El sol de la mañana se reflejaba en la piscina mientras Ji-ho se preparaba para otro día de entrenamiento intensivo. La competencia nacional estaba a solo unas semanas y sabía que no podía permitirse ningún desliz. Min-ho, siempre un líder motivador, había diseñado un régimen de entrenamiento riguroso para el equipo, y Ji-ho lo seguía con una dedicación inquebrantable.
A medida que se acercaba la fecha de la competencia, Ji-ho notó que sus compañeros de equipo también estaban trabajando más duro que nunca. La victoria en la competencia regional había elevado los ánimos y había creado un sentido de camaradería y determinación en todo el equipo. Cada entrenamiento era una oportunidad para mejorar, y Ji-ho no dejaba pasar ni una sola.
Soo-jin, fiel a su promesa de apoyo, asistía a todos los entrenamientos, animando a Ji-ho y brindándole palabras de aliento. Su presencia constante era un recordatorio de que no estaba solo en este camino. Además, su amistad con Soo-jin había florecido, y aunque Ji-ho sentía que sus sentimientos por ella iban más allá de la amistad, decidió mantenerlos en secreto por el momento, prefiriendo concentrarse en sus objetivos.
Una tarde, después de un agotador entrenamiento, Min-ho reunió al equipo para una charla motivacional. "Chicos, la competencia nacional no es solo una prueba de nuestras habilidades físicas. Es una prueba de nuestro carácter, de nuestra capacidad para superar las adversidades y trabajar juntos como un equipo. Ji-ho ha demostrado una increíble dedicación y ha inspirado a todos nosotros a dar lo mejor de nosotros mismos."
Ji-ho se sintió honrado por las palabras de Min-ho y decidió hablar. "Gracias, Min-ho. Pero quiero que todos sepan que no podría haber llegado hasta aquí sin el apoyo de cada uno de ustedes. Somos un equipo, y juntos podemos lograr grandes cosas."
Las palabras de Ji-ho resonaron profundamente entre sus compañeros, fortaleciendo aún más su determinación. El entrenamiento continuó con renovado vigor, y cada día se acercaban más a su objetivo.
Sin embargo, Jae-hyun y sus secuaces no habían olvidado su rencor hacia Ji-ho. Una noche, mientras Ji-ho caminaba solo hacia su casa, sintió que lo seguían. Se giró rápidamente y se encontró cara a cara con Jae-hyun y su pandilla.
"¿Pensabas que podías escapar de nosotros?" dijo Jae-hyun con una sonrisa siniestra.
Ji-ho respiró hondo, recordando la calma y el enfoque que había cultivado durante sus entrenamientos. "No busco problemas, Jae-hyun. Solo quiero seguir con mi vida."
Jae-hyun se rió. "Eso no es suficiente. Has humillado a todos los que alguna vez te menospreciaron. No vamos a dejarte salirte con la tuya."
Antes de que Jae-hyun pudiera hacer algo, Soo-jin apareció corriendo, acompañada por Min-ho y algunos miembros del equipo de natación. "¡Dejen en paz a Ji-ho!" gritó Soo-jin, poniéndose entre Ji-ho y los matones.
Min-ho se adelantó, mirando a Jae-hyun con una mirada firme. "Si vuelves a meterte con Ji-ho, tendrás que enfrentarte a todos nosotros."
Jae-hyun, sorprendido por la unidad y la fuerza del equipo, retrocedió. "Esto no ha terminado," murmuró antes de irse con su pandilla.
Ji-ho, aliviado y agradecido, miró a sus amigos. "Gracias, chicos. No sé qué haría sin ustedes."
Min-ho puso una mano en el hombro de Ji-ho. "No estás solo en esto, Ji-ho. Somos un equipo, y te apoyaremos en todo momento."
Con el incidente detrás de ellos, Ji-ho se enfocó aún más en su entrenamiento. La presencia constante de sus amigos y el apoyo de Soo-jin le dieron la fuerza que necesitaba para seguir adelante. Sabía que la competencia nacional sería difícil, pero estaba preparado para enfrentar cualquier desafío.
Finalmente, el día de la competencia nacional llegó. El estadio estaba lleno de energía y emoción, con equipos de todo el país compitiendo por la gloria. Ji-ho se sintió abrumado por la magnitud del evento, pero también emocionado por la oportunidad de demostrar su valía.
Min-ho reunió al equipo antes de la primera carrera. "Chicos, hemos trabajado duro para llegar hasta aquí. Recordemos por qué estamos aquí y demos lo mejor de nosotros. Ji-ho, confío en ti. Sé que harás un gran trabajo."
Ji-ho asintió, sintiendo una mezcla de nervios y determinación. Cuando llegó el momento de su carrera, se colocó en la plataforma de salida, cerró los ojos y respiró hondo. Recordó todas las horas de entrenamiento, los sacrificios y las dificultades que había superado.
Al sonar el silbato, se lanzó al agua con una fuerza y gracia impresionantes. Cada brazada lo impulsaba hacia adelante, y Ji-ho nadaba con una precisión y velocidad que dejaban asombrados a los espectadores. Mientras avanzaba, podía sentir la presencia y el apoyo de sus amigos y de Soo-jin, lo que le daba una fuerza adicional.
Cruzó la línea de meta con un tiempo impresionante, ganando su carrera y llevándose el aplauso de todos los presentes. Los vítores y los gritos de apoyo llenaron el estadio, pero para Ji-ho, el verdadero triunfo era interno. Había demostrado que, a pesar de todos los desafíos, podía triunfar y encontrar su camino hacia la redención y el éxito.
Min-ho y sus compañeros de equipo lo levantaron en hombros, celebrando su victoria. Soo-jin, con lágrimas de alegría en los ojos, lo abrazó con fuerza. "Sabía que podías hacerlo, Ji-ho. Estoy tan orgullosa de ti."
Ji-ho sonrió, sintiendo una profunda gratitud y felicidad. Sabía que su viaje estaba lejos de terminar, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba en el camino correcto, rodeado de amigos y personas que lo apoyaban incondicionalmente.
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