Cap. 11 Criatura, ¿qué haces aquí?

Irina se reunió con la junta médica, ellos explicaron la situación. Aníbal estaba mejorando, pero su estado de ánimo no era el mejor; sin embargo, estaban esperanzados.

¿Irina salió confundida y totalmente desconcertada, algo no estaba bien? ¿Aníbal bebiendo?…… Ella recordaba que su cuñado nunca bebía. Era una persona a la que no le gustaba el alcohol para nada, algo muy grave había pasado y ella lo averiguará.

Fue a la casa de su hermana y estaba vacía, todo adentro era un caos, estaba sucia, había botellas de alcohol por todo lado, realmente era un desastre.

Pasó por la casa de sus padres y estaba vacía, su madre no estaba, una vecina le dijo que su madre había salido de viaje hace dos meses y que una señora se encargaba de limpiarla cada fin de semana.

Lo mismo pasó cuando buscaba a Svetlana, ni sus luces. Fue cuando la llamaron del hospital para que pague unos medicamentos y cambie de sondas, ya que lo alimentaba por sonda nasogástrica.

Irina regresó a ver a su cuñado. Ella no sabe qué hacer, ella solo se quedaría un día y se iría en la noche, pero no quería dejarlo ahí tirado. Pamela podría ayudarla, pero no podía dejarle una carga tan grande cuando ya se hacía cargo de algunos negocios.

—Pame, tengo que irme hoy, pero no puedo dejar al cuñado en este estado y más aún con toda esa gente basura desaparecida, realmente no sé qué hacer —dijo Irina preocupada y Pamela asentir, a ella le parecía que Aníbal era un buen tipo, era codiciado por muchas mujeres por como ama y atiende Olga, además de guapo y agradable.

—Iri, ve a París y soluciona tus cosas, vuelve cuando puedas y yo me encargo —dijo Pamela tratando de quitar la carga de las espaldas de su amiga, pero Irina sentía que no podía dejarlo así como así, debía saber lo que estaba pasando.

—Pame, llama a mi asistente y dile que lo importante lo deje para la próxima semana, me voy a quedar un tiempo, algo está muy mal, Aníbal no es así, algo muy malo ha pasado —dijo Irina mientras mira hacia la sala de terapia intensiva, va a averiguar lo que pasa, y si es lo que está pensando, ella no va a callar más, no va a dejar las cosas como las dejó hace 5 meses.

Irina se quedó en el departamento de Pamela un tiempo, sin embargo, ella decidió alquilar un lujoso Penthouse en el centro de la ciudad y cerca del hospital, desde ahí estaba dirigiendo su compañía por videollamada, Zoom o Med. Era fácil para ella, pero los negocios en la ciudad eran cada vez mejores que en Francia y ella estaba pensando seriamente en trasladar la sede a la ciudad capital; estaba cada vez más animada.

Aníbal estaba mejorando, pronto le quitarán el respirador artificial, debían despertarlo y esperaban que no hubiera un daño neuronal, ya que no sabían cuánto tiempo había estado sin respirar antes de que su vecino lo encuentre y le dé primeros auxilios hasta que llegue la ambulancia.

Malcolm sigue persiguiendo a Irina románticamente a pesar de que ella ha dejado en claro de que no quiere nada.

El día anterior, Aníbal fue desconectado del respirador artificial, sus pulmones estaban mucho mejor, ya estaba respirando por sí solo y no necesitaba el apoyo. Cuando despertó, lo enviaron a una habitación de cuidado regular, sin saber bien lo que pasaba, solo miraba a las enfermeras atenderlo.

Mientras se encontraba distraído, escuchó una voz conocida que hizo estremecer su mente y su corazón.

—¿Cuñado, estás despierto…, estás bien? —dijo Irina mirándolo detenidamente mientras Aníbal se voltea y ve a su pequeña cuñada mirarlo con ansiedad. ¿No entendía nada definitivamente, pero verla ahí lo dejó más tranquilo?

—Criatura, ¿qué haces aquí? —dijo con voz ronca y adolorida haciendo que Irna corra a servir un vaso de agua, realmente se veía tan frágil y solitario que casi se le rompe el corazón.

—Cuñado, no hables mucho, esos tubos en tu garganta no fueron amigables. Toma un poco, con cuidado, no te vayas a atorar —dijo poniendo una pajita para que pueda beber un poco.

Aníbal se mantenía en silencio mientras la ve recibir el reporte del médico, indicar a las enfermeras como debían atenderlo y demás, parecía que ella había estado cuidándolo durante todo este tiempo, después su corazón se llenó de amargura y recordó que si no fuera por la pequeña rubia, nadie estaría a su lado, estaban ocupados haciendo un bebé.

Irina salió para pagar algunas cuentas, además que contrata un enfermero para que atienda y lo ayude a ir al baño.

En cuanto salió, una de las enfermeras habló con Aníbal para animarlo.

—Joven usted es muy afortunado, su cuñada de verdad que es un ángel, ha estado pendiente de usted, vino a los horarios de visita para ver su estado, realmente es muy dedicada, y es tan joven e independiente, yo uso varios de los productos de su industria de cosméticos, cuando me di cuenta de quien era casi muero de la emoción —dijo la mujer sonriente mientras que Aníbal asentía, era un hecho que estaría en muchos problemas si no fuera por Irina.

Ese día Irina canceló sus reuniones y se dedicó a distraer a su cuñado, ella le contaba como lo habían encontrado y que en cuanto pueda hablar bien debía explicarle eso de andar bebiendo hasta casi morir.

Pamela le llevaba algunos documentos para que firmara y aprovechó para ver a Aníbal y no lo podía creer, estaba tan demacrado y delgado, se lo veía frágil como un cristal.

Irina se llevó a Pamela para hablar afuera, ya que quería que Aníbal descansara, no quería molestarlo demasiado.

—Iri, Aníbal, se ve fatal, ¿qué carajos pasó? —Pamela hablaba susurrando para que la escuchen.

—No lo sé, pero en cuanto pueda, voy a sacarle la sopa a este tonto que casi se muere por emborracharse, quiero saber, tengo una sospecha y si es así, me van a conocer —dijo furiosa mientras que Pamela asiente, Irina debió exponer a esa gente desde un principio, había sido demasiado decente con esa familia ladina.

Mientras ella hablaba, un guapo castaño detuvo a una enfermera de forma ansiosa y preguntaba casi sin respirar.

—Licenciada, busco a Aníbal Krown, soy su primo, fui a buscarlo y su vecino me ha dicho que está aquí hace 10 días en estado crítico, por favor ayúdeme—casi gritaba mientras Irina y Pamela lo miraban sorprendidas, ambas se miraron sin entender mucho, aunque Irina sabía que su cuñado era huérfano y tenía un solo pariente, esta situación la puso un poco curiosa.

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