Así que tú también te olvidaste de mi.

Sienna lo ignora por completo, mientras observa la ciudad detenidamente.

Era la primera vez en más de un año que disfrutaba de su libertad, no dejaría que Emiliano le robara la alegría del momento con sus comentarios.

Hasta que sus ojos reconocen a alguien familiar caminar no muy lejos de ella.

__ ¿Oscar?

Ve a su amigo sonreír junto a una muchacha. Se le ve feliz.

__ Así que tú también te olvidaste de mi.

La mirada curiosa y alegre de Sienna se vuelve triste en cuestión de segundos.

Emiliano que no entiende su reacción, dirige su atención a la pareja feliz que tienen en frente.

__ ¿Acaso los conoces?

__ Si, Ese chico era mi mejor amigo. Uno que alguna vez me prometió siempre estar para mi.

__ ¿Estas triste porque ahora está acompañado de alguien más?

__ No. Estoy triste por que crei que al menos él no se olvidaría de mi. Pero aquí está, siguiendo con su vida diaria. Mientras yo yo...

(Sienna comienza a llorar)

__ Muy bien. Si ya no deseas seguir comiendo volvamos. Tengo trabajo que atender.

Emiliano no entendía porque se sentía raro al verla triste por alguien más. Aunque quisiera consolarla no tenía ni idea de como hacerlo.

El camino de regreso es en completo silencio, al ingresar en la casa Sienna corre a su habitación y deja salir todo su dolor.

__ Todos siguieron con sus vidas. A nadie le importa si la mía ya pereció o si continúa en un agudo sufrimiento. A nadie nunca le importe.

Así siguió pasando el tiempo, pero algo había cambiado y eso se podía notar a simple vista.

Sienna había perdido todas las esperanzas, ya no tenía ese encantador brillo en sus ojos.

Hacia todo como en automático.

No oponía resistencia por el bien de su hermanita, pero ya no le importaba su vida. Todos en el lugar notaron su cambio porque la única luz que iluminaba el oscuro lugar se estaba apagando cada día más.

Emiliano al notar su lamentable estado le dio un nuevo propósito para distraer su mente.

Aunque el tuvo que obligarla, la puso a ayudarlo en sus negocios. Sienna lo ayudaba con la contabilidad. También se le enseñó a usar un arma y otros instrumentos.

Esto hizo que su relación tomará otro rumbo.

Emiliano ya no la torturada como antes.

Ahora era más suave y considerado. No amoroso, pero al menos gentil.

Tampoco había castigos corporales.

En la mansión se sentía una energía diferente. Más animada y ya no tan violenta.

Nadie creería que casi 3 años atrás eso sería posible.

Un día Emiliano le informa a Sienna que dentro de cuatro días habrá un banquete en honor a un reconocido hombre del círculo.

Que deberá de acompañarlo como su pareja.

Sienna estaba emocionada con la noticia. No solo saldría salir de la mansión, sino que también podría usar un hermoso vestido.

Norma la ayuda a elegir la ropa más adecuada, ya que la joven no conoce de tales cosas.

Sienna siempre fue sencilla y no conoce de lujos y extravagancia.

Los días pasan volando y la gran noche llega.

Sienna baja con un hermoso vestido color salmón.

Todos se quedan atónitos al verla tan deslumbrante.

En especial Emiliano. Que no le quita los ojos de encima a esa bella dama.

No se cree que sea la misma que ve a diario.

Un codazo en su costado lo trae de nuevo a sus 5 sentidos.

__ Jefe necesita una toalla para limpiarse esa baba porque ya le está llegando al piso.

(se ríe burlón el hombre)

__ Mi niña, estas espléndida. Ahora ve y diviértete. Recuerda todo lo que te enseñe.

__ Gracias señora Norma. Tendré todos sus consejos en mente.

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