciones lo cual ejercía mucha presión sobre él porque a diferencia de Dana, Fermín y Ana María siempre fue un estudiante promedio cuyo talento era el deporte, cuando se quedó solo en su habitación se desplomó en el suelo y hundió su cabeza entre sus rodillas en señal de total rendición

-Benjamín, si hablas con ellos estoy segura de que te van a escuchar – Dijo Ana María

Ana María se arrodilló a su lado y puso una mano en su hombro porque a pesar de sus diferencias con Benjamín recordaba la expresión de felicidad en el rostro de su Dana y Fermín cuando fueron aceptados en su universidad soñada y sintió pesar por su hermano porque estaba renunciando a su sueño para no decepcionar a sus padres

-No me van a escuchar Ana, mamá y papá ya tienen organizada mi vida

-Benjamín ya tienes 18 años y no necesitas estar bajo el control de nuestros padres – Dijo Ana María

-El problema es que yo no soy tan valiente como ustedes - Respondió Benjamín con resignación

-Va a llegar el día en el cual lamentarás no haber aceptado

Ana María le devolvió la arrugada carta a Benjamín y lo dejó solo en su habitación, mientras él observaba ese papel con frustración y por años lo guardó porque en este se demostraba que sí era bueno en algo

-¿Cómo es tu vida en Tokio?  - Preguntó Dana con mucho interés

Aunque el programa de intercambio de estudiantes era muy exigente, Fermín aprovechaba el poco tiempo que tenía libre para hacer turismo

-Es un lugar increíble – Admitió Fermín

Aunque la ciudad de Tokio era costosa, tiene la ventaja de contar con una eficaz y extensa red de metro, parecida a una gran ciudad subterránea, lo cual ayudaba a Fermín a llegar a todos los atractivos turísticos y puntos importantes de la ciudad

-Debes estar pendiente de no consumir alimentos que contengan camarones – Dijo Dana

Fermín se sonrió porque su hermana mayor nunca dejaba de cuidarlo a pesar de que ya era un adulto, aunque debía admitir que un aspecto que le gustaba mucho de Japón era su gastronomía, tuvo la suerte de probar

la extensa y variada cocina japonesa con deliciosos manjares como el sushi, el sashimi, el ramen, el okonomiyaki, la tempura o el tonkatsu, entre otros

-Imagino que vas con frecuencia a Akihabara – Dijo Dana

Fermín no paraba de reír porque era cierto desde su llegada, Akihabara fue el primer lugar que visitó, porque es conocido como el barrio electrónico, y es uno de los lugares de Tokio imprescindibles para que un friki como Fermín quisiera ir, además de que se sintió muy a gusto porque es un lugar de reunión de miles de seguidores del manga, el animé, la electrónica y los videojuegos

-Si también visité un maid café – Admitió Fermín

Dana no paraba de reír porque se imaginaba a su hermano con una cara de asombro visitando un maid café, el cual es una cafetería donde las camareras van disfrazadas de sirvientas, y era el aspecto más friki de la ciudad

-También trata de conocer otros lugares – Sugirió Dana

Aunque no era fácil hacer turismo debido a sus limitados recursos, Fermín aprovechaba cualquier ocasión para conocer otros lugares emblemáticos de la ciudad, como el Parque Ueno, el Museo Nacional de Tokio, la calle Ameyoko, la cual es muy popular porque todos los días se convierte desde las 10 de la mañana a las 8 de la tarde, en un gran mercado lleno de tiendas de todo tipo y puestos callejeros de comida y el templo Sensoji entre otros, aunque la mayor parte de su tiempo se encontraba en la universidad porque su programa de estudios era muy exigente, sin embargo, lo más importante para Fermín eran las amistades que estaba forjando durante este tiempo

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