Recupera energía que está misma noche te dejo escapar.

Sienna se resigna y deja de luchar.

Dejando que aquel hombre haga con ella lo que desee.

Después de tres tortuosas horas. Emiliano por fin se marcha, tal como siempre lo hizo sin mirar atrás.

Sienna abraza su cuerpo maltratado. Suplicando que está sea la última vez que es cruelmente abusada.

Y de hecho lo será.

Por la madrugada escucha como Norma entra apresurada.

_ Mi niña, pronto el joven Emiliano saldrá de la mansión junto a esa mujer, la llevará de regreso a su hogar y tardará en volver.

Toma esto y alimentate bien, recupera energía que esta misma noche te dejaré escapar.

Los ojos de Sienna se llenan de ilusión al escuchar tales palabras.

No se puede creer que por fin podrá escapar de ese desagradable lugar.

Tal como le informó Norma, poco después se escucha mucho alboroto seguido de absoluto silencio.

Observa por la pequeña ventana como él sol se desplaza hasta llegar el ocaso.

Sube tenebrosa las escaleras y asombrada ve que la puerta se encuentra abierta.

Sienna sale sigilosamente, sube hasta su cuarto sin que nadie la vea.

Toma todo lo que puede y lo echa en una maleta apresurada.

Luego se dirige a la cocina y coloca pastillas para dormir en la comida.

Son fuertes, ya que las usa Emiliano en sus malos días.

Se esconde dentro del cuarto de almacenamiento y observa como la sirvienta acomoda todo y se lo lleva rumbo al comedor.

Espera paciente una hora, al no escuchar nada sale a verificar.

Todos están durmiendo plácidamente.

Se dirige al estudio en busca de ese maldito contrato.

Toma un arma que se encuentra en uno de los cajones y se la lleva también, consigue 3 fajos de dinero que le serán de mucha ayuda.

Sienna no tiene problemas para salir, porque los perros lejos de lastimarla le dan una cálida recibida.

Abre el gran portón y sin mirar atrás se marcha para no volver jamás.

Pocas cuadras más allá toma un taxi. Se hospeda en una posada esperando el amanecer para ir en busca de sus hermanitos.

Las horas pasan lentas y su corazón se encuentra acelerado por la emoción de por fin haber escapado.

No quiere permitirse cerrar los ojos por si todo es un sueño. Se da un largo y merecido baño para quitar las últimas huellas que Emiliano dejo en ella.

A primera hora ya se encuentra esperándolos fuera de la escuela.

Al ver a su hermana, estos correr a sus brazos llenos de alegría.

Han pasado tres largos años y por fin vuelven a reencontrarse.

Los tres se funden en un abrazo lleno de amor.

_ Han crecido tanto mis niños. Mírense tan grandes y guapos. Escúchenme bien pequeños. ¿Ustedes desean ir a vivir conmigo?

_ Si Si. Hermana llévanos contigo.

_ Muy bien, necesito que hagan algo primero.

Tiene que volver a casa y buscar nuestros documentos. Yo los esperaré en la plaza a la vuelta de la esquina. No dejen que mamá los descubra por nada del mundo.

_ Tranquila hermana. Mamá no se encuentra en casa por las tardes. Recién llega cuando es muy de noche.

_ ¿Entonces quien los cuida?

_ Nos cuidamos entre nosotros.

Esas palabras le dan una punzada en el corazón al imaginar lo que han vivido esos años sin ella a manos de la mujer que los dio a luz. Con un nudo en la garganta dice firme.

_ Ahora todo cambiará, yo estoy de vuelta y no nos separaremos de nuevo se los juro.

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