La Maldición Detrás Del Trono; La Leyenda De Cipriano VI. Tercera Novela De La Maldición Del Trono.

Capítulo 2. La visita del alquimista Will.

Capítulo 2.

La visita del alquimista Will.

Un par de semanas después, el Rey Cipriano fue convocado por la corte de gobierno, en donde le comentaron que un alquimista de tierras muy lejanas estaría de paso por el Reino, aunque era relativamente un hombre joven, era muy sabio en mente y se consideraba un joven maestro, que podía predecir el futuro y hablar con quienes ya no estaban en este plano terrenal; el Rey estuvo durante todo el día pensando en aquellas palabras, ¿podría un joven maestro predecir el futuro y hablar con los muertos?, aquello solamente parecía ser cierto para las fantasías de algún niño que es criado por sus abuelos en el campo, sin embargo, él sentía curiosidad por lo que ese joven maestro pudiera decirle, hasta ahora solo sabía que era joven y sabio, no sabía cuál era su aspecto, por lo tanto, había deducido que por su sabiduría sería de aspecto viejo y por su juventud podría ser un campesino.

Así, durante el almuerzo con la reina, Cipriano le dijo: en dos días estará de paso un alquimista por el Reino, así que he enviado a algunos subordinados a que le informen que lo he invitado a ir a cazar, espero que puedas acompañarnos junto con el niño durante la caza, de este modo, el alquimista también podrá hablarnos de su futuro; Eva no dijo nada, solamente aceptó en silencio lo que su marido le decía y así pasaron los dos días como si nada, cuando llegó el momento, un hombre alto, de contextura media y piel morena, entraba junto con los subordinados del Rey, sus ojos verdes parecían los de un felino, su larga cabellera y su creciente barba hacían que su masculinidad disimulara su juventud, el Rey al ver aquel hombre le preguntó: eres tú aquel que puede hablar con los cielos y escuchar el susurro del futuro, El alquimista sonrió y le dijo mi nombre es Will, es un honor que el Rey haya escuchado de mí, entonces Cipriano continuo diciendo, esta a mi lado es mi hermosa reina Eva… y el niño en sus brazos es mi heredero, ellos nos van a acompañar a cazar el día de hoy, espero que tú también puedas unirte a nosotros; Will miró a sus lados, vio a los subordinados que estaban detrás de él, luego miró al frente y le dijo: majestad, no creo que tenga otra alternativa más que unirme a cazar contigo, puesto que me han traído directamente a la antesala del Rey, entonces una risa se escapó de ambas partes.

Will miró fijamente a la reina y le dijo: parece que fue ayer cuando estuve en las costas con mi maestro y conocí a una niña que se llamaba Eva, que sometía a los piratas y se burlaba de los bandidos del lugar, quién diría que nos volveríamos a ver el día de hoy, siendo la niña ya una reina y cargando al heredero del Rey…

Cipriano no dijo nada, Eva estuvo en total silencio, sabía que lo había conocido, pero no recordaba bien de dónde, tal vez la visita del alquimista solamente traería peleas entre el Rey y la reina, eso es lo que ella pensaba mientras se dirigía al carruaje.

El Rey la tomó de la mano y comenzó a apretarla mientras le susurraba al caminar: no sabía que tu antiguo amante era un alquimista, seguramente has enviado a alguien a decirle que te encuentras aquí, ella en una voz baja casi inaudible le contestó: mi Rey, desconocía por completo el paradero del alquimista y nunca he tenido otro amante que no fueras tú, sin querer escucharle el Rey la dejó en el carruaje y se montó en un caballo aparte, de ese modo, tanto el Rey como el alquimista galopaban directo al bosque en donde una vez que llegaron y se instalaron comenzaron a cazar, el Rey miró al alquimista y le dijo, maestro Will, ¿cuál cree usted que ganará?, ¿la fuerza bruta o la sabiduría?, entonces Will le contestó: desde luego que un ser sin estudios es un ser incompleto, por lo tanto, quién gane el día de hoy solamente demostrará su grandeza a quienes le alaban, pero el que pierde es el verdadero ganador en silencio… Cipriano le dijo, ¿no crees que es muy arrogante de tu parte jactarte de tu sabiduría y afirmar que si pierdes eres un ganador?, pero Will le dijo: no me estoy jactando de nada, son sus palabras en contra de las mías majestad, cuando quiera podemos comenzar, entonces el Rey le dijo, muy bien el que traiga más animales grandes antes del anochecer gana y el que caze simples conejos perderá y tendrá que cumplir el deseo de su opuesto…Will le dijo: como usted ordene majestad, hasta entonces, nos vemos al anochecer, de este modo el alquimista desapareció entre los árboles y el Rey también, cada uno tomando diferentes rumbos mientras que la reina se quedaba con algunos subordinados y algunas criadas que habían venido, jamás en su vida había sentido tanta presión como la que estaba sintiendo en este momento, no sabía cuál sería la reacción de su marido si llegaba a perder y cuál sería el deseo del alquimista si llegaba a ganar, aquello no la dejaba pensar con tranquilidad, mientras el niño en su pecho simplemente sonreía y tomaba los dedos de su madre como un pequeño acto de jugueteo.

Al niño comenzaba a aclararle el cabello casi del mismo tono que su madre, un blanco pálido que resaltaba su ternura e inocencia, con aquellos ojos que miraban a su madre como el ser más precioso que nunca antes había existido, tal vez para el niño su madre era una especie de diosa, porque el amor con el que la miraba, reflejaba las emociones que se iban formando en el corazón de aquella criatura…

Algunas criadas trajeron frutas y bebidas a la reina para que se alimentara y el tiempo pasará mucho más rápido, pero en la mente de ella había un nido de palabras, los guardias estaban un poco retirados, las criadas hablaban entre sí, mientras preparaban algunos bocadillos, Eva tenía el camino libre, este era el momento perfecto para escapar, fue lo que pensó, ¿cuánto tiempo ha pasado?, 3 años en este fatídico matrimonio, si escapo ahorita mi marido no se enterará hasta la noche cuándo regrese, debo apresurarme ahora que no hay nadie cerca, entonces tal vez si me monto en un caballo, llegaré al pueblo más cercano antes del amanecer y si corro con suerte y el cielo está de mi parte lloverá antes de la noche, la lluvia borrará las huellas de mi escape, así no tendré que vivir bajo las reglas de terceros y podré criar a mi hijo en perfecta tranquilidad, entonces él no sabrá lo que es sufrir, puedo hacerlo, debo hacerlo, así, Eva se dio cuenta que cerca de donde estaba había un pequeño nacimiento de regaliz, de la cual ella sabía que su raíz es una de las plantas medicinales que tiene propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias, pero sobre todo, es un poderoso sedante natural, que permitirá la relajación completa del cuerpo y la mente; de este modo Eva se levantó y arrancó un puñado de regaliz, lo metió dentro de la manga del vestido y caminó despacio con el niño en brazos hasta donde estaban las sirvientas cocinando, una vez allí pudo notar que era un guiso de conejo con champiñones y papas que habían encontrado y hierbas sazonadoras como el ajo, el perejil e incluso el cebollino, estaban por ramas, así que al darse cuenta una de las sirvientas le dijo: majestad, me ha asustado, el resplandor del fuego puede ser dañino para usted y el señorito, ¿no es mejor quedarse allí?, entonces Eva le dijo: allí hace frío, además quiero probar el guiso, rápido una de las sirvientas tomo el niño en brazos mientras la otra iba por los cubiertos y al estar ambas un poco retiradas despreocupadas y despistadas, Eva aprovechó, sacó el regaliz de la manga de su vestido y lo echó a la paila donde se estaba cocinando, cuando la sirvienta se acercó con una cuenca, se agachó, tomó un poco del caldo y se lo estiró a la reina diciéndole: majestad, el cuenco está caliente, por lo tanto, será mejor que yo se lo dé de tomar, Eva sonrió y la sirvienta le acercó el cuenco a sus labios, fingió que estaba tomando y solo se mojó el borde de los labios, luego hizo una seña a la sirvienta para que retirara el cuenco de su rostro y le dijo: deja que hierva unos 15 minutos, mientras tanto ve removiendo para que los sabores se nivelen y luego sírveles de comer a los guardias y a ustedes dos, para que puedan aguantar hasta el anochecer la llegada del Rey, la sirvienta le preguntó: majestad, ¿cómo sabré cuando hayan pasado 15 minutos?, entonces Eva contestó: ¿sabes contar?, la sirvienta solamente le dijo: no he aprendido a leer y escribir, solo sé contar los números del 1 al 10, que son las dos manos que tengo, cinco y cinco, entonces Eva le dijo: cuenta despacio y con respiraciones pausadas, una serie de cinco veces 10, es decir, que cuentas poco a poco, cuando termines les sirves a todos, con suficiente caldo para contrarrestar el frío que comienza a hacer, la sirvienta entendió y comenzó a contar mientras revolvía la comida, Eva tomó al niño en brazos nuevamente y se limpió los labios, para poder mantenerse despierta cuando todos estuvieran dormidos, los 15 minutos pasaron y la sirvienta comenzó a servirles a los guardias y se sentaron a comer ellas, cuando le ofrecieron a la reina simplemente dijo que se sentía llena porque había conseguido comer unas manzanas de aquel árbol que estaba a 20 pasos de ella, sin reprochar, la sirvienta se retiró a comer con su compañera y después de media hora que todos terminaran de comer, se comenzaron a sentir somnolientos, sentían los ojos pesados y se sentaron entre la maleza del bosque, solamente 10 minutos después, todos estaban dormidos así que tomando uno de los caballos, lo sacó del carruaje agarró suficientes manzanas y las coloco a los laterales de la silla del caballo, y en un bolso de tela acostó a su hijo, quien ya se había quedado dormido; se montó en el caballo e inmediatamente comenzó a galopar fuertemente, lo más rápido que el animal podía dar, hacia el pueblo más cercano y sin darse cuenta, luego de 5 horas ya había llegado al pueblo, pero incluso ella sentía que estaba muy cerca y que Cipriano la encontraría en un santiamén, así que continuó cabalgando hasta el amanecer, e incluso la lluvia no la detuvo en la madrugada, dos días después y con algunas paradas para darle de comer al caballo y a su hijo, llegaron a salvo al ducado, un lugar lleno de esperanza, era un lugar bastante sofisticado y sobre todo muy limpio, parecía el sitio ideal para un refugiado, y apenas llegó, por su atuendo y su abrigo llamó la atención, los guardias comenzaron a preguntarle quién era y de dónde había venido, quién era la persona que la recibiría y cuánto tiempo se quedaría.

El guardia preguntaba con una sorna intriga y una mirada que helaba la sangre hasta al más fuerte de los hombres, pero Eva corrió con la suerte que una mujer que se dedicaba a la prostitución pudo notar que sus ojos gritaban ayuda por todas partes, algo que quizás el guardia no había notado y acercándose dijo: oye, al fin has llegado, pensé que te perderías en el camino y Eva dijo estoy un poco perdida y exhausta, he cabalgado por la noche fría, hasta llegar aquí, es bueno volverte a ver, el guardia al notar que las mujeres hablaban con tanta cercanía dijo: pasa, supongo que eres algún familiar de Ana, a lo que esta última le dijo, claro es mi media hermana y la esperaba hace tiempo…