El amanecer trajo consigo una calma tensa a la mansión Calderón. La operación de la noche anterior había sido un éxito, pero las cicatrices emocionales y las tensiones aún estaban frescas. Isabella se levantó con la determinación de mantenerse alerta y fuerte.
Mientras se dirigía al comedor, encontró a Alejandro y Valeria ya discutiendo los próximos pasos. Ricardo estaba bajo custodia, y el sistema había sido destruido, pero sabían que las repercusiones de sus acciones aún no se habían revelado por completo.
"Buenos días," saludó Isabella, tomando asiento. "¿Alguna novedad?"
Alejandro asintió. "Hemos estado revisando la información que recuperamos del almacén. Parece que Ricardo tenía aliados que aún no hemos identificado."
Valeria añadió, "Y hay algo más. Un nombre que apareció repetidamente en los documentos de Ricardo: Elena."
Isabella frunció el ceño. "¿Elena? ¿Quién es ella?"
"Eso es lo que necesitamos averiguar," respondió Alejandro. "Podría ser una aliada cercana de Ricardo o alguien con información crucial. Necesitamos encontrarla y descubrir su papel en todo esto."
Mateo, que acababa de entrar en la sala, intervino. "Ya he puesto a nuestros contactos a trabajar. Deberíamos tener más información pronto."
Mientras esperaban noticias, Isabella se sumergió en sus tareas diarias, pero la mención de Elena no dejaba de rondar por su mente. ¿Quién era esta mujer y qué papel jugaba en el plan de Ricardo?
Horas más tarde, Mateo volvió con una expresión seria. "Tenemos una pista sobre Elena. Parece que es una antigua asociada de Ricardo, una experta en manipulación de información y estrategias de infiltración."
"¿Dónde está ahora?" preguntó Alejandro.
"Nuestros contactos indican que podría estar escondida en un pequeño refugio fuera de la ciudad," respondió Mateo. "Pero no tenemos una ubicación exacta."
Isabella se ofreció. "Déjame ir a investigar. Puedo encontrarla y traerla de vuelta para interrogarla."
Alejandro asintió, confiando en su determinación y habilidades. "Ve con cuidado. No sabemos cuán peligrosa puede ser."
Isabella partió esa misma tarde, acompañada por un pequeño grupo de hombres de confianza. El viaje fue largo y lleno de incertidumbre, pero la misión era clara: encontrar a Elena y obtener respuestas.
Llegaron al refugio mencionado por los contactos, una cabaña aislada en medio del bosque. Isabella y su equipo se acercaron con cautela, observando cualquier movimiento.
"Recuerden, la necesitamos con vida," susurró Isabella antes de avanzar.
Se movieron silenciosamente, rodeando la cabaña. Isabella se acercó a la puerta y llamó suavemente. Después de unos momentos de silencio, la puerta se abrió y una mujer alta y elegante, con ojos afilados, apareció.
"¿Elena?" preguntó Isabella, manteniendo su voz firme.
La mujer asintió lentamente, sin mostrar sorpresa. "Supongo que vienes por mí. Ricardo me advirtió que alguien vendría."
Isabella dio un paso adelante. "Necesitamos hablar. Sabemos que tienes información crucial sobre los planes de Ricardo."
Elena suspiró y se hizo a un lado para dejarlos entrar. "Adelante. No tengo intención de luchar."
Entraron en la cabaña, que estaba sorprendentemente bien equipada. Se sentaron alrededor de una mesa mientras Elena los observaba con una mezcla de curiosidad y resignación.
"Entonces, ¿qué quieren saber?" preguntó, cruzando los brazos.
"Todo lo que sabes sobre los planes de Ricardo y tu papel en ellos," respondió Isabella.
Elena asintió. "Ricardo tenía un plan para tomar el control de varias organizaciones usando el sistema de hackeo que desarrolló con la ayuda de Luis. Mi trabajo era infiltrarme y manipular información para facilitar sus movimientos. Pero hay algo más. Ricardo no actuaba solo. Tenía un benefactor, alguien poderoso que financiaba y apoyaba sus operaciones."
Isabella frunció el ceño. "¿Quién es ese benefactor?"
"No sé su identidad exacta," admitió Elena. "Siempre se refería a él como 'El Jefe'. Pero sé que tiene conexiones profundas y muchos recursos. Si Ricardo ha caído, 'El Jefe' probablemente buscará venganza o intentará recuperar el control."
La información fue un golpe duro. Isabella sabía que esto complicaba las cosas. No solo tenían que lidiar con Ricardo, sino también con una figura poderosa en las sombras.
"Necesitamos llevarte de vuelta a la mansión," dijo Isabella. "Alejandro querrá interrogarte personalmente."
Elena asintió, aceptando su destino. "Entiendo. Estoy dispuesta a cooperar."
De regreso en la mansión, Alejandro, Valeria y Mateo esperaban ansiosos. Isabella presentó a Elena y resumió la información que había obtenido.
"Esto cambia todo," dijo Alejandro después de escucharla. "No solo tenemos que lidiar con los restos del plan de Ricardo, sino también con esta nueva amenaza."
Valeria asintió. "Necesitamos descubrir la identidad de 'El Jefe' y desmantelar su red antes de que pueda actuar."
Mateo añadió, "Debemos redoblar nuestras defensas y estar preparados para cualquier represalia. Este enemigo no se detendrá fácilmente."
Esa noche, mientras todos se preparaban para las nuevas amenazas, Isabella reflexionó sobre la situación. Sabía que estaban en un juego de poder y traición mucho más complejo de lo que habían imaginado. Pero también sabía que no podían rendirse.
Se prometió a sí misma que seguiría luchando, que seguiría siendo fuerte y astuta. Porque en este juego de poder y traición, solo los más fuertes sobrevivían. Y ella estaba decidida a ser una de ellos.
Mientras la noche avanzaba, la mansión se llenó de una calma tensa, preparándose para las batallas que vendrían. Isabella sabía que el camino por delante sería peligroso, pero también sabía que estaba lista para enfrentarlo. Porque en el mundo de la mafia, no hay lugar para los débiles. Y ella estaba decidida a demostrar que era más fuerte de lo que nadie podía imaginar.
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