El desprecio de Margarita.

Juan - Está bien, tienes razón, pero incluso si acepto seguimos teniendo un problema, ya he gastado ese dinero para comprar las semillas y los materiales para reforzar la cerca y el tejado.

Rosaura- Lo solucionaremos. Todo tiene arreglo. Vende uno de los chivos, le devuelves al viejo lo suyo y con el resto compramos azúcar y demás y algún vestido para que se lo ponga Anabel el día que venga el futuro novio. Hay que causarle buena impresión.

Anabel fue a coger al bebé, sus hermanitos ya llevaban mucho tiempo fuera de casa.

Margarita no desperdiciaba ninguna oportunidad de molestar a su hermana - ¿Ya se han ido tus amiguitos? La próxima vez que vengan, deberías invitarles a casa del viejo.

Anabel - Nunca se sabe a lo mejor te visitamos allí.

Margarita no entendió nada y pensó que su hermana está loca.

Los siguientes días, Juan y Rosaura se pusieron muy estrictos con Margarita. No podía seguir holgazaneando y haciendo las tareas con desgana. Rosaura siempre fue una mujer de salud delicada, necesitaba una persona fuerte y trabajadora a su lado, sobre todo con cuatro niños pequeños, con a penas un año de diferencia entre ellos o a lo sumo dos.

De camino a la ciudad ...

Rocío -¿Qué ha sido todo eso hermana? ¿Has pedido la mano de la chica para nuestro Fran?

Andrés - Menuda sorpresa cuñada, nunca lo hubiera imaginado. ¿Crees que Fran acepte?

Maria- Nunca haría algo así sin consultarlo antes con él. Mi hijo ya ha tenido varias desilusiones, y lo único que quiere es una esposa entregada y humilde. Anabel es la indicada.

Rocío miró a su esposo y lo único que pudo decir es - Espero que sean muy felices y su relación dure para siempre.

Juan hizo caso a su esposa y al día siguiente al alba fue al corral y sacó al chivo más grande para llevarlo al mercadillo semanal del pueblo vecino. Todo fue a pedir de boca y pudo venderlo por una cantidad superior a la esperada. Volvió a casa feliz, quitó la parte correspondiente para el viejo y le dio el resto a Rosaura para que ella lo administre.

Juan - Ahora iré a hablar con Manuel y a devolverle su dinero.

Rosaura- ¿Pero qué dices hombre, es que te has vuelto loco? Aún no le dirás nada¿Acaso quieres que se plante delante de María y su hijo y lo estropee todo diciendo que Anabel es su prometida? Mantendremos todo esto en secreto, hasta que la niña se haya casado y se vaya de aquí.

Margarita no se daba cuenta de que sin su hermana estaba perdida y toda la responsabilidad recaería sobre ella.

Anabel era consciente de que su hermana siempre fue una mocosa envidiosa y malcriada, pero jamás vio la maldad tan grande que tiene. Estos últimos días había convertido su vida en un infierno. Cuanto más la presionaban sus padres, más se ensañaba con Anabel. Le añadía más sal a la comida que ella cocinaba, destrozó todos los quesos que tenía fermentando, echó a perder las plantas aromáticas que tenía recolectadas para hacer sus esencias y siempre se libraba culpando a los pequeños. Todo esto sin mencionar las provocaciones y los insultos continuos.

Margarita - Está vez no te vas a librar. Papá ha vendido el chivo, está preparando tu boda con tu amado viejo.

Anabel solo sonreía y eso irritaba más a Margarita, no entendía cómo podía seguir sonriendo esa estúpida, nada era motivo suficiente para hacerla sufrir.

Al día siguiente se despertaron al alba, como de costumbre, después de desayunar Rosaura les repartió las tareas a sus hijas, ella y su marido pasarían el día fuera.

Juan - Anabel , no hace falta que te repita que tienes prohibido hacer el trabajo de esta bribona.No hagas que me enfade contigo.

Anabel- Descuida padre , no lo haré , eso era antes .

En cuanto se fueron, Margarita se tumbó bajo los rayos del sol, olvidándose de todas las tareas que la esperaban.

En cambio, Anabel se dio prisa en acabarlo todo. Necesitaba tiempo libre para elaborar sus esencias con las pocas hierbas que había conseguido salvar.

Margarita - Por mucho que pienso no puedo entenderlo. No queda mucho para que te cases con un viejo asqueroso que dan ganas de vomitar solo de verlo y tú no solo vas a tener que verlo - Soltó una carcajada- Dormirás pegada a él todas las noches, durante el resto de tu vida o de la suya, y aun así sigues sonriendo, como si fueras la novia más feliz del mundo

Anabel no se molestaba en contestarle.

Margarita - Ya me tocará a mí sonreír y ser feliz, mientras tú sufres y te conviertes en la persona más desgraciada del mundo, le pediré a madre que me deje ir a verte solo para reírme de ti en tu cara.

Anabel ya no lo soportó más -¿Tanto me odias se puede saber que cosa tan mala te he hecho? Siempre he sido buena contigo te he cuidado, te he defendido, he renunciado a todo para dártelo a ti ¿y a sí me lo agradeces? Si fueras tú la que estuviera en mi lugar , yo jamás me hubiera reído , al revés estaría haciendo todo lo que estuviera en mi mano para evitarlo. Pero ahora te juro por lo más sagrado que aquello que me deseas serás tú la que lo viva.

Margarita se quedó impactada, no esperaba esa reacción de su hermana ¿Y si cumplía su juramento?

Anabel podía con todo , con la falta de cariño de sus padres , con el exceso de trabajo y obligaciones, con que no tomaran para nada su opinion en un tema tan serio como el matrimonio, que no les importara entregársela a un viejo de la edad de sus abuelo ¡ Que la vendieran y su precio fuera la mitad que la de un chivo! Todo eso lo podía soportar , pero el desprecio de esa maldita desgraciada, con eso no podía , era demasiado para ella.

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