La Marca

Esa noche Susana estaba peinándose frente al tocador de su recámara; sin embargo, llegaba a su mente el incidente con su hijo Darío.

Así que decidió ir a verlo.

-¿Darío estás despierto?- dijo Susana fuera de la recámara de este.

- Si mamá...- dijo Darío, su voz mostraba que aún no se sentía muy bien después del suceso.

Susana entró y cerro la puerta.

Darío estaba en su teléfono buscando en el navegador de internet, lo que le había sucedido.

-Mamá hay niños que nacen pegados de sus pies, pero no viven mucho.

Pero por qué yo sí...- dijo Darío hablando sobre la Sirenomelia, donde los niños nacen así sin poder sobrevivir.

Susana vio lo que el Darío había buscado.

Entonces Susana escribió en el navegador la palabra Sirenas.

-Mamá esos son cuentos - dijo Darío viendo a su madre.

Susana sonrió, y le dijo: "Amor tú no tienes Sirenomelia..."

Darío miró a su madre tratando de entender.

Susana se mordía los labios, de impotencia.

Sin embargo, tenía que decirle realmente lo que había sucedido hace diez años.

-Mañana tengo que cerrar un negocio, y después de eso creo que debemos ir a un lugar especial, tiene diez años que no voy para allá; sin embargo, la residencia de la isla está en buenas condiciones cada mes pido que limpien la zona.

-¡Isla...! ¿Te refieres adónde papá y tú vivían?

¡Dónde yo nací!- dijo Darío de felicidad.

Su madre le había contado antes del lugar, pero siempre se negaba a ir.

-Sí, creo que ya es tiempo para regresar allá,-dijo Susana dejando escapar un suspiro.

Susana sabía que no siempre podría esconder su condición.

Sin embargo, esperaba que eso tardará mucho más tiempo.

Con eso Susana beso la frente de su hijo, y los acostó.

Darío se quedó dormido y tranquilo viendo a su madre, que no se apartó de él, hasta verlo profundamente dormido.

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Al día siempre en la empresa Posseidon.

-A que horas llegará Susana - dijo Lars Mares.

-Llegará en una hora según la cita en la agenda - contesto Lucio.

-¿Y cuál es tu prisa de hablar con ella?

Ya sabes dónde está el niño, no sería mejor raptarlo y llevarlo contigo al Mar. - dijo Talula.

-¿Según tú, eso sería mejor pero para quien?- dijo Lars con una mirada fulminante hacia Talula.

-Es que estás esperando mucho, ya sabes dónde está tu hijo, que caso tiene hablar con ella, ¿Acaso también planeas llevártela junto con el niño?- dijo sonriendo ocultando su molestia Talula.

-¿Acaso yo debo darte explicaciones?- dijo Lars viéndo a esta.

Con eso ella se levantó y salió del lugar.

Afuera de la oficina,

en el pasillo se encontraba Río fumando

-Quieres uno...- dijo Río.

-¿Que es ésto?- dijo Talula mirando el cigarro 🚬 que le dio en sus manos.

-Algo que la gente usa para tranquilizarse - dijo Rio tirando el humo en el rostro de ella.

-No gracias, esto es asqueroso me recuerda al smog de la ciudad.- dijo Talula a Río.

-Prefiero mejor el café ☕ - respondió nuevamente Talula, con lo cual ella se fue a la cafetería.

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Mientras tanto en la oficina de Lars Mares.

-Sabes que a Talula no le agradaría que llevarás una compañera, ella es la única que tiene la marca de la bendición, tú mismo tendrás, según nuestras leyes, recibirla como tú compañera y procrear descendientes con ella.- dijo el general Lucio.

-Sabes que el único descendiente que aceptaré es el hijo de mi amada Serena, en cuanto a la marca prefiero a Susana que a Talula - dijo Lars a Lucio.

-¿A qué se refiere su majestad?- dijo el general Lucio.

-Ella también tiene la marca de la bendición, pero... ¿No sé por qué una humana lo tiene?

¿No es una sirena verdad?- dijo Lars observando la carpeta 📂 donde habían investigado sobre Susana Gali.

-Según lo que han investigado es una humana- dijo el general Lucio.

-Ya veo, ¿Pero entonces por qué tiene la marca?- se preguntaba Lars, se paró y se acercó a la ventana de su oficina.

De repente llegó el aviso que Susana había llegado al edificio.

Lars inmediatamente se puso su saco y se acomodo su corbata.

El general Lucio lo observó, se dio cuenta que a Lars le interesaba Susana Gali.

E inmediatamente Lars salió hacia donde estaba ella esperando que esté nuevamente lo recibiera.

-Excelente día, Señora Gali ¿Le puedo llamar por su nombre? Ya que vamos hacer un negocio creo que sería mejor que me llamara por mi nombre, Lars.- dijo el señor Lars Mares sonriendo y estrechando la mano de Susana.

Susana sonrió y le dijo que estaba bien.

Inmediatamente ingresaron a la sala de juntas, en lo cuál Susana estaba feliz de que el negocio le estaba beneficiando.

Al terminar la firma, Lars nuevamente le propuso comer en un restaurante a Susana, para celebrar.

Susana sonrió a Lars y declinó la oferta.

- Lo lamento, no lo sabía y tengo ya una diligencia que hacer, pero si gusta el fin de semana cenamos juntos en el mejor restaurante de la ciudad - dijo Susana sonriendo.

-Lamento escucharle decir eso, realmente no me gusta comer solo - dijo Lars viendo la marca de Susana .

-Disculpe mi imprudencia, me llama la atención esa marca que tiene en el cuello, ¿Es un tatuaje?- dijo Lars.

Susana puso sus dedos donde estaba la marca.

-Vaya, pues no es un tatuaje...

Es una marca de nacimiento - dijo Susana sintiendo muy cerca a Lars que observaba con detenimiento su marca.

- ¿Puedo tocarlo?- dijo Lars que quería asegurarse si realmente era una marca de nacimiento.

-Disculpe... ¿Es necesario?- dijo Susana viéndolo tan cerca a Lars.

Lars de repente se retiró la corbata delante de ella, y se empezó abrir la camisa.

Susana se asombro que esté lo hiciera sin embargo no estaban solos, se encontraba entre ellos Lucio y Río, cuando de repente este le señaló en su pecho en la zona del corazón que tenía una marca parecida a la de ella un poco más grande.

-No es un tatuaje, es de nacimiento también, puedes tocarlo si gustas- dijo Lars viendo de frente a Susana.

Susana veía el pecho de Lars, realmente era algo deseable a los ojos, pero lo que le llamo la atención era que está marca era semejante a la de su hijo Darío.

Susana sin pensarlo puso sus dedos en la marca de él.

Cuando ella lo hizo, el corazón de Lars se aceleró, el olor de ella era semejante al Mar, aún que ella no se daba cuenta.

-Es interesante señor Mares - dijo Susana ruborizándose delante de Lars.

-Llamame Lars como te había dicho - dijo Lars abotonandose la camisa 👚.

-¿Ahora me permitirás tocar tu marca ?- dijo Lars acercándose a Susana.

Susana solo acento con la cabeza.

Lars estiró su mano, y puso su dedo en la marca de esta, al momento de tocarlo la marca emitió un brillo dorado, perceptible a los ojos de Lars, realmente esa marca era una bendición de parte del Dios del Mar.

"¿Pero por qué ella? "- pensó Lars al ver ese brillo.

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