Caballero negro

Muy aparte del calentamiento global y la corrupción, el otro problema que hace sufrir a la humanidad son las enfermedades, mucha gente muere por negligencia médica, automedicación, enfermedades detectadas en estado avanzado, casos atípicos, enfermedades resistentes, altamente contagiosas, entre otras.

Las enfermedades dejan secuelas, vacíos en los hogares, las personas que buscan vivir de manera alejada de los escándalos, de las malas lenguas, dejan rápido el mundo, y las personas que más daño hacen a los demás parecer ser bendecidas con larga vida, hasta hay personas que suelen decir que hasta parecen gatos por el número de vidas.

La voz está buscando a su presente, es el último guerrero que falta, y lo encuentra en un laboratorio, es ingeniero patológico. La voz espera con paciencia a qué el ingeniero llegue a casa, pero hay un inconveniente, el guerrero no vive solo, convive con una mujer de origen latinoamericana. Tendrá que esperar al guerrero en la entrada del edificio.

- Buenas noches, guerrero negro.

- ¿Qué? ¿Guerrero negro? ¿Quién habla? – lo busca por todos lados.

- Soy tu pasado, eres hijo de Asclepio, Dios de la medicina, pero a tu padre se le mandó a matar por que desarrolló habilidades que no le competían.

- ¿Quién me habla? ¿De dónde saca esa información? – se está enojando, y no quiere hacer el ridículo hablando solo.

- En tu vida pasada te llamaste Telesforo, eras curador, pero ya no tienes ese poder, sino que fue otorgado a la princesa guerrera perdida. – le aclara con firmeza.

- ¿Cómo que tuve una vida pasada? – la información lo dejó desconcertado.

- Tu misión es buscar a la princesa guerrera perdida y limpiar el camino, tu poder ahora es inocular enfermedades.

- Soy patólogo para encontrar la cura y no para engendrar enfermedades.

- Guerrero negro, - la voz le habla con dureza - tu poder es de inocular enfermedades letales, tienes que cumplir con tu deber. Tienes que buscar a la guerrera perdida o la vida del planeta se acabará.

- ¿Tan importante es la presencia de la guerrera?

- En un bolsillo encontrarás un prendedor, ese es tu amuleto, solo con él podrás cumplir con tu comisión.

La puerta del ascensor se abre y Mark se apresura para entrar e ir a su departamento.

-Estamos solos, podemos hablar. – se siente aliviado.

Nadie le responde, la voz desapareció y se niega con la cabeza. No le queda de otra que presionar el botón con el número de su departamento y poner las manos en los bolsillos de su pantalón. En uno de ellos siente algo frío, metálico, lo saca y es el prendedor, tiene una forma rara pero basado en símbolos. El ascensor se abre, y tiene que guardar su prendedor, está nervioso, lo que la voz le dijo resultó ser verdad, no puede decírselo a su novia para que no lo tilde de loco.

En la entrada ella lo recibe con cariño.

- Mi amor, te he preparado una cena especial.

- ¡Que rico! – ya imagina el sabor del plato.

- ¿Cómo sabes que es rico si es algo nuevo?

- Mi vida, cuando hay hambre todo está rico.

Ellos disfrutan de su cena y de su noche, la novia se queda dormida, pero Mark necesita fumar, se pone un pijama y sale hacia el balcón, está pensativo, ese prendedor le perturba la mente. Lo busca y lo contempla encendiendo un farol al lado del balcón.

Esa pieza metálica no solo libera energía que es absorbida por el guerrero, sino que empieza a brillar, eso lo sorprende y de repente se transforma vestido de frac negro, es hora se actuar, el prendedor le indica su objetivo, un pedófilo, entendió cuando la voz le dijo de buscar la guerrera, ella tiene altas probabilidades de ser acosada, y al tener novia se siente indignado, así que se acerca chasqueando de nervios y de su palma emerge una aguja infectada.

El guerrero se acerca al pedófilo y observa lo que hace, estaba vendiendo videos xxx desde una plataforma, el guerrero le pica el cuello.

-No te muevas lagartija o te mato.

El hombre, preso del pánico, se quedó quieto, dos segundos duró el piquete. Terminada la inoculación, desaparece el guerrero, y el pedófilo quedó quieto por un momento por el miedo.

Mark estaba en el balcón, fumando otro cigarro, cuando apareció la voz.

- Bien hecho. Guerrero negro, le acabas de inocular la viruela.

- ¿Viruela? – estaba atónito – pero es altamente contagiosa.

- Morirá rápido. Nos sentimos en tu próxima misión.

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