Capítulo 19

Natalia había conseguido dormirse mientras Bryan entraba en el apartamento de Sara.

-- Vamos a beber un poco de vino.

Sara se dirigía a la cocina cuando Bryan rechazó la petición inmediatamente.

-- ¿Por qué no? Vamos, amor... será solo una copa...

Insistió teniendo un plan en mente.

-- ¿No te encuentras mareada? --preguntó Bryan levantando las cejas.

-- Ya estoy bien. ¿Qué tal si duermes aquí esta noche? Echo tanto de menos tu cuerpo junto al mío.

Sara se acercó y lo abrazó acariciando el cuerpo atlético y definido de Bryan.

-- ¡No puedo! Pero mañana almorzaremos juntos.

Bryan rechazó una vez más las insinuaciones de Sara. Ella, al ver que él seguía dudando, besó los labios de Bryan, que tampoco correspondió a su beso.

-- ¿Cuál es tu problema, Bryan? Parece que me estás rechazando. ¿Qué pasa, acaso estás enamorado de tu mujer? --preguntó Sara molesta.

-- No quiero discutir, Sara. Necesito volver a la mansión, tengo sueño y quiero dormir en mi cama.

Bryan se apartó un poco, pero Sara insistía en permanecer pegada a él.

-- Si realmente no estás interesado en esa mujer, bésame.

Ella volvió a posar sus labios sobre los de Bryan. Él correspondió al beso, pero enseguida se apartó de su abrazo.

-- ¡Hasta mañana! --dijo mientras caminaba hacia la puerta de salida.

-- Espera. Antes de irte, tómate al menos una copa de vino conmigo, ¿por favor?

Bryan se aferró con fuerza al pomo de la puerta, dudando ante su invitación, pero luego aceptó, teniendo en cuenta que había rechazado varias de sus peticiones.

-- Está bien, pero sé breve.

Volvió al salón y se sentó en el sofá.

-- Voy a por el vino ahora mismo.

Fue a la cocina y sirvió el vino en las dos copas, pero sin que Bryan se diera cuenta, Sara vertió en su copa un medicamento en polvo para que se durmiera rápidamente.

Regresó al salón y le entregó la copa. Bryan bebía en silencio mientras Sara observaba el hermoso rostro del hombre que tenía delante.

-- ¿A qué hora vamos a almorzar mañana?

-- ¡Todavía no lo sé! --Bryan parecía confundido y aturdido al responderle.

-- No me encuentro bien. Gracias por la bebida, pero tengo que irme.

Bryan se levantó del sofá tambaleándose y empezó a dirigirse a la puerta, pero su visión borrosa le impedía caminar con seguridad. Sara se sintió satisfecha al ver que su plan estaba funcionando.

Bryan intentó apoyarse en la pared para mantener el equilibrio, pero sus piernas flaquearon y cayó de rodillas al suelo. Sara se acercó lentamente, con una sonrisa victoriosa en el rostro. Sabía que finalmente había conseguido lo que quería. Ahora, Bryan estaba en sus manos.

-- Bryan, no puedes salir así... --Sara le ayudó a levantarse.

-- Me siento muy mareado --dijo Bryan con las manos sobre los hombros de Sara.

-- Vamos a mi habitación. Puedes descansar y, cuando te mejores, te vas.

Sara lo guio con cuidado hasta su habitación, apoyándolo a cada paso. Se sentía triunfante mientras observaba a Bryan luchando por mantenerse en pie. Al llegar a la habitación, le ayudó a tumbarse en la cama y lo cubrió con una suave sábana.

-- ¡Descansa! --dijo acariciándole el rostro.

-- ¡Natalia! ¡Natalia! --Bryan movía la cabeza de un lado a otro teniendo alucinaciones con Natalia.

Sara lo miró ferozmente con llamas de odio en sus ojos.

-- Tu Natalia ya no te querrá después de que descubra que dormimos juntos.

La mente confusa de Bryan repetía el nombre de Natalia incesantemente, como una tortura incontrolable. Pero Sara estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para asegurarse de que ella fuera la única en su vida a partir de ahora.

Sara bajó al garaje y despidió al chófer diciéndole que Bryan había decidido dormir en el apartamento.

El chófer se sorprendió al saber que su jefe era un hombre casado. Pero no quiso preguntar nada y, subiendo al vehículo, se marchó a la mansión.

Ella, implacable, cerró las puertas del salón y del dormitorio y sonrió maliciosamente mientras observaba a Bryan luchar contra sus propias ilusiones.

Bryan se quedó profundamente dormido. Sara le quitó toda la ropa a él y a ella y se acostó a su lado.

-- Bryan Navarro, serás mío.

Sara se hizo una foto abrazada a Bryan. Esa imagen era la prueba de que Bryan estaba con ella.

El nuevo día amaneció nublado. Natalia se había despertado temprano y había hecho su paseo diario.

Mientras caminaba por el inmenso jardín de la mansión, pensaba en la última discusión que había tenido con Bryan en el despacho.

La noche anterior no había sido buena para ella. Natalia quería relajarse, así que dio varias vueltas por el jardín hasta que se cansó.

Al acercarse a la entrada, Gustavo apareció, sorprendiéndola.

-- Buenos días, cuñada. Parece que va a llover...

Gustavo observó el rostro abatido de Natalia; conocía el gran sufrimiento que Felipe le había causado.

-- Buenos días, cuñado. También creo que va a llover.

-- ¿Sabes si Bryan está despierto? --preguntó, mientras caminaban juntos hacia el interior de la mansión.

-- No sabría decir... Todavía no lo he visto hoy.

-- Buenos días, hijo. --Sueli se encontró con Gustavo junto a Natalia.

-- Buenos días, madre. ¿Bryan ya está despierto?

Sueli se quedó atónita al escuchar la pregunta de Gustavo.

-- Gustavo, ven a mi despacho. Necesito hablar contigo sobre un asunto de la empresa. Natalia, querida, dentro de un rato tomaremos el desayuno. Hasta ahora.

Natalia asintió, subiendo las escaleras y prescindiendo del ascensor.

Sueli y Gustavo entraron en el despacho de la mansión.

-- Sé que no quieres hablar de la empresa, así que, madre, ve directa al grano.

Gustavo se dio cuenta enseguida de que su madre tenía algo serio que preguntar.

-- Gustavo, ¿qué hiciste con ese hombre? ¿Adónde llevaste a Felipe?

Gustavo esbozó una sonrisa maliciosa al escuchar la pregunta.

-- Ese desgraciado no volverá a acercarse a Natalia. Está donde debe estar.

Sueli se quedó horrorizada con la respuesta de Gustavo.

-- ¿Qué has hecho? ¿Lo has matado? ¿Cómo has podido hacer algo así, Gustavo? ¿Y si la policía lo descubre? La forma correcta de solucionar este asunto era entregarlo a la policía y dejar que la justicia hiciera su trabajo.

-- ¿Sabes lo que estás diciendo? Creo que no... Ese hombre agarró a Natalia a la fuerza y solo Dios sabe lo que podría haber pasado si Bryan no hubiera llegado a tiempo. Hice lo que debía hacer. Y ahora, si me disculpas, voy a darme una ducha y a dormir un poco.

Gustavo salió de la presencia de Sueli dejándola asustada.

-- ¿Qué está pasando con mis hijos? Gustavo se ha convertido en un asesino y Bryan ha dormido en casa de su amante.

Sueli se había enterado a primera hora por el chófer de que Bryan había dormido en el apartamento de Sara.

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Comments

Milena Johana Fuentes zamora

Milena Johana Fuentes zamora

si eres tan inteligente Bryan deduce que te hecho algo en la bebida realizate unos laboratorios ahora va a decir que está embarazada de ti

2025-02-11

0

Edith Zenteno

Edith Zenteno

buuuu para mi se pudrió la novela la de siempre el Ceo estúpido y la arrastrada que lo droga FOOMEEEE

2025-01-20

0

María Montaña

María Montaña

en las novelas siempre es lo mismo los drogan y después aparecen embarazadas 😆

2025-01-09

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