Capítulo 20: Trato.

Saliendo del restaurante ambos se subieron a la camioneta, mientras conducían por la ciudad durante bastante tiempo sin que nadie pronunciara una sola palabra, Andrea miraba por la ventana sumida en sus pensamientos.

Después de una hora dando vueltas llegaron a un parque gigantesco donde había muchas familias jugando y haciendo días de campo.

-Pensé que te gustaría venir a un lugar abierto para poder despejarte.

Bajando de la camioneta se sentaron en una banca mientras observaban pasar a las personas, antes de que Esteban continuara Andrea comenzó a hablar.

- ¿Alguna vez has perdido lo que más quieres sin poder hacer nada?

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas sin control mientras miraba a la distancia perdida como si hablara consigo misma.

-El cartel me arrebato a mi familia hace 15 años durante mi fiesta de XV años, mi padre era Diputado federal pero decidió buscar dinero de las personas equivocadas, trato de dejarlo pero el hambre de esas personas era insaciable, a cambio de su silencio comenzaron a pedir favores cada vez mas grandes lamentablemente mi padre no pudo continuar dándoles lo que querían por lo que en mi fiesta asesinaron a mi madre y cuando aun así no pudo hacer nada lo mataron a él.

El día que se suponía debía ser el más feliz de mi vida perdí todo lo que tenía, no sé si mis padres ya sabían lo que pasaría pero me habían mandado a una sesión de fotos y apenas iba llegando al salón cuando escuchamos los disparos.

Mi Tío quien me acompañaba me arrastro fuera de ahí y me llevo a un rancho que me habían dejado mis padres, me dio una tarjeta con mucho dinero y desapareció.

Aunque pude alejarme de todo esto el odio me lleno y no podía pensar en nada más que venganza así que comencé a estudiar Leyes para tratar de buscar venganza, mi Tío una vez me dijo que los abogados son los mejores amigos del cartel pero también pueden ser su perdición.

Estudie y cuando me gradúe me di cuenta de que sería muy difícil que un cartel me contactara, ellos solo quieren al mejor de los mejores por lo que comencé a ganarme un nombre, saque gente muy mala de la cárcel para darme a notar, robe, rompí leyes hasta que un día ese cerdo me llamo.

Me ofreció cantidades exageradas de dinero y yo acepte gustosa pero no me interesaba el dinero solo quería entrar en su círculo cercano.

Durante los últimos 5 años he trabajado como su esclava recopilando información y todos sus negocios sucios para poder verlo en la cárcel hasta que ayer me llamo y sonaba muy enojado incluso dijo una palabra que me asusto “Bony”, así me decía mi padre en paz descanse.

¿Crees en Dios? O ¿Crees en la predestinación?, Yo no pero ayer paso algo muy extraño.

Justo cuando me colgó tu llamaste, en el momento que yo suplicaba al cielo por una señal recibí tu llamada.

Hoy cuando llegaste y te deshiciste de los sicarios sin mostrar el más mínimo temor, decidí que si podías ayudarme podría trabajar para ti sin importar lo que quisieras que hiciera.

Aunque no tenía muchas esperanzas ya que incluso el Halcón no quiso asesinarlo, cuando se lo pedí a cambio de trabajar para él, me dijo que no podía deshacerse de un socio que le daba cientos de millones al año.

Pero después de ver lo que hiciste en ese restaurante realmente no sé qué pensar de ti, es más que claro que tienes el poder para lograr lo que quieras pero no sé si yo valgo lo suficiente para que hagas esto por mí.

El silencio reino durante algunos minutos mientras Esteban miraba al cielo en silencio, una pantalla se desplegaba atrayendo toda la atención de Esteban.

¡Misión Especial!

Ayuda Oportuna: Cuando una persona recibe aun los más mínimo en tiempos de necesidad lo recordara por toda la vida.

Elimina a los objetivos señalados por Andrea.

Recompensa: Lealtad Eterna del Usuario del “Toque de Midas”

Toque de Midas: Cualquier negocio que emprenda prosperara y dará un rendimiento sin precedentes.

La misión que se presentaba era sin duda tentadora, casi se podía considerar como un regalo caído del cielo, por lo que comenzó a hablar con el tono mas dulce posible incluso sostuvo su mano para mostrar un afecto profundo.

-No dudo que valgas esto y más pero se debe considerar los riesgos involucrados, me volveré enemigo de 2 carteles e incluso todos sus amigos dentro del gobierno, la policía incluso el ejército se puede involucrar.

Temiendo que Esteban pudiera echarse para atrás por todas las consecuencias Andrea comenzó a hablar de manera desesperada.

-Entiendo que hay demasiadas consecuencias que considerar y no te pido que te suicides por mí pero puedo prometerte toda mi lealtad y devoción, no importa lo que me pidas prometo hacer lo mejor que pueda, por favor ayúdame.

Derramando lágrimas, Andrea lucia cada vez más desesperada mientras trataba de convencer a Esteban de ayudarla.

-Bien acepto el trato, me encargare de matarlo a cambio me darás tu lealtad por el resto de tu vida.

-Acepto, muchas gracias Jefe…

-Cerremos el trato lo antes posible, donde acordaste reunirte con él o donde se ven por lo general.

-En el centro detrás de la catedral.

-Vámonos.

Sin perder el tiempo manejaron hasta la catedral donde se bajaron para poder llegar hasta la guarida del líder del cartel de la frontera.

Mientras caminaban directamente hacia la guarida los sicarios que estaban de guardia se miraban consternados, hace unas horas varios hombres habían ido a traerla por la fuerza pero no habían podido localizarlos y aquí estaban ellos caminando por su cuenta.

-Mira nada mas quien decidió visitar.

-Soy yo Gonzalo, vayamos a un lugar más tranquilo para platicar.

-Sígueme.

Entrando a una casa promedio que no parecería de algún miembro del cartel de ninguna manera, 3 guardias se colocaron en las esquinas mientras que Gonzalo se sentaba en el medio.

-Andrea, ¿me puedes explicar quién es este tipo?

-Soy su nuevo jefe, así que vine a discutir los términos de su separación con ustedes.

-Parece que tienes demasiados huevos para venir a hablarme así cuando estas rodeado por todos mis hombres y puedo matarte en el momento que yo lo desee.

-Me parece que aún no entiendes lo que está sucediendo aquí maldito cerdo, nadie vino a pedir tu permiso, solo venimos por lo que le debes a mi nueva subordinada.

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