016

Alexis sexy se levantó, adolorido se fue, con el orgullo destrozado. Alexis alfa no sabía cómo reaccionar, pero no se veía triunfante, por el contrario, parecía descolocado, fuera de sí mismo, abrumado.

- Oye ¿estás bien?

- ¡No!

Su grito me sacudió por dentro, me sentí como una niña siendo regañada por su padre, para cuando Alexis alfa se dio cuenta, comenzó a lagrimear y huyó disculpándose. Sentía que mi vida se estaba transformando en una especie de drama, pero uno que no me estaba gustando.

Regresaba a mi casa, sintiendo que todo lo que había ocurrido era mi culpa, aunque no lo era ¿no? Pero el sentimiento no desaparecía. Estaba vagando entre sentimientos y pensamientos hasta que había oscurecido, estaba revisando la hora cuando me tomaron del hombro, al ver quién era, vi a una de las seguidoras de la secta, estaba terriblemente asustada.

- Por favor\, tienes que ayudarnos\, sé que te hemos hecho la vida imposible\, pero te lo pido\, no puedo ir con la policía ni contarle a nadie más.

Sus súplicas entre lágrimas ablandaron mi corazón, por poco tiempo. Igualmente decidí escucharla, pero tuvimos que ir a un parque donde nadie pudiera escuchar lo que sucedía.

- Tu hermano es un monstruo\, no nos deja en paz.

Comenzó con las palabras equivocadas, cuando mencionó a mi hermano, mis ganas de querer ayudarla se desvanecieron, entre menos supiera o tuviera que hacer acerca de mi hermano, era mejor, pero continuó contándome lo que sucedía, aunque no tenía ninguna palabra de consuelo que decirle, no tenía nada que ofrecer.

- No pensé que podría existir tal persona\, tanta crueldad en una cara tan bonita\, pero tenemos miedo\, no podemos ni verlo a los ojos.

No había pasado ni una semana y ya las tenía controladas, su poder de manipulación era terrorífico, lo sabía de primera mano.

- Y a Mary\, ella lo lleva peor y nosotras tenemos que obedecerlo o nos hará lo mismo\, pero ya no puedo\, cada día es peor\, cada día me hace pensar que estaría mejor bajo tierra\, no quiero seguir con esto y llamar a la policía sería lo peor\, mi familia\, mi hermana\, por favor\, tu eres su hermana\, dile que se detenga.

Así que la sacerdotisa se llama Mary, pobrecilla, me imagino lo que ha de estar pasando en las garras de Alexis hermano, pero no hay nada que pueda hacer, no hay nada que quiera hacer y mucho menos por ellas, quienes veía como escoria de la sociedad, ya el escucharla era más que suficiente, debería serlo.

- ¿Por qué no dices nada? ¡Responde! ¿Es que acaso no escuchaste nada de lo que te acabo de decir?

- Escuché todo\, pero no haré nada.

Su mirada se tornó vacía, la pequeña luz de esperanza había huido de sus ojos, las lágrimas cesaron y se quedó mirando el vacío, ella sabía que no podría escapar de mi hermano, nadie puede, ni siquiera yo.

- Él tenía razón\, cada palabra que dijo era cierto\, eres una cobarde.

- Quizás\, pero eso me ha mantenido a salvo hasta ahora.

- ¿Y no te apena estar respondiendo todo lo que te digo?

- ¿Cómo dices?

- Te estás portando algo rebelde ¿no?

Un escalofrío recorrió mi espalda, me levanté y sentí un golpe contundente en mi cabeza, mi visión lentamente se hizo borrosa y luego solo había oscuridad.

- Despierta.

Una voz, no sabía quién era, tenía un zumbido en los oídos que me hacía imposible reconocer su voz, pero se escuchaba desesperada, ansiosa y molesta.

- ¡Despierta!

- No molestes\, me duele la cabeza.

Abrí los ojos, frente a mí estaba la sacerdotisa vestida con el traje de Eva, había sido severamente golpeada, si no fuera porque dejó su rostro intacto, no podría reconocerla.

- Por fin despiertas. Tu hermano es un lunático\, tienes que pedirle que se detenga\, ya le he dicho mil veces que no volveré a acercarme a ti.

Por si no te has dado cuenta, también soy una prisionera en este juego irreal. Nos encontrábamos en una especie de almacén, pero no sabía en dónde, cuánto tiempo había pasado y por qué estoy solamente amarrada de las manos, incluso podría huir si quisiera, espera ¿en verdad podría huir? El solo pensar en huir y desobedecer a mi hermano me hizo temerle, sentí el cuerpo pesado, no podía levantarme, el dolor de cabeza se hacía más grande y el zumbido ya era demasiado molesto.

- Idiota\, hazme caso\, libérame y haz que tu hermano pare.

¿Parar? No, él no se detendrá por nada en el mundo, este es su juego y nosotras solo éramos muñecas que podía utilizar a su antojo. No, era demasiado arriesgado, no quiero volver a sufrir como antes.

- ¿Me estás escuchando? ¡Haz algo!

¡Cierra la maldita boca! Su voz me molesta y aunque es de alguna manera satisfactorio verla toda lastimada, su actitud hacía que se perdiera todo el encanto, necesito pensar ¿dónde está él?

- Se acabó el tiempo...

- No\, no\, no\, espera\, estaba a punto de lograrlo\, por favor\, ella estaba a punto de hacerlo.

- No\, no\, no. Las señoritas no deberían responder de esa manera tan poco refinada\, así que hazme un favor y acepta que has perdido.

- No\, por favor\, te lo suplico\, solo quiero irme\, me largaré del país si es necesario.

Alexis apareció de entre las sombras, portando una fusta. Se acercó con una sonrisa hacia la sacerdotisa y pasó la fusta por toda la piel de la sacerdotisa, deteniendo su avance en cada herida que tenía, ella se quedó callada, sabía al igual que yo que, si hablaba, las cosas serían mucho peor.

- Hermanita querida\, sabes\, no me gustó que te pusieras rebelde no solo una\, si no tres ocasiones\, sin embargo\, hiciste bien al quedarte ahí\, como una lady. Te recompensaré.

La siguiente escena que pasó frente a mis ojos, desearía que hubiese sido un terrible sueño del cual despertaría en cualquier momento, en verdad esperaba que todo esto terminara de alguna forma, quería pedir ayuda, quería que llegaran a rescatarme, pero ni siquiera mi mente podía ocultar lo que pasaba, lo que vi fue la total aniquilación de un ser humano, la sacerdotisa pasaría a ser solo un despojo y temía que yo fuera la siguiente.

- Hermanita ¿hace cuánto que no tienes “pesadillas”?

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