Capitulo 11

Elena:

PAAAAAM!!!

Cerré los ojos con fuerza, al ver que todos levantaron la mirada hacia donde estaba parada, Willow y Valentina se pusieron de pie con una gran sonrisa…

Valentina: ELENAAAA…

Willow: Elenita…

Empujé a Dimitri entrando evitando que sea él que diga algo, las dos se acercaron nos tomamos de la mano saltando a que por fin estaba aquí.

Valentina: siii, llegaste. Llegaste.

Willow: La diversión va empezar.

Las iba abrazando, ellas me daban besos en cada mejilla, no por nada el mejor recibimiento por parte de ella, claro que falta una en especial con quien logré tener una amistad demasiado fuerte Beida Gaudi, aunque no estuviera en este lugar y junto a nosotras, sé que está tan feliz por el simple hecho que sea la que se ha unido a su grupo.

Valentina: Vaya, hasta los ojos te brillan.

Willow: Sé que Dimitri te dejó de esa manera.

Elena: No se hable más, es la verdad, ver a esos hombres… si, tengo que reconocerlo son tan suertudas.

Pasé la mirada hacia la mesa viendo la gran molestia que tenía Natalie que no formaba parte de nosotras tres, ahora la que estaba de más era ella, pero tampoco le daría tanta importancia, ya tengo con que distraerme.

Valentina: Podemos irnos al antro hoy para festejar.

Dimitri: NATALIEEE.

El lugar se quedó en silencio, Guido y Daemon estaban fumando un cigarrillo revisando algo sobre una mesa, Guido le dio un toque dejando salir el humo, bajó la mirada hacia lo que estaban tratando ellos, pero Natalie quedó seria dejando las carpetas sobre la mesa.

Dimitri: Necesito hablar contigo.

Ella caminó pasando de mi lado sin mirarme, desvié la mirada pero Valentina sonrió cruzando los brazos, Willow me tomó de la mano llevando a sentarme, me acomodaba quedando frente a Dimitri, pasó frente a él, siguiendo con la mirada, cerró la puerta, no dejé de mirar hacia la puerta, no sabía que pudiera decirle y pues… pues sinceramente, he visto más veces molesto a Guido y Daemon que al mismo Dimitri, él es un pan de Dios que no hará nada para herir sus sentimientos, claro, si es que lo tiene.

Valentina: Cuentamelo todo.

Willow: Ya sabemos por allí de una muy buena fuente que Gino Belfiore está tras de ti.

Reí algo nerviosa, pasé mis manos sobre la mesa como si la estuviera limpiando, mi mirada se fue directo hacia Guido que le daba otro toque, Daemon sonrió negando con la cabeza, iban marcando algo.

Elena: Bueno, niñas, aun no es nada formal, no estamos conociendo. Es super lindo, cortes, amable, todo un caballero, rosa sus manos de una manera tan provocativa. Cada que lo hace despierta algo que no logro entender, mi cuerpo tiene diferentes reacciones ante la presencia de Gino.

Guido: COF… COF… COF…

Todos miramos hacia Guido que con puño cerrado cubría la boca de tanto toser, Daemon le ofreció otro cigarrillo, pero negó con la cabeza, entrecerré mis ojos tan divertida al ver que era bueno para estar atento a la plática de los demás.

Elena: Claro, antes de aceptar tengo que dejarle en claro que mis hijos son mi prioridad. POR QUE OTRAS PERRAS CREEN QUE LOS HIJOS SON UNA CARGA.

Valentina y Willow se miraron entre si. Guido me estaba asesinando con la mirada. Para lo que me importaba, que él me llegue a decir algo y le iría peor, ya no tenía dolor y me podía enfrentar a él y a esa la Vacaly.

Willow: Quien dice eso, es por que no sabe lo que es el amor maternal.

Valentina: LA PERRA QUE LO DICE, ES POR QUE NUNCA ACEPTARÍA HIJOS DE OTRA PERSONA.

Elena: Que triste ¿no? Que una persona diga que los hijos son una carga. Cuando ni madre es.

Valentina: ¿Quién te lo dijo? Vamos Elena, dímelo y hago que se trague las malditas palabras con todo y tierra.

Daemon: Mira que Valentina, mi amaba esposa, lo que dice lo cumple.

Guido reposó su cuerpo sobre la mesa alta donde estaban, me miró sonriendo…

Guido: Cierto, Elena, por que no dices quien te lo dijo. Con Willow a tu lado y Valentina, puedes sentirte muy segura de hacerlo.

Respiré conteniendo el coraje de sus palabras, que daban entender que sola no podía hacer nada en contra de su mujercita. Sonreí negando con la cabeza, levanté mi dedo índice en señal de no, tampoco le daría el gusto a Guido a que me dijera que hacer.

Elena: No chicas, las perras hablan por hablar, pero bien dicen… Perra que ladra y ladra y sigue ladrando no muerde… A MENOS QUE SU AMO LE DIGA QUE ATAQUE.

Guido: O quizá la que quiere que la muerdan es otra persona.

Willow y Valentina miraron hacia Guido, hasta Daemon se quedó callado al escucharlo, me puse de pie.

Elena: que se atreva a intentar morder, creo que está vez no vivirá para contarlo.

Ellas me miraron prestando atención ahora lo que estaba diciendo.

Guido: Con ayuda todo se puede. Pero nada mejor que hacerlo por una misma.

Miraron hacia Guido… sonrió bajando la cabeza, dio un golpe a Daemon señalando algo sobre la mesa. No me iba a quedar callada, esta vez no. Empujé la silla que se fue rodando quedando en medio del espacio vacío, levantó su mirada hacia mi, esperando que le dijera algo.

Elena: Para entender lo que es la vida hay que visitar 3 lugares... el hospital, la cárcel y el cementerio. En el hospital entenderás que no hay nada mas bonito que la salud, cuando hirieron a Renata, me desviví por ella, por eso somos tan unidas, en la cárcel Veras que la libertad es lo mas preciado, 5 años de mi maldita juventud estuve encerrada privada de mi libertad por un delito que si cometí, aprecio cada segundo de mi libertad, en el cementerio te darás cuenta de que la vida no vale nada, el suelo que pisamos hoy será nuestro techo mañana, justamente pediré que sea enterrada al lado de Alexander, el único hombre que me aceptó con todos mis defectos y no me juzgo por tener 5 hijos diciendo que son una carga para estar con otra persona.

Guido: Si tanto te pesa… ¿Por qué NO DICES QUIEN TE LO DIJO? ¿QUIERES GRITARLO A LOS CUATRO VIENTOS? HAZLO, TODOS TE VAMOS A ESCUCHAR.

Elena: ¿Quieren destruirme? MI AMOR… NO PODRAN QUEBRAR A ALGUIEN QUE ENCONTRÓ LA FUERZA DENTRO DE SU PROPIA DESTRUCCIÓN

Daemon: BASTA LOS DOS…

Levantó las manos mirando a Guido, luego pasando hacia mi. Valentina se puso de pie mirando con tanto enojo a Guido.

Valentina: ¿Acaso fuiste quien le dijo que sus hijos son una carga?

Guido: ¿Acaso fui yo? Elena.

Moría de ganas de decir que si aunque no fuera cierto, así entenderían ellos la clase de persona que era Guido, que ante ellos quería aparentar ser un ser superior, pero conmigo no lo iba a conseguir.

Daemon: ¿Fue Guido?

Elena: No. Natalie.

Willow: ¿con que derecho dice eso?

Valentina: Deberías decirle Guido que tienes dos hijos, no le vaya a resultar que tus hijos sean una carga.

Tomó la cajetilla de cigarros, sacó uno llevando a sus labios, lo encendió mirándome fijamente. Lo apartó dejando salir el humo.

Guido: ella lo sabe.

Bajó la mirada siguiendo en lo que estaba. Willow tomó mi mano haciendo que me sentara, acariciaba mi brazo, Valentina trajo la silla que la había mandado tan lejos. La dejó tras de mi, me iba sentando sin apartar la mirada de Guido.

Valentina: Salgamos esta noche.

Daemon: ¿solas? Ni de broma.

Valentina: iremos al centro. Allí puedes encontrar un galán.

Elena: No estoy desesperada queriendo encontrar un hombre, para eso tengo a Gino, por cierto, tienen un móvil, me gustaría hablar con él. No sé donde quedó el mío.

Guido le dio un toque a su cigarrillo caminando hacia mi, se detuvo dejando su móvil sobre la mesa, lo arrojó hacia mi lado, que logré detener a tiempo.

Guido: Puedes decirle que lo verás esta noche, la seguridad irá con ustedes.

Daemon: Eso si que no, iremos a ver como está el negocio, las niñas quieren salir, saldremos todo como la gran familia que somos.

Daemon pasó enfrente de Guido que le sonrió abrió la puerta saliendo, Guido me miró desafiante saliendo del cuarto, ahora solo nos quedamos las niñas…

PAAAM!!

Brinqué ligeramente al escuchar cerrarse la puerta, tragué todo el coraje acumulado. Cerré los ojos mirando a las chicas.

Willow: Natalie nunca debió haber dicho eso.

Valentina: ¿Se lo dijiste a Dimitri?

Elena: Claro.

Valentina: Lo bueno es que no lo van a dejar pasar, no se te olvide que aquí mi estimada ama a las hijas de Dimitri y nunca las vio como una carga.

Willow: Jamás, ellas son mi vida, en verdad que Natalie no conoce esa parte por que no es madre.

Levanté los hombros ya sin importarme esa tonta, si la iban a regañar por mi que lo hicieran, se lo merecía, por que conmigo se podía meter todo lo que quisiera, pero otra cosa era involucrar inocentes que no tenían nada que ver en lo que nosotros como padres podemos cometer errores. Me puse de pie…

Valentina: ¿Dónde vas?

Sacudí el móvil, ellas rieron un poco, quería salir un poco para tomar aire fresco

Valentina: el jardín de atrás está a la vuelta, la primera puerta te llevará.

Caminé hacia la puerta, la abrí viendo que Guido ni esperó su móvil, así que podía darme la libertad hasta de revisarlo que así lo quisiera, pero prefería solo llamar a Gino, debe estar tan preocupado que ni le dije que me iría, sinceramente, pensaba decírselo antes, solo que las cosas no se pudieron dar de la manera que quería. Pero con esta llamada lo haría. Es mejor ahora que piense que no le doy su lugar. Quería que las cosas estuvieran bien, al menos con él.

Llegué a la puerta abriendo, bajé un escalón mirando el asombroso lugar, esto era otro mundo, se dice que los mafiosos tienen mucho dinero y lugares de en sueño, realmente este era un lugar de ensueño. Llegué a una piscina enorme, estaba tan padrísimo la manera que se veía, quisiera esperar la noche y poder ver lo maravilloso que debe ser. Me senté en uno de los camastros, era ahora o nunca me atrevería a llamarlo.

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Elena

Guido

Willow

Valentina

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