Regresar a casa

Emma había encontrado una nueva normalidad en su vida lejos de casa. Sus estudios la mantenían ocupada, y las nuevas amistades que había hecho en el campus le brindaban una red de apoyo que necesitaba desesperadamente. Sin embargo, no importaba cuánto intentara, el recuerdo de Ethan seguía persistiendo en su mente y en su corazón.

La muchacha había congeniado con sus compañeras de cuarto, había conseguido ser parte del Consejo estudiantil y allí tenía también algunos buenos amigos. Pero entre todas las amistades que Emma había formado, había una que sobresalía, un amigo muy especial que había llegado a significar el mundo para ella: Alex.

Alex era un chico guapo, con una sonrisa encantadora y un sentido del humor que podía iluminar cualquier habitación. Además de ser extremadamente cariñoso y comprensivo, Alex también era abiertamente gay, algo que había creado un vínculo especial entre él y Emma. Juntos compartían sus secretos, miedos y frustraciones, y Alex se convirtió en su confidente más cercano.

Una tarde, después de una larga jornada de clases, Emma y Alex se sentaron en el pequeño jardín de la residencia, disfrutando del aire fresco y de una taza de té.

-Emma, has estado muy callada últimamente. ¿Qué te pasa?- preguntó Alex, observándola con una mirada preocupada.

Emma suspiró, mirando su taza de té antes de responder.

-Es Ethan... No puedo dejar de pensar en él- admitió, sintiendo un nudo en la garganta.

Alex asintió, pues ya estaba familiarizado con la historia de Emma y Ethan. Sabía cuánto le dolía a Emma pensar en su pasado, pero también sabía que evitarlo no era la solución.

-Emma, cariño, llevas mucho tiempo evitando enfrentarte a tus sentimientos. Tal vez sea hora de que hagas algo al respecto- sugirió Alex, colocando una mano sobre la de ella.

Emma lo miró, sorprendida.

-¿Qué quieres decir?- preguntó, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.

-Quiero decir que tal vez deberías enfrentar a Ethan. Hablar con él, cerrar ese capítulo de tu vida- respondió Alex con firmeza.

Emma se quedó en silencio, reflexionando sobre sus palabras. La idea de enfrentar a Ethan la asustaba, pero también sabía que Alex tenía razón. No podía seguir huyendo para siempre.

-No sé si estoy lista para eso, Alex.- dijo finalmente, sintiendo el peso de la decisión en sus hombros.

-Nadie está nunca completamente listo, Emma. Pero a veces, dar ese primer paso es lo que realmente necesitas- dijo Alex con una sonrisa alentadora.

Emma sabía que Alex tenía razón. Había pasado demasiado tiempo viviendo con el dolor y la confusión. Tal vez era hora de enfrentar sus miedos y buscar el cierre que tanto necesitaba.

Durante los meses siguientes, Emma continuó con sus estudios, trabajando duro para obtener su título en Literatura Inglesa. Alex fue su apoyo constante, siempre allí para escucharla y ofrecerle consejo cuando más lo necesitaba. Finalmente, el día de la graduación llegó, y Emma se sintió llena de orgullo al recibir su diploma.

Después de la ceremonia, Alex y Emma se encontraron en el campus, disfrutando de los últimos momentos de su vida universitaria juntos.

-Lo hiciste, Emma. Eres oficialmente una graduada- dijo Alex, abrazándola con fuerza. Emma sonrió, sintiendo una mezcla de alegría y melancolía.

-No podría haberlo hecho sin tu apoyo, Alex- dijo sinceramente.

Alex se apartó, mirándola con seriedad.

-Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?- prreguntó, aunque ya conocía la respuesta.

Emma tomó una profunda respiración, sintiendo que finalmente estaba lista.

-Voy a regresar. Es hora de hablar con él y dejar el pasado atrás- dijo con determinación.

Alex sonrió, orgulloso de su amiga.

-Sabía que dirías eso. Y recuerda, siempre estaré aquí para ti, no importa qué pase- le dijo, dándole un último abrazo.

Emma se despidió de sus amigos y comenzó a planear cómo enfrentaría a Ethan. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que era necesario. Había pasado demasiado tiempo viviendo con el dolor y la confusión. Era hora de tomar el control de su vida y buscar el cierre que tanto necesitaba.

Mientras Emma se preparaba mentalmente para lo que vendría, Alex la animaba constantemente, recordándole lo fuerte y valiente que era. Finalmente, llegó el día en que Emma sintió que estaba lista para dar el paso.

Por su parte, Ethan había terminado su carrera universitaria y estaba intentando seguir adelante con su vida. Sin embargo, el recuerdo de Emma seguía persiguiéndolo, a pesar de sus intentos de olvidarla. Había conocido a otras mujeres, había salido con varias, pero ninguna lograba ocupar el lugar que Emma tenía en su corazón.

Un día, Ethan tenía una reunión en la empresa de Kyle, el padre de Emma. Era una reunión importante sobre un proyecto en el que estaba trabajando. Mientras discutían los detalles del proyecto, Kyle mencionó algo que hizo que el corazón de Ethan se detuviera.

-Por cierto, Ethan, Emma ha vuelto a casa. Terminó su carrera pronto y pensamos que sería bueno que se reincorpore a la empresa- dijo Kyle casualmente.

Ethan sintió una mezcla de sorpresa y emoción. Emma había regresado. Después de tanto tiempo, la oportunidad de verla de nuevo estaba al alcance. Sin embargo, también sentía una punzada de miedo y nerviosismo. ¿Cómo la enfrentaría después de todo lo que había pasado?

-¿Emma ha vuelto?- preguntó Ethan, tratando de mantener la compostura.

-Sí, llegó hace unos días. Todavía está acomodándose, pero estamos felices de tenerla de vuelta- respondió Kyle con una sonrisa.

Ethan asintió, intentando procesar la información. Sabía que tenía que verla, hablar con ella y enfrentar el pasado, pero no sabía por dónde empezar.

Después de la reunión, Ethan se quedó un rato en la oficina, pensando en lo que haría. Finalmente, decidió que no podía seguir evitando a Emma. Tenía que hablar con ella, aclarar las cosas y, si era posible, sanar las heridas que ambos llevaban.

Un par de dias antes de que la muchacha regresara a su pais, Emma estaba en su habitación en la residencia universitaria, ultimando los detalles para su viaje. Su mente vagaba a menudo hacia Ethan, y la idea de enfrentarlo la llenaba de una mezcla de temor y anticipación.

De repente, su teléfono sonó. Era un mensaje de su madre, Annia.

-Emma, me alegra que estés considerando regresar a casa. Hablé con tu padre y todos estamos felices de poder tenerte nuevamente con nosotros- afirmó Annia, ya que a pesar de que solían hacerle visitas de manera esporádica no terminaban de añorar y extrañarla cada vez que regresaban.

Emma leyó el mensaje y suspiró, ella también los extrañaba, así que se dijo que ya era hora de enfrentar las cosas y dejar el pasado atrás. Tomó una profunda respiración y decidió que estaba lista.

Esa noche, Emma se encontró con Alex en su lugar favorito del campus, un pequeño café que siempre les había brindado consuelo.

-Alex, creo que es hora de enfrentar a Ethan- dijo Emma, con determinación en su voz.

Alex sonrió, orgulloso de su amiga.

-Sabía que dirías eso. Y recuerda, siempre estaré aquí para ti, no importa qué pase- le dijo, dándole un último abrazo.

Emma se despidió de sus amigos y comenzó a planear su regreso a casa. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que era necesario. Había pasado demasiado tiempo viviendo con el dolor y la confusión. Era hora de tomar el control de su vida y buscar el cierre que tanto necesitaba.

Con el apoyo de sus amigos y la valentía que había encontrado en su corazón, Emma estaba decidida a construir un nuevo futuro, libre del dolor del pasado, y lista para enfrentar a Ethan y todo lo que eso implicaba.

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