Capítulo 10.

- Tu vendrás conmigo ahora - Mientras Gonzalo estaba tirado en el suelo, él no quería que Dafne se fuera con Alejandro, él tenía miedo y pensaba lo peor ya que conocía el verdadero carácter de ese hombre. Pero ella no era la Dafne real, era Emiliana Walker la mujer más fuerte y dominante. Ella soltó el agarre de Alejandro y le dio una tremenda cachetada que lo dejó en un trance.

- A MI NO ME TRATAS COMO QUIERES ¿ME ESCUCHASTE?,  QUE TE QUEDE CLARO ALEJANDRO CLAK YO NO SOY TU PROPIEDAD - Dafne fue hacía Gonzalo y lo sostuvo del rostro, el labio de él estaba roto y corría mucha sangre.

- No te preocupes por mi Dafne, estoy bien -

- No lo estás, ven conmigo vamos a que te revisen - Dafne salió del restaurante con Gonzalo, dejó ahí parado a Alejandro como si él no significaba nada para ella. Dafne estaba dispuesta hacer pagar a ese hombre por su feo carácter y como trato a la antigua Dafne.

Alejandro estaba tan furioso que comenzó a descargar su ira, después salió del restaurante y se dirigió a su auto, planeaba ir a su mansión.

- Una media hora  atrás -

Alejandro había llegado a la empresa y empezó a escuchar a sus empleados hablar en voz baja.

- Te lo juro que los vi, el vicepresidente y la señorita Williams saliendo a desayunar e iba demasiado alegres -

- Quizás estén en una relación -

- Puede ser, yo nunca había visto al vicepresidente así, siempre es muy frío con todos hasta con las secretarías -

Alejandro estaba furioso, todos al darse cuenta de la situación se quedaron callados, Alejandro pasó de largo e iba dando pisotones, pero porque estaba enojado, aventó su maletín y se recostó en su silla.

Narra Alejandro.

¿Por qué me siento así?, ella está con él… y él es mi mejor amigo cómo puede hacerme esto, ella es mi esposa, legalmente es mía, me pertenece… porque ella me odia de repente, decía que estaba enamorada de mi,  en la boda en la forma que me miraba se notaba su locura por mi que me enfermaba, sentía que ella me veía como un premio a cambio de su ayuda, todo fue culpa de esas malditas personas, si ellas no hubieran interferido en la empresa Clark jamás hubiera tenido problemas y no hubiéramos necesitado a los Williams para solucionar estos problemas.  JODER ALEJANDRO porque carajos te molestas con ella, ella está en todo su derecho de salir con quien le plazca, no te compliques la vida, no esta detrás de ti como un chicle, no te hace escenas de celos, no hace nada de lo que tú odias, hace lo que más deseas, estar lejos de ti. Pero, ¿realmente la quiero lejos?, ¿realmente quiero lejos a mi esposa de mi?, la he lastimado tanto, me acuesto con mujeres delante de ella para mostrar cuando vale, JA si yo fuera ella también haría lo mismo, odiarme y evitarme, iré a buscarla mejor, arreglaré este error con ella.

-

Alejandro se puso de pie y pidió información de adonde fueron a desayunar esos dos, teniendo la dirección se dirigió a ese lugar. Al entrar logró ver a Dafne y Gonzalo juntos, se intentó acercar pero vio como él colocó su mano encima de la de ella y ella no lo apartó, al contrario sonrió de una manera hermosa y calidad, a su mejor amigo le daba esas miradas cálidas y sinceras con afecto mientras que a él lo veía con odio y coraje. Sentía que veía un momento lindo ente amantes, sintió como una corriente de ira estaba en su cuerpo y sin pensarlo dos veces gritó y se acercó, golpeó a Gonzalo en un ataque y tomó a Dafne, no sabía qué hacer estaba cegado por el coraje, pero, ¿ realmente era coraje?, o ¿tal vez eran celos?, es algo que él no descubría.

Dafne al golpearlo lo sacó de ese trance y regresó a sus sentidos, al ver como ella se iba con él no sabía qué hacer, después de regresar a su mansión se encerró en su habitación, todos estaban sorprendidos y nadie se quiso acercar a la puerta. Por otro lado Dafne estaba curando a Gonzalo, estaba poniendo medicamento en su labio.

- No debiste defenderme, no quiero que él esté molesto contigo por mi culpa - Gonzalo se veía triste.

- Por favor no digas eso, ya te dije, él no me importa en lo absoluto, que se enoje lo que él quiera pero no tiene derecho a tratarte así, es un salvaje - pasó el día y Dafne insistió en que Gonzalo se tomará el día libre, él no tuvo más remedio que aceptar, por otro lado ella regresó a su oficina, le entregó documentos a su secretario y salió de ahí. Dafne se recostó en su silla y observaba por la ventana.

Narra Dafne

Que fue esa expresión en sus ojos, ¿qué fue lo que vi en ese momento?, quizás alucine del coraje que tenía, como podría ver la cara de ese hombre triste y agraviado, Dios mío, no te enamores de mí Alejandro Clark, solo quiero destruirte tú me diste las peores sensaciones al leer esa novela de mierda y ahora que te tengo enfrente para decirte todo lo que quiero, por favor no me hagas ser una persona blanda contigo.

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