Capítulo 19: Negociaciones.

Asombrado por las nuevas habilidades comenzó a tomar los libros de manera desesperada aumentando su conocimiento de manera aterradora.

¡Ring!!Ring…!

Despertando de su estado de concentración inmersiva observo como su celular sonaba y sonaba, al leer el remitente no pudo evitar entrar en pánico.

-Mierda, 3:02.

Contestando salió corriendo de la biblioteca hacia su vehículo.

-He llegado, donde estas.

-Disculpa Señorita Andrea, estoy ligeramente retrasado por unos asuntos urgentes, si me das unos 5 minutos estaré en la entrada.

-Odio los retrasos 5 minutos o me iré, puerta norte.

Colgando sin decir una palabra más Andrea caminaba rumbo a la puerta de acceso norte, mientras esteban corría a toda velocidad con su camioneta mientras ignoraba todos los señalamientos viales.

- ¡Maldita sea\, vamos\, vamos corre…!

Evitando colisiones por milímetros se dio cuenta que su cerebro funcionaba a una velocidad anormal, podía ver claramente las distancias, tiempos incluso las trayectorias de los objetos en movimiento que se acercaban a él.

¡Ding!

Habilidad Conducción desbloqueada.

Conducción Lvl 2, 100/1000.

Abusando de sus reflejos aumentados logro llegar al aeropuerto en 4 minutos, estacionado frente a la puerta de acceso, camino dentro del aeropuerto buscando a la persona de su memoria pero se sorprendió al ver a una joven bastante hermosa con un traje formal y una pequeña bolsa de mano caminando hacia la entrada.

-Señorita Andrea, un gusto mi nombre es Esteban.

-Luces demasiado joven, en fin nunca debemos juzgar a un libro por su portada ¿cierto?, vengo bastante cansada y hambrienta así que me gustaría ir al grano vayamos a un lugar donde podamos platicar.

-Entendido señorita.

Caminando hacia la camioneta, 2 hombres se acercaron mientras mostraban claras intenciones de subirse a la camioneta.

- ¿Estos caballeros son?

-No te importa mocoso, señorita Andrea el patrón nos encargó su seguridad mientras se encuentre en la ciudad espero no le moleste.

-Arréglenlo ustedes.

Sin decir otra palabra se subió a la camioneta mientras dejaba a los hombres y a Esteban mirándose.

-Que les parece si se van a dar una vuelta y nosotros les llamamos cuando terminemos.

-Mocos insolente.

Sin decir otra palabra desenfundo una pistola 9mm tratando de apuntar a la cabeza de Esteban.

-Ya que así lo quieres…

Sin necesidad de decir más palabras Esteban se movió dislocando ambos brazos de los 2 hombres y arrojándolos como si fueran basura.

-Lamento la demora señorita, ¿tiene algún lugar en mente?

-Vayamos a las espadas, me gustaría relajarme.

-Con mucho gusto.

Después de la breve interacción solo un silencio reino en la camioneta durante todo el camino, al llegar al restaurante ambos se bajaron y comenzaron a dirigirse hacia una mesa vacía.

-Les ofrezco algo de tomar.

-Una coca normal y una limonada mineral para mí.

-Una margarita para mí por favor y una parrillada de sirlón y camarones.

Retirándose el mesero dejo a la pareja mirándose uno al otro de manera intrigante.

-Hablemos, para que negocio me necesitas.

-Creare una empresa pero soy nuevo en esto y necesito a alguien que pueda manejarla por mí.

-Si el Halcón te dio mi nombre es porque eres bastante poderoso pero debes saber que odio trabajar para alguien, así que será mejor rechazar directamente si es todo lo que tienes para discutir.

-Entiendo perfectamente y sé que eres alguien a la que le gusta ser directos por lo que me gustaría preguntar, que se necesita para que consideres trabajar para mí, te aseguro que puedo obtener para ti lo que sea que me pidas.

-Aquí tienen señores buen provecho, cualquier cosa que necesiten no duden en llamarme.

Interrumpiendo el ambiente tenso, el mesero comenzó a acomodar la comida en la mesa antes de retirarse con tacto.

-Comamos, no hay necesidad de discutir esto con el estómago vacío señorita.

Asintiendo con la cabeza ambos comenzaron a comer de manera amigable incluso intercambiando algunas palabras amables.

Después de media hora ambos habían acabado de comer y el ambiente era un poco más ligero.

-Retomando el tema, hay algo que desees en esta…

El sonido de llantas rechinando sonaron fuertemente mientras un grupo de 8 personas armadas entro en el restaurante disparando hacia el techo.

El caos estallo mientras todos salían corriendo del restaurante.

-Algo que deseo es que todos ellos mueran.

Limpiándose la boca Esteban se puso de pie mientras miraba al grupo armado que entraba y se dirigían hacia él.

-Así que muchos Huevos compa, ¿Dígame quien verga se cree o quien lo envía?

-Caballeros, me parece que tenemos un malentendido aquí.

-Cual pinche malentendido, ¡te quieres morir o que cabrón…!, le quebraste las manos a mi carnalito así que te voy a joder.

Colocando un rifle en la cien de estaban comenzaron a gritarle mientras en la parte trasera uno de los 2 hombres que había dislocado lo miraba con mucho odio.

Ignorando a las personas armadas que lo miraban se dio media vuelta y se acercó nuevamente a Andrea.

- ¿Lo que dijiste anteriormente vale?

-Si lo logras, puedo considerar trabajar contigo.

-Comprendo, debería ir considerando las cosas esto no tomara mucho tiempo.

Volteándose miro fijamente a las personas que habían entrado, aparte de ellas no parecía haber nadie dentro del restaurante.

-Tienes demasiados huevos o eres un imbécil, parece que vas a tener que acompañarnos.

-8 personas con rifles automáticos no es suficiente ni siquiera para calentar, pero bueno al menos me facilitaron mis negocios con la señorita Andrea, ¡Dominus Ignis…!

Envolviendo su cuerpo en llamas comenzó a mirar a las 8 personas que temblaban intensamente como si hubieran visto a un demonio.

-Que ocurre ¿les comió la lengua un ratón?

¡Ratatata! Los rifles comenzaron a escupir balas impactando el cuerpo de Esteban quien solo les sonreía luciendo como el mismísimo demonio.

-Vaya, ¿eso es todo lo que tienen? Entonces mueran.

- ¡Corran…!

Tirando sus armas al suelo las 8 personas dieron media vuelta mientras intentaban desesperadamente llegar a la puerta para poder escapar de esta pesadilla.

Desafortunadamente para ellos la suerte no estaba de su lado, una llamarada los perseguía aumentando la temperatura de manera impresionante sin siquiera tocarlos ya los había comenzado a quemar intensamente.

Después de unos segundos ni siquiera los huesos habían quedado debido a la aterradora temperatura.

- ¿Le parece si continuamos nuestra platica en otro lugar más cómodo?

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