Capítulo 8. Helen, necesito un favor.

                   Unai.

El silencio reinó en el lugar, ella quedó callada, y yo no sabía qué decir.

*Jon, creo que ella no es como nosotros, sino una humana, nos hemos equivocado.

*Yo nunca me equivoco, ella es una loba.

*¿Cómo estás tan seguro?.

*Porque hablé con Lía.

*¿Y quién narices es Lía?.

*Su loba, dice que está un poco confundida aunque no lo demuestra, Lía me lo dijo.

- Si me disculpas tengo que volver a la fiesta, seguro que mis amigas me están buscando, no quiero que se preocupen. - rompió el silencio y mi enlace con Jon.

- Está bien, deja que te acompañe por si aparece algún lobo feroz. -

- Como quieras, pero ya escuchaste que no les tengo miedo. - su voz era segura y eso me gustaba.

- No lo decía por ti, lo decía por el pobre lobo que se enfrente a ti.- se me escapó una risa,

- Quizás si ese lobo fuera guapo dejaría que me cazara y me comiera. -

Mi risa se cortó de golpe y un gruñido salió de mi garganta, me negaba a imaginarme a mi luna con otro hombre que no fuera yo.

Caminamos en silencio, por mi mente paso mil maneras de matar a quien se atreviera a tocarla, ella era mía, la protegería con mi vida si fuese necesario y pobre del hombre que la besara o le tocara de forma lujuriosa, si por un casual saliera con vida, que lo dudaba, descendencia no tendría, yo me encargaría de ello.

Una vez en la fiesta ella se iba a marchar para reunirse con sus amigas, pero antes de irse la sujeto por el brazo sin apretar.

- Ahora eres tú quien desaparece, pero esto no queda así, tú y yo tenemos una charla pendiente. - me acerco a ella y aspiro su aroma, antes de soltarla le doy un beso en la mejilla.

- Quizás la próxima vez que nos veamos, pero dudo que así sea. - estaba nerviosa, su voz la delataba aunque lo disimulara.

- Nos volveremos a ver, de eso estoy seguro. -

Ella se marchó, no respondió, ni siquiera me miró.

La noche terminó, todos se marcharon y la música dejó de sonar.

En mi casa solo quedamos Helen, las amigas de mi luna, mi luna y yo.

Di la orden de que si aparecía un taxi le dijera que no era necesario su servicio, mi casa era lo suficientemente grande para que ellas tres durmieran aquí, esa loba me había retado sin ella saberlo, y yo había aceptado su reto, así que haría cualquier cosa para ganar.

- Helen, mi casa siempre está a tu disposición para tus fiestas, nunca te he puesto contras, ahora necesito que me devuelvas el favor. -

No quería meter a mi hermana en medio de todo esto, pero era la única forma de poder hablar con ella.

- Tú dirás hermanito. - no sé por qué me dice así cuando soy mayor que ella, pero la dejo porque me gusta como me llama.

- Quiero que le pidas a tus amigas que pasen aquí la noche, que no hay taxi y que no pueden volver andando. -

- ¿Por qué me pides eso?, es raro en ti que dejes que un extraño duerma en tu casa. - sabía que no me ayudaría sin más.

- ¿Cómo se llama la chica morena?. - en ese momento caí que aún no sabía ni cómo se llamaba mi luna.

- Azahara, ¿qué pasa con ella?. -

- Vaya, que curioso, su nombre es igual al aroma que desprendes. -

-¿Qué hablas Unai?, ella huele a flores, pero a ninguna en..., espera, eso quiere decir que ella es tu Mate, tu pareja destinada, tu luna y luna de la manada, solo su Mate puede oler un aroma único, un aroma que solo le identifica a ella. - se le veía ilusionada.

- No hace falta que grites, estoy a tu lado, así que te oigo perfectamente. - le susurré, mire donde se encontraban ellas, al parecer no la habían oído.

-¿Me equivoco?. -

- No, no te equivocas, pero Azahara no sabe nada, quiero hablarlo mañana con ella y de la única forma que sé que lo haré es si ella se queda aquí está noche. -

Helen daba saltitos de alegría, por fin había encontrado a mi Mate, sabía que cuando todos se enterasen se pondrían tan contentos como mi hermana.

- Déjalo en mis manos y quédate tranquilo, Azahara, Ariadna y Nataly pasaran aquí la noche, mañana inventaré algo para dejar sola a Azahara y así puedas hablar con ella. -

- Gracias Helen, sabía que podía contar contigo. -

- Aquí estaré siempre que me necesites. - me dio un beso en la mejilla.

- Sabes que siempre puedes contar conmigo. -

- Lo se, por eso eres mi hermanito preferido. -

- Y el único que tienes, tú también eres mi hermana favorita. - le guiñé un ojo.

- Será porque soy la única que tienes. -

Esa era nuestra broma, y nos encantaba hacerla, estábamos siempre muy unidos y nada ni nadie nos separaría.

Después de la conversación que tuvimos, Helen se fue a hablar con las chicas, yo me retiré a mí habitación, las dejaría solas, seguro que así se sentirían más cómodas que conmigo delante.

...*Tal y como prometí subí tres capítulos, no el día que dije, pero aquí están, espero que os guste 😊, gracias por leerme. 😃...

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