Anabel se hace famosa.

Mientras la familia desayuna, comienzan a vibrar con insistencia los teléfonos. María fulmina a sus hijos con la mirada, cuando intentan echar un vistazo a la pantalla, esa advertencia es más que suficiente para que sigan desayunando e ignoren los dispositivos.

Valeria es la que está más intrigada, debe ser un cotilleo muy gordo, porque no dejan de llegar notificaciones.

El asistente de Fran llega tan puntual como un reloj, se acerca a su jefe que ya se ha acabado su café y le entrega la agenda del día, al ver que todos están tan relajados, le comenta - Señor no sé si lo sabe, pero su esposa es noticia, está en todas las redes sociales y estamos recibiendo una avalancha de llamadas tanto de marcas, ofertas de colaboración y de prestigiosos reporteros solicitando entrevistas con ella.

María y Valeria, exclaman a la vez - ¡Lo sabía!

Valeria -¡Te lo dije hermano, te dije que tu mujer dejaría el apellido Salazar por los suelos! ¡Qué vergüenza!

María ordenó al asistente de su hijo - Tú lárgate.

El hombre asintió y se fue de allí, esa mujer le causaba escalofríos.

Fran estaba mirando las noticias alucinado, mientras su madre y su hermana seguían repitiendo como loros que se lo habían advertido y Anabel se sentía miserable y no era capaz de mirarles a la cara, lloraba en silencio.

Fran - Dejar de sacar conclusiones y mirar las noticias. Esto es increíble, Anabel se ha convertido en la mujer más importante del momento, las marcas más prestigiosas quieren colaborar con ella. Tengo mensajes incluso de esa firma a la que adoras, Valeria, esa a la que no has dejado de insistir para que te den una oportunidad.

La cara de Valeria estaba roja de rabia, se fue corriendo a su habitación. Su madre estaba peor , parecía que le salían llamas de los ojos

María - Silencio ¿ Cómo te atreves a humillar así a tu hermana? Si esa gente prefiere a una campesina inútil, tú deberías tener más cuidado con tus palabras, no hay comparación entre mi hija Valeria Salazar y esta hortera.

Fran - No te permito que me hables así, yo no la he humillado solo he dicho lo que hay, estabais hablando como si hubiéramos caído en desgracia y os estoy diciendo que es algo bueno, algo que nos beneficia.

Maria- ¿A quién beneficia? A mí no, desde luego. Y a tu hermana mucho menos. Esa gente no se puede cruzar con tu mujercita¿Lo entiendes? Una campesina analfabeta no puede dar entrevistas ni ser imagen de ninguna marca ¡No sabe leer ni escribir!

Fran - Lo he pensado, estoy buscando una profesora para que le enseñe, está todo el día sin hacer nada.

María - Me voy a volver loca, mira con que me sales ahora. Sígueme a tu despacho, tenemos que hablar a solas.

Fran se puso de pie y caminó delante de ella, su madre cerró con un estruendoso portazo.

María - Escúchame atentamente, olvídate de esa idea de la profesora. Esa es nuestra mejor baza para mantenerla controlada.

Fran-No, ella tiene que aprender a leer y escribir, no quiero que mi mujer siga siendo una analfabeta para siempre, es un ser humano no un animal.

María - Tú dale alas a esa mosquita muerta y verás que rápido sale volando. Es la primera vez que la sacas de casa y ya es famosa. Imagínate si empieza a aceptar colaboraciones y a firmar contratos, no solo aumentará su autoestima, sino también su estatus y sus ingresos. Es una mujer tremendamente atractiva, ya has visto en la boda cómo todos los hombres babeaban por ella y además tiene la capacidad de envolver a la gente, a todos les cae bien.

Nada más verla Marlo vaticinó que podría ser rica solo patentando esa esencia que lleva siempre, la que hace ella misma. Imagínate cuánto poder puede alcanzar una simple campesina si se lo permites. Tú sabrás que decisiones tomas, eres el hombre de esta familia.

Anabel estaba justo detrás de la puerta del despacho buscando un botón de su vestido camisero, oyó todo lo que decía su suegra, como mal metía a su hijo contra ella.

María - Tienes a tu lado a la mujer perfecta, una que te adora que te considera superior a ella en todo, en poder, en fortuna, en conocimiento y cultura y un largo etcétera y además la has sacado de esa vida miserable que tenía en el campo. Ya has hecho demasiado por ella, ahora deja que sea ella la que se desviva por hacerte feliz.

Anabel se fue corriendo a su habitación, su suegra era una mujer horrible. Fran era el amor de su vida, lo adoraba y es verdad que lo consideraba su salvador, pero eso no significa que sea una simple criada más de la mansión, sin voz ni voto. Su matrimonio con él no era un simple trámite, era un juramento de amor eterno, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Ella no cambiaría a Fran por nadie, no solo era una cuestión de amor, si no también de honor y lealtad. Su horrible suegra estaba muy equivocada con ella. Hasta ahora nunca ha pedido nada y únicamente ha acatado las órdenes y deseos de cada uno de ellos. Es hora de que formule su primer deseo a su esposo y ver si le importa aunque sea un poquito.

Esperó hasta la noche, cuando se quedaron solos en su dormitorio - Amor, quiero darte las gracias por todo lo que has hecho por mí hasta ahora. Pero sobre todo porque gracias a ti voy a dejar de ser una analfabeta ¿Cuándo vendrá la profesora que dijiste en el desayuno?

Fran - Eso solo es una idea, no dije que fuera seguro

Anabel- Pero a mí me hace mucha ilusión aprender. Todos os burlaís de mi por ese tema, incluidas las criadas.

Fran -¿A qué viene esta actitud?

Anabel -¿Qué actitud? Solo estoy dando mi opinión, te digo que me duele ser una analfabeta y me hace ilusión aprender

Fran- A eso me refiero, nunca has tenido opinión, siempre te callas y dejas que los demás decidamos por ti. En cuanto has oído la noticia de que eres famosa, se te ha subido a la cabeza.

Anabel se dio cuenta de que no tenía que seguir insistiendo o pensaría que su madre tiene razón en todo lo que dijo sobre ella.

Anabel - Que tontería. Solo quiero que dejéis de llamarme analfabeta. Además, fuiste tú quien me dijo que no había ninguna diferencia entre una cabra y yo. Pero si a ti no te importa que tu mujer sea una cabra, a mí mucho menos.

Dijo Anabel quitándose la bata y dejando ver un diminuto camisón de encaje rojo.

Fran se olvidó hasta de su propio nombre al ver esa maravilla que tenía delante. Después de disfrutar como un loco y hacerla enloquecer a ella de placer. Se quedó pensando en lo miserable que estaba siendo con esa maravillosa mujer al mantenerla encerrada.

Ella lo miró agradecida , porque al menos en la intimidad no era egoísta, si no el amante mas generoso del mundo . El placer que le daba en la cama , le hacía olvidar todo lo demás.

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