- Espera un momento ¿no podías hacer eso sin la bofetada?
- N-no.
Marcus seguía con la boca abierta, incluso pareciera que fuesen a posarse las aves para crear su nido ahí mismo, por otro lado, Alexis alfa seguía sin saber lo que sucedía y yo tampoco tenía ni idea de lo que estaba sucediendo, en primer lugar ¿por qué estaba tan molesta?
- Ah\, es cierto\, estaba molesta contigo\, porque debes tener la maldita razón.
- ¿En qué?
- ¿No podías dejarme tirada y que mis problemas se solucionaran por sí solos? Todo estaba saliendo perfectamente.
- No sé de qué estás hablando y a tu amigo parece que le ha dado un paro cardiaco\, no se mueve desde hace rato.
- Estamos aquí\, no cambies de tema.
- Pero ni siquiera sé de qué me estás hablando.
Por supuesto que no lo sabes, porque todo sucedió en mi cabeza, pero tampoco me podía desquitar ahí mismo, así que tenía que venir con el Alexis alfa real y sacarlo, incluso lo frustrante de que solo me hayas logrado besar en mis propios sueños vívidos. Alexis alfa tomó mi mano con delicadeza y acarició mi cabeza con la otra mano, ahora me sentía mal por haberle dado la bofetada, pero a la vez me sentía libre, pero muy en lo profundo había otro sentimiento, más oscuro.
- Vale\, no entiendo lo que ha sucedido\, pero espero me puedas perdonar por el error que tuve y me lo cuentes para no volverlo a hacer.
- Julia\, Julia\, Julia\, Julia\, joder.
- Marcus\, se te está saliendo tu acento español.
- Eso luego\, pero ¿qué está pasando ahora? Si\, ya sé que les ando cortando el momento\, pero por fin pude coger algo de aire.
Ahora estaba atrapada entre el amor bonito que estaba a mi lado y mi mejor amigo, por lo que no me quedó de otra más que contarles lo que estaba sucediendo. Les conté de los sueños vívidos que tenía y en especial los de Alexis alfa, sin hacer mención de que él era el alfa y los demás tenían su propio título, Marcus se quedó perplejo y Alexis alfa también, no podía culparlos y mucho menos cuando se enteraron de que estaban siendo utilizados como material para mi novela.
- Entonces en tu mente me ves como una especie de caballero de traje.
- Y a mí\, como un Marcus común y corriente.
- ¿Y a mí cómo me ves?
El susurro de Alexis sexy en mi oído me hizo sonrojar de forma inmediata, pronto me vi capturada entre sus brazos fuertes, no podía moverme por más que intentara zafarme, quería pedirle ayuda a Alexis alfa y Marcus, pero no estaban, solo estábamos el maestro y yo, sin embargo, eso me hizo sentir mejor.
- Entonces ¿cómo soy en tus sueños?
- Eh\, pues\, como tú mismo...
Sabía que estaba mintiendo y como castigo, mordió mis labios. El dolor era emocionante en ese momento y me hizo temblar, de un momento a otro perdí la necesidad de querer huir y tan solo me dejé llevar. Sus manos recorrieron mi cuerpo, a pesar de las gruesas telas que llevaba encima, sentía sus caricias como si tocara directamente mi piel, esta sensación era demasiado para mí. De mi garganta sentí el eco de las emociones que querían salir, pero tuve que mantenerlos dentro de mí, no podía dejar que Alexis sexy se diera cuenta de esto, incluso le lancé una mirada de coraje.
- Esa rebeldía tuya.
“Te estás volviendo un poco rebelde ¿no?”, el recuerdo de esas palabras me hizo sentir escalofríos, empujé a Alexis sexy, pero quien cayó al suelo fue Alexis alfa, quien estaba anonadado por el repentino empujón.
- Lo siento\, lo siento\, no era mi intención.
- Tranquila ¿acaso estabas soñando de nuevo?
- Si...
Dije con mucha vergüenza, no podía contarles lo que acababa de soñar y tampoco de mis “pesadillas”. El tiempo pasó y seguimos hablando los tres de diversos temas, todo este asunto de los sueños se volvió una manera divertida de pasar el tiempo, pues discutíamos diversas situaciones que podrían ocurrir o hasta dónde llegaba mi cabeza para hacerme tener las más emocionantes y absurdas aventuras en un marco de tiempo bastante reducido.
La noche llegó, la biblioteca tenía que cerrar, los chicos fueron conmigo a mi casa para seguir con la plática, la lluvia de ideas era fenomenal, quería seguir aventurándome en este viaje.
- Por cierto\, Marcus ¿cómo es que tu novio sabía dónde vivo?
- Porque le di tu dirección en una ocasión\, comentando que\, si me llegase a pasar algo\, viniera a buscarme primero aquí\, porque es donde me siento seguro.
- Ay\, eres un amor.
- Entonces ¿soy de los pocos que ahora saben dónde vives?
- Así es\, siéntete afortunado\, Alexis.
- Por supuesto que me siento afortunado\, señorita.
Escupí mi bebida por el repentino recuerdo de cuando le dije que me llamara así, los tres terminamos en risas hasta llegar al llanto. La noche continuaba hasta que escuchamos el timbre de la puerta, algo raro para la hora que era, pero igualmente fui a abrir la entrada para nuestro misterioso presiona timbres nocturnos.
- Buenas noches\, Julia\, me disculpo por la hora en que vine\, pero tenía que entregarte esto.
- Mi cuaderno de notas ¿cómo es que lo tienes tú?
- Lo olvidaste en el salón.
- Muchas gracias ¿gusta pasar\, profesor?
Alexis sexy entró, su presencia me hizo olvidar que Marcus y Alexis alfa estaban en la casa, riendo de las tonterías que estábamos diciendo, cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde.
- Profe\, buenas noches las tenga.
- Profesor\, no lo esperaba\, pero bienvenido sea.
Alexis sexy no sabía ni qué pensar, pero se sentó junto a sus alumnos y se integró con mucha facilidad, supongo que el hecho de que sea un extranjero le hacía ser más fácil integrarse a los grupos nuevos, pero también puede que ese pensamiento sin fundamentos no tenga absolutamente nada que ver y se me esté subiendo la bebida. Marcus parecía estar muy pasado de copas
- Julia\, ya son las no sé qué fechas del tren bala ¿puedo usar tu baño para dormir?
- Es todo tuyo\, campeón.
- Yo\, si me disculpas\, usaré el sofá.
- ¿Y usted\, profesor? Todavía queda la cocina\, la chimenea\, el bar\, el aeropuerto y el puerto.
- Supongo que también me quedaré en la sala\, no te preocupes.
Los dos Alexis están en mi casa, esto debería ser emocionante ¿o debería ser aterrador? No tengo idea, solo sé que necesito dormir, porque los ojos me pesan, mis pies también y todavía sentía un dolor ligero en la palma de la mano, creo que, si le di bien fuerte a Alexis alfa, luego me disculparé con él.
La noche avanzó y desperté pensando que todo lo que había sucedido era un sueño, pero me encontré con el profesor entrando en mi habitación, creo que sigo soñando.
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