El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte mientras Clara y Daniel se encontraban en el vestíbulo del aeropuerto. Habían llegado para despedirse antes de que Daniel emprendiera un viaje de negocios a otra ciudad, un viaje que duraría varias semanas. Aunque sabían que era un compromiso importante para él, la separación les pesaba.
—No puedo creer que ya haya llegado el momento —dijo Clara, su voz llena de tristeza mientras ayudaba a Daniel a ajustar su equipaje.
—Lo sé. No es fácil para ninguno de los dos —respondió Daniel, tratando de mantener la compostura a pesar de su propio desánimo.
Ambos se miraron con una mezcla de emociones. La realidad de estar separados por tanto tiempo se estaba haciendo evidente, y el tiempo juntos parecía haber pasado demasiado rápido.
—Me gustaría poder ir contigo —dijo Clara—. Pero tengo responsabilidades aquí y no puedo acompañarte.
Daniel asintió, entendiendo la situación.
—Sé que tienes tus propias prioridades y compromisos. No quiero que te sientas mal por no poder venir —dijo—. Solo quiero que sepas cuánto significas para mí y lo mucho que te extrañaré.
Clara sonrió, intentando ser valiente. Aunque estaba triste por la separación, sabía que apoyar a Daniel en su carrera era importante. Se acercó y lo abrazó, sintiendo el calor de su abrazo reconfortante.
—Yo también te extrañaré. Pero sé que esto es necesario para ti —dijo Clara—. Aprovecha el tiempo y hazlo lo mejor que puedas. Estaré aquí esperándote.
—Lo haré —prometió Daniel, apretando su abrazo—. Y te mantendré actualizada sobre todo. Prometo que haremos que esta distancia sea más llevadera.
La despedida se prolongó mientras Daniel se preparaba para pasar por seguridad. Finalmente, llegó el momento de separarse. Se dieron un último beso lleno de cariño antes de que Daniel se dirigiera hacia la puerta de embarque.
Clara se quedó en el vestíbulo, observando cómo se alejaba. Sentía un nudo en el estómago al pensar en las semanas que tendrían por delante, pero también sabía que era una oportunidad para que ambos crecieran y fortalecieran su relación.
A medida que Daniel se desvanecía entre la multitud, Clara se giró y salió del aeropuerto, sintiéndose un poco vacía pero decidida a mantener el equilibrio en su vida mientras esperaba su regreso.
Los días pasaron, y Clara se sumergió en sus actividades diarias para distraerse de la ausencia de Daniel. Aunque trataba de mantenerse ocupada, a menudo pensaba en él y en cómo estaban manejando la distancia. Los mensajes y llamadas eran una forma de mantenerse conectados, pero no podían reemplazar la presencia física y el apoyo constante.
Por su parte, Daniel estaba ocupado con sus compromisos laborales, pero siempre encontraba tiempo para enviarle mensajes a Clara y compartir pequeños detalles sobre su viaje. A pesar de las diferencias en sus rutinas, ambos trataban de hacer que la distancia pareciera menos desafiante.
A medida que el tiempo avanzaba, Clara y Daniel se dieron cuenta de que esta separación les estaba enseñando mucho sobre la resiliencia y la importancia de su relación. A pesar de los caminos divergentes que estaban tomando temporalmente, sabían que su compromiso y amor estaban construyendo una base sólida para el futuro.
Finalmente, el día de regreso de Daniel llegó, y ambos se encontraron en el mismo vestíbulo del aeropuerto donde se habían despedido semanas antes. La emoción y la alegría de reunirse superaron cualquier dificultad que habían enfrentado durante su separación.
—¡Te extrañé tanto! —dijo Clara, abrazando a Daniel con fuerza.
—Yo también te extrañé —respondió Daniel—. Pero estoy feliz de estar de vuelta y de tenerte a mi lado nuevamente.
Con la separación detrás de ellos y la promesa de un futuro juntos, Clara y Daniel sabían que habían superado otro desafío en su relación, fortaleciendo aún más su conexión mientras continuaban su viaje juntos.
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