La luz de la mañana se filtraba por las cortinas pesadas de la mansión Calderón, creando patrones de luz y sombra que se movían suavemente con la brisa. Isabella se levantó con una sensación de anticipación. El regreso de Ricardo Fernández había agitado las aguas y sabía que el día de hoy podría traer respuestas, pero también más preguntas.
Mientras se preparaba para el día, Isabella no podía dejar de pensar en la reunión de la noche anterior. La estrategia estaba clara: reunir información, reforzar defensas y estar preparados para cualquier movimiento de Ricardo. Pero la incertidumbre seguía pesando sobre ella. Sabía que cada pieza del rompecabezas debía encajar perfectamente para evitar el desastre.
En el comedor, Mateo la esperaba con un café en la mano y una expresión seria en el rostro. "Buenos días, Isabella. Alejandro quiere que te unas a nosotros en el despacho. Tenemos novedades."
Isabella asintió, su curiosidad picada. Siguiendo a Mateo, entró en el despacho de Alejandro, donde él ya estaba revisando documentos con Santiago y Valeria. La atmósfera era tensa, cargada de expectativas.
"Isabella, gracias por venir tan temprano," dijo Alejandro, señalando una silla para que se sentara. "Hemos recibido nueva información sobre Ricardo y sus movimientos."
Valeria, con su elegancia habitual, tomó la palabra. "Nuestros contactos han confirmado que Ricardo ha estado reuniendo a antiguos aliados y algunos nuevos jugadores en la ciudad. Está planeando un golpe importante, pero aún no sabemos cuándo ni dónde."
Santiago añadió, "Además, parece que ha estado buscando algo, o alguien, en particular. Hay rumores de que busca a una persona que podría ser clave en su plan."
Isabella frunció el ceño. "¿Alguna idea de quién podría ser esa persona?"
Alejandro sacudió la cabeza. "No estamos seguros, pero necesitamos averiguarlo. Y rápido. Mateo, ¿tienes alguna pista?"
Mateo asintió. "Hay un antiguo contacto que podría saber algo. Un informante que ha trabajado para ambos lados. Creo que es hora de pagarle una visita."
Alejandro se volvió hacia Isabella. "Quiero que tú y Mateo vayan a hablar con él. Necesitamos cualquier información que pueda darnos una ventaja sobre Ricardo."
Isabella asintió, sintiendo la responsabilidad de la misión. "Entendido. Iremos de inmediato."
***
La ciudad se extendía ante ellos mientras Isabella y Mateo conducían hacia el barrio donde vivía el informante. Era una zona más sombría y peligrosa, lejos del lujo de la mansión Calderón. Las calles estaban llenas de graffiti y edificios deteriorados, pero Isabella sabía que este era el lugar donde se podían encontrar respuestas.
Llegaron a un edificio viejo y subieron por una escalera estrecha y oscura hasta el tercer piso. Mateo golpeó la puerta con una secuencia de toques conocida solo por el informante. Después de unos momentos de silencio, la puerta se abrió y un hombre delgado y nervioso apareció.
"Mateo, Isabella, pasen," dijo el informante, su voz un susurro ansioso.
Entraron en el pequeño apartamento, lleno de papeles y equipos electrónicos. El informante, conocido como "El Rata" por su habilidad para obtener información, los miró con una mezcla de miedo y expectativa.
"¿Qué necesitas saber?" preguntó, sentándose en una silla coja.
"Ricardo Fernández," dijo Mateo directamente. "Sabemos que está planeando algo grande y necesitamos saber qué y quién está involucrado."
El Rata asintió, sacando una carpeta de debajo de la mesa. "He estado siguiendo sus movimientos. Ricardo ha estado contactando a viejos aliados y buscando a una persona en particular. Alguien llamado Luis. No sé quién es, pero parece ser crucial para su plan."
Isabella frunció el ceño. "¿Luis? ¿Tienes alguna pista de quién podría ser?"
El Rata sacudió la cabeza. "No, pero he escuchado que es alguien con conexiones profundas en la organización. Podría ser alguien que aún está dentro o alguien que ha estado en las sombras."
Mateo intercambió una mirada con Isabella. "Gracias, Rata. Esto nos ayuda mucho. Mantente alerta y avísanos si descubres algo más."
El informante asintió, visiblemente aliviado de que la reunión terminara sin incidentes. Isabella y Mateo se despidieron y salieron del apartamento, regresando al coche con un renovado sentido de urgencia.
"Debemos descubrir quién es Luis y por qué es tan importante para Ricardo," dijo Isabella mientras conducían de vuelta a la mansión. "Esto podría ser la clave para detenerlo."
Mateo asintió. "Voy a revisar los archivos y ver si encuentro algo sobre Luis. Tú deberías hablar con Alejandro y Valeria. Necesitamos todas las manos en esto."
***
De vuelta en la mansión, Isabella se dirigió al despacho de Alejandro, donde él y Valeria estaban revisando más informes. Les informó de lo que había descubierto con El Rata.
"Un hombre llamado Luis," dijo Alejandro, reflexionando sobre la información. "Esto complica las cosas. Necesitamos saber quién es y por qué Ricardo lo busca."
Valeria asintió. "Voy a poner a mis contactos a trabajar en esto. Debemos encontrarlo antes de que Ricardo lo haga."
Isabella se ofreció a ayudar. "Voy a revisar los archivos antiguos y ver si encuentro alguna mención de Luis. Podría haber algo que hayamos pasado por alto."
El día se convirtió en una carrera contra el tiempo mientras cada uno trabajaba en su parte del plan. Isabella pasó horas revisando archivos y documentos, buscando cualquier pista que pudiera arrojar luz sobre la identidad de Luis.
Finalmente, encontró algo. Un antiguo registro de la organización mencionaba a un hombre llamado Luis Varela, un experto en tecnología y criptografía que había trabajado para la organización años atrás antes de desaparecer sin dejar rastro.
Isabella llevó la información a Alejandro y Valeria. "Encontré una mención de un hombre llamado Luis Varela. Parece que trabajó para la organización hace años. Era un experto en tecnología."
Alejandro frunció el ceño. "Si Ricardo está buscando a un experto en tecnología, podría estar planeando algo grande, quizás algo relacionado con nuestras operaciones digitales."
Valeria asintió. "Necesitamos encontrar a Luis antes de que Ricardo lo haga. Esto podría ser la clave para detener su plan."
La búsqueda de Luis Varela se convirtió en la prioridad principal. Isabella, Mateo, y el resto de los líderes de la organización pusieron todos sus recursos en rastrear cualquier pista sobre su paradero. Sabían que cada minuto contaba y que no podían permitirse el lujo de fallar.
Esa noche, mientras la mansión se sumía en el silencio, Isabella se retiró a su habitación, exhausta pero determinada. Sabía que estaban cerca de descubrir la verdad y detener a Ricardo, pero también comprendía que el peligro estaba más cerca que nunca.
Se prometió a sí misma que no dejaría que nada la detuviera. Estaba decidida a enfrentar a Ricardo y a cualquier otro obstáculo que se interpusiera en su camino. Porque en el mundo de la mafia, solo los más fuertes y astutos sobrevivían. Y ella estaba decidida a ser una de ellos.
Las sombras del pasado se cernían sobre la mansión, pero Isabella sabía que estaba lista para enfrentarlas. Con cada paso que daba, se acercaba más a descubrir la verdad y a cumplir con su destino. Porque en el juego de la mafia, no hay lugar para los débiles. Y ella estaba decidida a demostrar que era más fuerte de lo que nadie podía imaginar.
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