Esta vez no te daré el placer de verme destrozada.

Los hombres la toman por los brazos y la llevan a rastras hasta el sótano.

__ Te quedarás aquí por tiempo indefinido o hasta que la señorita Anais te condesa su perdón.

Sienna observa llena de tristeza como la pesada puerta se cierra tras recibir tan crueles palabras del hombre que solo pocas horas atrás la había tratado con tanto amor y cuidado.

Los días pasan lentos en aquel oscuro y mohoso lugar. Nadie viene a ofrecerle comida o bebida alguna.

Después de tres días Sienna siente desvanecer sus últimas esperanzas.

__ Si yo muero aquí. ¿Qué pasará con Sofía y Julián?

¿Se atreverán a ir tras ellos para cobrar la deuda?

¿Acaso mis tres largos años de sufrimiento no les fueron suficiente para darla por saldada?

Mil preguntas inundan su desesperada cabeza.

Intentando encontrar un poco de motivación para no dejarse vencer piensa en aquellos bellos momentos que pasaba junto a sus dos hermanos riendo y viviendo felices, las noches de cuentos y los días de diversión la mantenían con vida.

En medio de la noche Sienna escucha como esa pesada puerta se abre.

Es Norma, quien le trae comida y agua.

__ Oh mi niña. Mira en que estado lamentable te encuentras. Come todo lo que quieras aquí te traigo para varios días.

__ Gracias señora Norma. Yo no fui, yo solo me defendí.

__ Lo sé Sienna querida. Esa mujer es muy malvada cuando quiere.

__ ¿Ahora que pasará conmigo?

__ El joven Emiliano no tiene intenciones de hacerte daño. Pero la señorita Anaís todavía se encuentra en la mansión según ella se lastimó el tobillo y no puede dar un solo paso.

__ ¿Me quiere decir señora Norma que tengo que seguir encerrada aquí hasta que esa demente decida irse? Sabe que eso no sucederá. Ella no me dejará en paz.

__ Resiste mi niña. Resiste con todas tus fuerzas. Que aunque esa malcriada desee quedarse aquí por mucho tiempo, pronto tendrá que marcharse. Su padre no le permite estar largas temporadas fuera de casa.

Eres fuerte y valiente Sienna. No bajes los brazos ahora después de soportar tantos años de abuso y maltrato.

La señora Norma se marcha luego de darme sus palabras de aliento.

Tiene razón. Si puedo ver un mañana, definitivamente escaparé de este maldito lugar.

Fui estúpida en creer que Emiliano podía tener algo de bondad en su corazón.

Su amabilidad me confundió por un momento, pero quedó claro que nunca más volveré a confiar en él. Me llevaré a mis hermanitos a un mejor lugar.

Lejos de toda esta maldad. Juntos podremos encontrar un mejor mañana. Ya no soy una niña y ya jamás volveré a creer en la falsa bondad de nadie.

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Una semana después nada a cambiado.

Norma no ha podido volver, de seguro Anais la tiene vigilada.

La comida se empieza a acabar y solo me queda una botella de agua.

Anais quiere verme morir. Pero lo decidí, no le daré ese gusto ni a ella ni a Emiliano.

Esa noche vuelvo a escuchar la pesada puerta abrirse, me apresuro a recibir a Norma.

Pero ante mis ojos se encuentra Emiliano, en estado de ebriedad.

Lo delata el fuerte aroma a alcohol proveniente de su ropa y aliento.

Emiliano se abalanza sobre Sienna y la tumba sobre la cama.

Desesperado arranca mi ropa aunque intento resistirme con todas mis fuerzas es inútil, estoy muy débil y Emiliano es demasiado feroz.

En mi cabeza recuerdo esa primera noche en la que llegue a aquel lugar y en todas esas noches en las que fui cruelmente humillada y lastimada.

Pero está vez no lo dejare ver mis lágrimas de dolor. Esta vez no le dare él placer de verme destrozada.

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