Capitulo 7

Elena:

Guido quedó completamente tranquilo y relajado, asintió con la cabeza, ella me sonrió haciendo seña que me pasara hacia atrás, entrecerré los ojos jalándola puerta, ella metió su mano evitando que cerrara la puerta.

Natalie: Tienes que ir atrás Elena, es por tu seguridad.

Empecé a observar la camioneta, miraba en todas partes, bajé la mirada queriendo buscar algo, ella estaba en espera de saber mi reacción, pero me detuve. Exhalé aire mirándola fijamente, jalé el cinturón abrochando, le sonreí de la misma manera que ella lo hacía.

Elena: No tiene tu nombre y como comprenderás, no tengo por que seguir tus ordenes.

Reposó su mano en la cintura, negó con la cabeza mirando hacia Guido, él la miro haciendo seña que se suba, justamente en la parte de atrás.

Guido: Es solo un lugar. Sube que se hace tarde.

Levanté mi mano haciendo adiós, su rostro lo decía todo, estaba tan molesta dejando por fin que cerrara la puerta. Abrió la de atrás subiéndose, dejaba varias cosas entre ellas un portafolio que abrió sacando unos papales.

Natalie: Ya tengo un contacto para el químico que me hace falta.

Guido: Perfecto. ¿tuviste problemas?

Empezaba avanzar, Guido solo se limitó a conducir, bajé la solera mirándome en el espejo, pero mi mirada se fue hacia Natalie que estaba revisando los documentos, los pasaba uno a uno después de leerlo.

Elena: Formalmente no nos han presentando.

Levantó la mirada fijando la mirada en el espejo donde la estaba viendo, subí la solera girando un poco.

Natalie: Me presenté cuando te llevé los documentos que se necesitaban para tu juicio.

Elena: ahh si, cierto.

Natalie: con respecto a tus comentarios de ese día, es que si. Soy la mujer que está trabajando con Guido. Igual trabajo en su cama.

Pero a esta igualada como se le ocurría decir eso, me acomodé en mi lugar sin mirarlos más, solo quería ver el camino. Me ha dejado en claro que ella y Guido si que se entienden más de la cuenta. Al parecer eran pareja, miré de reojo a Guido que ya optó por no decir ya nada, si Natalie se hubiera enterado de lo sucedido en la noche o solo que pasara por su cabeza lo mandarían a volar pero bien lejos.

Natalie: ¿Cómo está Gino? ¿Gino Belfiore no? ¿Ya son novios?

Pasé de sus palabras, que fuera la novia de Guido no le daba derecho a meterse en mi vida, además la diferencia entre ella y yo era demasiado, ella pertenecía a la Mafia Italiano a lado de ellos y yo era Fiscal que para nada tenía nada que ver con armas, dro..ga y menos asesinatos.

Guido: Te hablan.

Humedecí los labios desabrochando el cinturón, quería que entrabara una plática con su noviecita, bueno vamos a platicar un poco. Me acomodé cruzando la pierna sintiendo un ligero dolor al poner la otra encima, reposé mi barbilla en el asiento mirándola.

Elena: En eso estamos, no soy de las mujeres que a la primera se mete con un hombre a la cama.

Natalie: Haces bien. Yo tampoco, tuvo que pasar como 1 mes o dos meses para hacer el amor con Guido.

Elena: ¿1 mes, 1 meses? Noooo, mija… hablo de un año o más, no se lo puedes dar a NADIIIE, ESCUCHA BIEN… A NADIE A LA PRIMERA.

Natalie: Es que vemos las cosas diferente.

Elena: Pero por supuesto, aquí esta la dignidad (señalándose Elena) mientras tú a lo fácil.

Natalie: ¿Disculpa?

Elena: FUI MUY CLARA ¿NO CREES?

Cruzó los brazos retándome con la ceja levantada.

Elena: Muy fácil, no necesito de acostarme con un hombre para que otra no venga y me lo quite, si es para mi, él se quedará, pero si no es para ti…

Le di pequeñas palmaditas en el brazo a Guido, me miró de reojo en forma de advertencia, pero lo siento mucho, su noviecita quería tocar el tema, yo solo estoy diciendo mi humilde opinión.

Elena: Si no es para ti, aunque te mantengas con las piernas abiertas todo el día, no se quedará. EL PERRO ES PERRO Y DONDE ENCUENTRE CARNE MÁS FACIL DE OBTENER ALLÍ ESTARÁ.

Natalie: NO ME ESTES OFENDIENDO.

Elena: No, no te ofendo, nunca me referí a ti.

Guido: BASTA LAS DOS.

Alcé mis cejas de forma divertida, le había dado al Ego a mi querido Guido, peca de ser buen novio, pero estaba lejos de serlo, me acomodé en mi asiento, jalé el cinturón.

Natalie: Ha de ser muy difícil que te acepten con 5 hijos, ¿osea 5 hijos? ¿Que mujer sensata tiene 5 hijos para criarlos sola?

Guido levantó la mirada hacia el retrovisor, negando ligeramente la cabeza, solté el cinturón de seguridad volviendo acomodarme mirándola, esa mirada de burla no me agradaba para nada.

Elena: ¿Qué has dicho?

Natalie: Vamos Elena, ¿crees que un hombre te va tomar en serio con 5 hijos? Es mucha carga para un hombre.

Elena: MALDITA MISERABLE… CON MIS HIJOS NO TE METAS.

Como pude me levanté de mi asiento estirando mi brazo enredando mis dedos en mi cabello.

Natalie: Oye… loca… suéltame.

Sus manos se fueron directo a las mías, la zarandeaba con todas mis fuerzas, Guido estaba condiciendo sintiendo como la camioneta se iba de un lado y del otro.

Guido: Elena… Basta…

Me sujetó con una mano de la cintura, se tuvo que aparcar, la jalaba con fuerza, me soltó con una mano jalando mi cabello aun peor de lo que estaba haciendole…

Elena: CON LOS HIJOS UNA SE MANTIENE EL HOCICO CERRADO.

Natalie: tú empezaste…

Elena: ME IMPORTA UNA MIERDA… MALDITA PERRA ABUSIVA.

Las manos de Guido se fueron hacia las de Natalie para que me soltara, al menos hacía este tarado algo por mi.

Guido: Natalie, suéltala.

Natalie: QUE LO HAGA ELLA PRIMERA.

Guido: POR UN DEMONIO NATALIE… SUELTALA.

Elena: Maldita, maldita… maldita…

Ella me jalaba y con una mano, pero yo con la dos, Guido me soltó abriendo la puerta, se bajó abriendo mi puerta, me tomó de la cintura sin jalarme pero se fue directo a las manos de Natalie haciendo que me soltara.

Elena: déjame… déjame. Le voy a dar su merecido a esa maldita perra.

Me alzó sacándome de la camioneta, removía todo mi cuerpo, Natalie se bajó corriendo queriendo llegar hasta mi, que venga ahora mismo que le iba a dar una buena paliza por bocona. Me subió a su hombro dando media vuelta. Natalie se arrojó hacia mi, pero Guido la empujo haciendo que se fuera de sentón.

Guido: DIJE BASTA NATALIE… ELLA NO SABE PELEAR COMO TÚ… ENTRAAAA.

Natalie: VAS A PERMITIR QUE ESA ABOGADA DE CUARTA ME HABLE COMO LO HIZO.

Me seguía moviendo del hombro de Guido, hice hasta lo imposible para bajarme que me le resbalé de su hombro, di la media vuelta, pero Guido me sujetó de la muñeca pasando delante de mi.

Elena: JUEZA FISCAL… REPITELO… AUNQUE TE DUELAA…

Natalie: NO ESTAS POR ARRIBA DE MI… TE QUEDA CLARO.

Elena: SI ME VES POR ARRIBA DE TI, ES QUE LO ESTOY ESTÚPIDA, PERO SI TENGO QUE BAJAR PARA PARTIRTE EL HOCICO NO VOY A DUDAR EN HACERLO. QUI-TA-TE GUIDO…

Guido: vete Natalie… entra a la camioneta.

Mi pecho subía y bajaba, ella pasó sus manos por su cabello acomodándoselo, que agradezca que no le arranque la cabeza que bien le hacía falta. Caminaba con pasos hacia atrás, negando con la cabeza, miraba a Guido demostrando que lo podía controlar. Entró cerrando la puerta. Pasó su mano por su barbilla dando la media vuelta, desvié la mirada en este momento nada de lo que me diga haría cambiar de la impresión que tenía de esa maldita vacaly.

Guido: ¿Se puede saber que te pasa? Tantas leyes te están consumiendo el cerebro.

Elena: A ella se lo consume su maldita lengua. Te lo juro que se la voy a terminar arrancando..

Guido: Por que te enganchas con un comentario.

Elena: ¿Un comentario? SE METIÓ CON MIS HIJOS.

Guido: No dijo nada malo de tus hijos.

Mis ojos empezaron arder, apreté la quijada tan fuerte, no podía creer que ahora este miserable igual le diera por su lado.

Elena: ¿NO? DIJO QUE SON UNA CARGA.

Reposó sus manos en su cintura levanto el rostro hacia el cielo, una lagrima traidora caía por mis mejillas, la aparte de un fuerte manotazo de mi parte. Bajó el rostro mirándome.

Guido: Sabes que no lo son… Que nadie te haga sentir mala madre, cuando eres la única que mueve cielo y tierra por tus hijos, la única que se desvela por ellos y pasa noches enteras sin dormir cuando están enfermos, y eso… eso te hace perfecta.

Entreabrí los labios, levanté lentamente la mirada hacia Guido, dio un paso más, mirándome. Pasó su mano por encima de mi cabello todo alborotado.

Guido: ¿Me permites darte un consejo?

Tragué saliva acelerando la respiración, asentí con la cabeza, él retiró su mano de mi cabello, no sé si la mustia esa nos estaba viendo pero no me importaba, ahora se la tenía jurado, más que por mi, por meterse con algo que no tenía que decir.

Guido: deja de pensar que tener un enemigo es una terrible maldición... puede ser una bendición.

Elena: solo tú lo verías así.

Guido: un sabio aprende mas de sus enemigos que un tonto de sus amigos.

Elena: Puede ser, pero no tiene por que meterse con algo que de seguro ni tiene.

Guido: No, no tiene hijos.

Elena: Afortunado, no tendrás que cargar con hijos ajenos.

Entrecerró sus ojos mirándome, pasé a su lado cuando me sostuvo del brazo con fuerza, miré hacia su agarre pero no hizo por soltarme. Levanté la mirada hacia él.

Guido: No vuelvas a decir eso. Si Gino es el indicado, entonces tendrá que aceptarte con tus hijos, de otra forma, tampoco te merece.

Arrebaté mi brazo caminando hacia la camioneta, no quería escucharlo, apartaba mis lagrimas, esperaba que esta loca no se le haya ocurrido pasarse a mi lugar, y si estaba adelante, mejor, me recostaría para dormir el resto del viaje, no me importaba más saber de esa mujer.

Guido: ELENAAAA!!!!!

TACA TACA TACA TACA TACA TACA…

BOOOOOOM…

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Elena

Guido

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