Capítulo 14.

- El divorcio es lo que más anhelo pero si lo exigía en ese momento, haría que mi padre creyera que me habías engañado con esa mujer y cosa que no es mentira, lo que menos quiero es que tus padres y la empresa se vean afectados por tus estupidas decisiones, si me odias está bien, pero no me desquitaría contigo hundiendo a las personas que amas. Conozco el carácter de mi padre e iba hacer lo posible por hundirlos así que esta era la mejor decisión, a mi no me lástimas y ya eres un adulto, tú sabes qué hacer - ese hombre estaba tan sorprendido, ella habló tranquilamente y formalmente, sin duda era una gran mujer. No era la niña inmadura que había conocido, ni la caprichosa que todo quería. Era una mujer decidida.

- Dafne.. Yo -

- Se que nunca me amarás, y deseas ser libre, voy a esforzarme para estabilizar la empresa para que no necesites de nuestra familia. No quiero retenerte con nuestro poder, eres libre, no importa si estás casado conmigo, lo que menos quiero es pasar un mal rato contigo. Este matrimonio no tiene valides para ambos, así que cuando llegue el momento divorciémonos y que cada quien tome su lado - ella estaba decidida y Alejandro sentía punzadas, pero porque sentía punzadas en el pecho, aún no sabía pero quizás sentía que podría ser amor, tal vez deseo o interés, era difícil de explicarlo.

Al llegar a la mansión ella intentó salir del auto pero él tomó su brazo y la jaló hacía él, su mirada tan fija en los hermosos ojos que la tomó de del cuello y la besó profundamente, ella se sorprendió tanto que no lo apartó y él al ver que no lo apartó siguió.

Narra Dafne

Porque carajo besas tan bien, no había tenido la oportunidad de besar a nadie desde que viaje a este mundo, en mi vida pasada tenía amantes y jamás me casé pero esta vez es diferente, tus besos son mejor que cualquier hombre que antes haya besado.

-

Alejandro la acercó más y comenzó a meter su lengua, Dafne se dejó llevar pero no estaba dispuesta a ser opacado por aquel hombre infiel, ella lo abrazó y comenzó a tomar la iniciativa, comenzó a besarlo y meter su lengua, después mordió la lengua de ese hombre haciendo que él dejara salir un gruñido, Alejandro se sorprendió tanto que no lo podía creer.

Narra Alejandro

Dios como es que esta mujer besa tan bien, jamás supe que besara otros hombres o haya tenido un novio, joder como logro hacerme gruñir de esa manera, nadie, ninguna mujer en el sexo lo ha logrado y esa mujer lo logra con un simple beso, Alejandro por dios.

-

Dafne siguió a su manera, besaba Alejandro de manera alocada como si fuera el último bocado en el mundo y él lo disfrutaba, por que sus besos eran buenos, cuando por fin el beso estaba apunto de terminar ella besó y mordió su labio inferior dejando una leve marca haciendo que él hiciera un quejido de dolor. Al separarse por falta de aire ella al abrir sus ojos vio a ese hombre cruel y frío todo sonrojado y temblando, esa mujer había despertado algo en él.

Dafne sonrió pícaramente, ver a Alejandro sonrojado y con su mano cubriendo algo entre sus pantalones era divertido. Por otro lado, eso jamás le había pasado a él, con un simple beso como pudo terminar en ese estado.

- Sal tú primero.. yo.. -

- No sabía que el presidente Clark fuera tan sensible- Dafne soltó una carcajada y salió del auto, después camino y entró a la mansión. Por otro lado Alejandro estaba todo avergonzado y enojado.

- Enserio, ella te da un simple beso y apareces, no me jodas amigo, no puedo bajar en estas condiciones - el se recostó e intentó calmarse. Cuando Dafne entró a la mansión Rogelio la recibió.

- Mi señora, ¿Dónde está el señor? -

- En el auto, está meditando - Dafne soltó una carcajada muy fuerte. Más tarde Alejandro salió del auto y entró en la mansión. Dafne estaba en la cocina preparando una ensalada, él llegó por detrás y tomó un poco de ella.

- Hey, eso es mío, diles si quieres que te preparen algo-

- ¿Por qué no me lo preparas tú mejor? - el se acercaba más a ella.

- Porque tienes dos manos - ella lo empujo y Alejandro sonrió.

- ¿Té gustaría cocinar un postre conmigo? -

- ¿Tu sabes cocinar? - Alejandro comenzó a reír, Dafne no sabía qué pasaba, eso jamás se había mencionado en la novela. En la novela Alejandro era un Ceo frío y calculador, no era gentil ni tierno, esa ternura la tuvo con Kathia cuando apareció.

- Mi madre y yo hacíamos pasteles cada ciertos días esperando por mi padre cuando volvía del trabajo, casi siempre eran de chocolate ya que papá y mamá comparten los mismos gustos. Fue algo hermoso - Dafne no podía creer lo que veía, ese hombre tan cruel y frío se había sincerado con ella por primera vez. El comenzó a sacar los trastes necesarios y eso más le sorprendía a ella, todo era de repostería, aún así planeaba preguntarle a Rogelio ya que él vivió en la mansión grande durante muchos años.

- Está bien, hagamos el pastel que quieras - Dijo Dafne con una sonrisa. Alejandro se quitó su saco y arremangó su camisa, Dafne también se estaba preparando pero no podía dejar de verlo y es obvio, ver a un hombre arrogante y hermoso de pie frente a ti ensuciando sus manos con Harina, claro que todo mundo lo vería.

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