Perdón ...

Estando ahí, tome un poco de más o quizás no tampoco - Legna no es seguro que tomes tanto- me dijo algo preocupado.

Volteo a verlo con una sonrisa fingida, calma estoy bien, anda toma conmigo no vez que estoy celebrando que mi vida es un asco, le pasó la botella para que se sirva.

Estaba bailando con una copa en las manos, cuando un tipo me empujo por la espalda y mi copa cayó al suelo ¡Idiota! ¿Acaso estás ciego?

-- – Legna ya cálmate, solo déjalo pasar - me dijo John sujetandome del brazo.

¿Por qué debería dejarlo pasar? Ese idiota me empujó ¿Qué no viste? - Fue un accidente - me contestó molesto.

Okey, okey ya no diré nada, John me mira y me hace una mueca, ya no diré nada en serio, le dije tranquila, pero en cuanto me soltó el brazo.

Si están en lo correcto, salí directo a dónde aquel hombre se había sentado, en cuanto llegue le grite señalando <> acaso no viste que me empujaste ¿Quién te crees que eres?

Los guardaespaldas parados a su lado, se estaban dirigiendo hacia mi, pero les hizo señas para que se detuvieran.

---¿Quién eres loca? ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Acaso quieres morir?

--No, no quiere morir ya nos vamos - Anda Legna camina me decía John entre dientes.

No, no me iré hasta que esté imbécil se disculpe, pero el solo se burló de mi y explote, tome una botella que estaba en su mesa y se la aventé rompiéndole la cabeza.

¡Oh mierda! John me jalo del brazo para correr mientras estaba el revuelo por lo sucedido con aquel hombre.

---Legna ¿Que has hecho? No lo sé le dije asustada.

Yo solo ¡hay dios! John lo mate, lo mate le dije histérica, no podía creer hasta donde había llegado está situación, llegamos a mi casa y los dos estábamos preocupados.

Suena el celular y los dos quedamos inmóvil sin saber que hacer "anda contestas" le dije desesperada. Al mirar el celular era Ron su novio y el dueño del club.

- Hola cariño hasta que me respondes ¿Dónde estás?

- Ron amor, estoy con Legna en su casa ¿Que pasa?

- Voy de camino al club, paso algo que es urgente que atienda, pero estaba preocupado porque creí que aún estabas en el club.

-- Tranquilo amor me quedaré está noche con Legna, bueno te llamo más tarde.

Colgaste ¿Que te ha dicho? Anda no te quedes callado no ves que me muero de los nervios

-- Tranquila no lo mataste- respiro aliviada-Ron se dirige al club, en un rato más sabremos que paso.

Desde cuándo mi vida se volvió un desastre, todo me sale mal si mi padre viviera ahora se decepcionaría de mi, comienzo a llorar de nuevo, perdón por arrastrarte a esto.

--- Pecosa para que están los amigos, oye tranquila el sol sale de nuevo y tú volverás a brillar anda ve a dormir yo cuidare de ti.

Gracias, le doy un beso en la mejilla, subo las escaleras y me dirijo a mi habitación al entrar veo todo el desastre, el espejo roto, las flores marchitadas, nuestras fotos rotas y esparcidas por todo el lugar, mi vestido roto.

Estan deprimente este lugar, salgo de ahí y cierro con llave esa recámara no quiero volver a entrar ahí

Me duermo en la habitación de invitados, no se que hora es la luz ya ha entrado por la ventana, me duele un poco la cabeza y tengo la boca seca por la resaca.

Camino al baño y me lavo los dientes y la cara para bajar a desayunar aún traigo la pijama. Se me hace un poco extraño que John no viniera a despertarme.

Bajo a toda prisa por las escaleras un rico aroma a café, llena todo el lugar. John ¿Desde cuándo? Tomas ca.....fe, me quedé en shock.

Al ver la escena frente a mis ojos, aquel hombre estaba sentado en mi sala con una taza de cafe en las manos, Ron y John estaban encañonados, no sabía si correr o pedir piedad.

-- Buenos días Legna- su voz era suave, pero lograba entrar hasta los huesos.

¿Quién eres? ¿Cómo me encontraste? Deja en paz a mis amigos o llamo a la policía.

--Anda toma el teléfono -- me señala desde donde está - pero recuerda que una bala es más rápida que la policía.

Lo miro con miedo mis amigos están en este lío por mi culpa, estoy aún parada resolviendo en mi mente como saldremos de esto vivos.

-- ¿Que tanto piensa esa cabezita tuya? Anda toma asiento es hora de hablar de negocios -- Les hace seña con los dedos a sus guardaespaldas para que se ha cerquen -- Desaste de esos dos ya no los necesito.

No, por favor no les hagas nada, ellos son inocentes déjalos ir, aré lo que quieras, pero no les hagas daño. El acepto mi súplicas y los dejo libre, pero yo me quedé con el para escuchar que tenia que decir.

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