capítulo 14- conspiración.

Frederick se lleva a Beryl al bosque, junto con otros caballeros, pues para entrenar al pelirosa, la mejor opción es que se enfrente a los mismísimos demonios, de ese modo, su cuerpo se acostumbrará el uso del mana. Esa noche, fueron rodeados de aquellos demonios, así que Beryl, uso el hechizo, creando aquel sello que lanza una descarga eléctrica contra aquellas cosas parecidas a ratas, pero puede sentir como su cuerpo se cansa después de usarlo dos veces. Frederick los sostiene de la cintura para que no se caiga, mientras que él usa ese mismo hechizo para atacar a los demonios que los rodean, por supuesto, los caballeros también pelean usando sus espadas, las cuales poseen una especie de sello que ayuda a que las heridas causadas a los demonios, no saben rápidamente y de ese modo, pueden eliminarlos. Las armas poseen este sello hecho por Frederick, para que así, sus caballeros puedan ayudarlo mejor y evita que estén vulnerables ante los demonios.

Beryl se sostiene de la ropa de la Frederick al sentir que lo sostiene de la cintura, levanta su mano para lanzar otras vez el hechizo, aunque esto funciona, solo lo agota más.

— detente, ya tu cuerpo se irá acostumbrando, pero no te esfuerces de más.— le sugiere Frederick.

— pero si no me esfuerzo, tomará más tiempo.— se queja.

– es verdad, pero es mejor que sea así, si te sobre esfuerzas, tu cuerpo podría enfermar.—

Frederick da la señal a los caballeros de retirarse, lo cual hacen rápido al estar a solo unos pocos metros de la salida del bosque, además les lleva poco tiempo caminar hacia las puertas del castillo, al ver que todos ya han llegado al castillo, Frederick carga a Beryl y solo deja salir sus alas para salir del bosque, para entrar al castillo pasando sobre los muros, pues las puertas ya han sido cerradas para evitar que los demonios puedan entrar. Frederick le pide a los caballeros que aseguren todo y pueden irse a descansar, dejando al siguiente turno para la vigilancia, mientras que él, se lleva a Beryl en sus brazos, el cual apenas esta consciente.

— siempre quise que me carguen como princesa, has cumplido mi sueño.— le hace saber a Frederick.

— que bien que tu sueño haya sido cumplido. Pero yo no soy un príncipe.— responde con burla.

— no, pero yo no quiero un príncipe, prefiero al feroz dragón. Grrr.— guiño.

— que halago.— le deja sobre un sofá de la sala más cercana.— Angela, trata de reponer su mana, antes de que siga delirando.

Angela había llegado y asiente ante la orden del dragón, así que usa su magia de sanación para reponer un poco del mana del omega y este, se queda dormido.

— con que duerma toda la noche, estará bien en la mañana, majestad.— le informa a Frederick.

— bien, que uno de los guardias te ayude a llevarlo a su habitación.— le pide mientras se sienta en el otro sofá.

— ¿quiere que le ayude a reponer algo de energía?— pregunta Angela.

— no es necesario, solo ve que se lleven a la rata rosa y puedes ir a descansar.— le ordena.

— esta bien, descanse majestad.— hace una reverencia.

Uno de los caballeros sube en su espalda a Beryl y se lo lleva, siendo seguido por Angela. Frederick solo se queda ahí cerrando los ojos.

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En Drigel, el príncipe le comenta a sus padres que la espada que había ido a buscar, no estaba en aquel lugar, y aunque han leído todos los libros donde se habla de la espada, la única ubicación es aquella isla.

— si no esta en otro lado, ¿es posible que alguien se la haya llevado antes?— pregunta la reina.

— imposible, nadie sabe de esa espada, solo mis antepasados que dejaron esos diarios.— refiriéndose a los que hable leído Harris.

— pero padre, buscamos en todas las cuevas y no encontramos nada, si no fue robada, entonces debe de estar en otro lado.— responde Harris con preocupación.

— quizás...necesitamos encontrar esa espada, ya no podemos seguir entregando mujeres a ese dragón...— menciona el rey preocupado.

— pero sin el dragón estaremos desprotegidos, ¿están seguros de que quieren hacer?, espero no sea solo algo guiado por la caprichosa mujer con la que te ves...— menciona la reina a Harris.

— no es un capricho, su familia entrego a su hermano como sacrificio y te recuerdo que tu fuiste cómplice de eso, madre.— le reclama Harris.

— a mi no me eches la culpa, si en verdad le preocupaba su hermano, debió ser ella el sacrificio, eso paso por su egoísmo, solo es una doble cara arribista que busca el trono.— grita la reina.

— Alison no es así, ella es una joven con gran nobleza, ella no sabía que su hermano sería el sacrificio.— responde Harris.

— si no era su hermano, pudo haber sido otra mujer, ¿entonces estaría ella bien con eso?, eso es bastante hipócrita de su parte, su preocupación solo es una falsedad y ni creas que ella tomará mi lugar como reina, eso jamás.— señala la reina.

— suficiente, lo importante aquí es eliminar al dragón para que no hayan más sacrificios inocentes.— informa el rey.

Harris y la reina se mantienen callados. Más tarde, en el templo, una figura misteriosa entra a una sala donde se encuentran algunos sacerdotes, la persona que se cubría con una capucha deja al descubierto su rostro, siendo esta la reina.

— el príncipe no encontró la espada, pero aún desean encontrarla.— menciona la reina.

— no podemos dejar que la encuentren, debemos buscarla primero, sin el dragón estaremos a merced de los demonios.— exige un hombre mayor. Este es el cardenal del templo y padre de la reina.

— he intentado de que Harris desista de la idea, pero es esa mujerzuela la que se encapricho con una venganza absurda.— responde la reina.

— hay que deshacernos de esa chiquilla, siempre vio como maltrataban a ese omega, ¿y ahora se hace la preocupada?, no tiene sentido.— se muestra preocupado el cardenal.

— quiere impresionar al príncipe con su corazón bondadoso, las mujeres como ella, engatuzan a los hombres fingiendo inocencia.— la reina se veía molesta.

Ella lo sabe bien, es así como tres mujeres han entrado al palacio como concubinas, afortunadamente, ella pudo asegurarse de que ninguna le diera más hijos al rey. Pero con la presencia de Alison, Harris no podrá ser un buen rey, el falso corazón bondadoso de Alison le esta haciendo tomar malas decisiones.

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