Capítulo 11

Eriks Ivanova

Saboreo la húmeda de la hermosa pelirroja que tengo enfrente vuelvo a besarla y me doy cuenta del tiempo que llevamos aquí adentro por un momento olvidé que estábamos en los vestidores, me alejo de ella que está procesando lo que acaba de pasar, tomo la bragas que está en el suelo metiéndola en mi bolsillo ella intenta quitármela y vuelvo a tomarle las manos pegándola a la pared

Ahora son mías — le digo mordiendo el lóbulo de su oreja.

No puedo quedarme sin nada abajo — dice

Ya ese no es mi problema — quiero besarla pero sé que no podré controlarme y se que terminare lo que empecé

No dice nada solo se coloca el vestido rojo (Dios) le queda perfecto, me quedo embelesado viéndola.

Será que puedes ayudarme — dice, haciendo que me espabile — ya que andas como idiota enamorado.

Le dedico una sonrisa burlona, enamorado ese sentimiento no existe para mi una cosa es estar enamorado y otra querer tenerla en mi cama.

Ella se da la vuelta y le subo el pequeño cierre y le abrocho la parte de arriba, y lo que ella no sabe es que me exita mas verla con ese vestido rojo, los hombres en mi familia tienen cierta debilidad por las prendas de mujeres que sean de color rojo.

Ahora lárgate — dice — mi hermana se debe estás preguntando el por qué de mi retraso y no quiero que me vea contigo.

Que harás esta noche — le preguntó acercándome más a ella

Alza la mirada para poder verme a los ojos.

He.... Iré con mis amigas a unos de los club de mi hermano — dice titubeando

Aque hora — preguntó

Estaremos allá a la nueve — dice mirando mis labios

Agarro un puñado de su cabello para acercarla a mis labios, ella no duda en rodearme el cuello con sus brazos nuestras lenguas se juntan deleitándose una a la otra, sus labios son tan exquisitos, tan deliciosos

Ya vete tengo que salir de aquí — dice alejándome

Toma — le entrego mi numero de teléfono — mándame la dirección y te veré allá

Ok — dice recibiéndolo

Salgo del vestidor como si nada, salgo de la tienda encontrándome a Iván y Amelia afuera esperándome.

Eriks donde estabas — preguntan mi hermana

Estaba ocupado vámonos — digo yéndome con ellos

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Flor Rojas

Escucho la voz de mi hermana pidiendo que salga, me miro al espejo y esto hecha un desastre aún no se me a bajado el calor de las mejillas arreglo un poco mi cabello para que no se vea desordenado, mis labios están rojos y un poco inchados (Maldito hijo de puta) lo maldigo tomo aire y salgo todas están esperando sentadas en unos de los muebles que están al salir de los vestidores, todas centran su atención en mi.

Viste dije que te quedaría precioso — dice Fabiana corriendo hacia a mi — lo llevaremos

Baby, que tienes estas sudada — dice Laila acercándose a mi — y estás sonrojada no me digas que tienes fiebre — se acerca a tocarme la frente

No.... no tengo nada — digo

Si claro, y nosotras nacimos ayer — dice Alexa — algo te paso así que habla

Mis amigas me conocen muy bien saben cuando algo me pasa y creo que no aguantare mucho en ocultarles lo que está pasando.

Bien pero vamos a otro lugar — le digo yendo a quitarme el vestido.

Salgo ya cambiada y voy directo a la caja, pago y salgo afuera de la tienda donde ya me esperan las chicas salimos del centro comercial abórdamos las camionetas pido que nos lleven a mi departamento donde me la paso cuando no quiero ir a la mansión, después de unos minutos llegamos nos adentramos al edificio entro a mi departamento los guarda espaldas entran dejando las bolsas y vuelven a salir. Las chicas me toman de las manos llevándome hasta donde está la alfombra formando un círculo, me miran ansiosas y Alexa es la que explota.

Habla ya — dice — me está matando la curiosidad.

Les cuento todo lo que paso hace un par de horas, todas me miran sorprendidas y me da más vergüenza cuando llego a la parte más emocionante.

¡Que! Técnicamente follaron en nuestras narices — dice Carol, haciéndome sonrojar al instante — por eso estabas tan acalorada

Mis amigas son algo imprudentes, me gusta hablar con ellas respecto a estos temas, todas han tenido su turno bueno Alexa, Carol y Laila.

Hay, baby enserio pensé que morirías siendo virgen — me dice Laila

Pero aún lo soy — digo

De esta noche no pasas — dice — o para qué crees que te pidió la dirección del club

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